La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo, a través de los organismos que correspondan, instituya la obligatoriedad de exámenes oftalmológicos y auditivos para los alumnos de todas las escuelas del país.

Señor presidente:

Tras pasar décadas de destrucción de la escuela pública hoy los argentinos y argentinas podemos decir que la educación ha vuelto a estar al tope de la agenda. Gracias a la importante acción del Gobierno Nacional desde 2003, y con el singular protagonismo e impronta del fallecido ex Presidente Néstor Kirchner y de la actual mandataria, Dra. Cristina Fernández, hemos sido testigos que la inversión en educación ha sido una preocupación constante y que ha concentrado los mayores esfuerzos de parte de los mismos actores que participan en la educación (Estado, docentes, padres y alumnos) pero también requirió una trascendental tarea de articulación entre los estados provinciales y el gobierno nacional.

Dejada atrás la crisis de 2001- 2002, la Escuela como institución ha dejado paulatinamente el rol de contención social y de provisión de asistencia social y ha pasado a discutir la centralidad del hecho educativo y de la necesidad de un ambiente propicio para sostener determinados parámetros de calidad educativa. Entre ellos, creo que debe figurar la qué presupuestos sobre la salud de la población escolar debemos alcanzar, es decir, que el sistema educativo debería dar cuenta del estado de la salud de los jóvenes, niños y niñas escolarizados para poder asistir mejor a aquellos estudiantes que pudieran sufrir capacidades auditivas y ópticas disminuidas y que quizás no les fueron detectadas, en la hipótesis de que su existencia podría afectar su rendimiento.

De allí que propongo al Poder Ejecutivo que como primer paso hacia un programa de salud escolar, instrumente una serie de análisis prioritarios que puedan dar cuenta de la salud auditiva y oftalmológica de los alumnos para que las instituciones y los padres de los mismos puedan derivarlos a los profesionales pertinentes y poder garantizar que aquellos a los que se les detecta tempranamente estas dificultades, podrán alcanzar una óptima trayectoria educativa. Además, introducir estos seguimientos permitirá detectar situaciones que no serían notadas en otras circunstancias. Podremos darles así una mejor calidad de vida a los alumnos y alumnas.

Este proyecto de declaración se corresponde con otras iniciativas que han sido presentadas ante esta Honorable Cámara de Diputados de la Nación y que retoman la noción de la "salud escolar" o la capitalización y fortalecimiento de la escuela para detectar patologías o dificultades, realizar un seguimiento en el tiempo y dar cuenta de las características socio-demográficas y sanitarias de la población escolar (1) . Sin convertir a la escuela en un hospital, lo que se busca es propiciar que esta institución sea un punto de generación de información desde la cual se pueden estructurar acciones más incisivas.

Significa, además, poner en valor la antigua capacidad del Estado para generar información y fortalecer la prevención de enfermedades. La reintroducción de la libreta sanitaria escolar significaría un gran avance en términos de dar mayor sustento a estas acciones.

Estos dos exámenes que propongo incluir, el oftalmológico y el auditivo, son - desde mi perspectiva- centrales para el buen rendimiento del alumno en la escuela y, sin dudas, el Estado tiene todas las capacidades y medios para ponerlos en práctica. Significarán un gran avance para garantizar educación de calidad para las jóvenes generaciones y las que estén por venir.

Por todas estas razones, es que solicito a mis pares el acompañamiento en el presente proyecto de declaración.