PROYECTO DE TP
Expediente 5622-D-2013
Sumario: EXPRESAR PREOCUPACION POR LA DISPARIDAD DE PRECIOS EN LA CANASTA BASICA FAMILIAR A CAUSA DE LA INFLACION.
Fecha: 06/08/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 105
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su extrema
preocupación antes las noticias periodísticas que dan cuenta de la
disparidad de precios que existe en los precios de la canasta básica familiar
a causa de la inflación.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Por ejemplo, un kilo de lomo
es más barato que un kilo de hamburguesas congeladas
En la
economía argentina de precios cada vez más distorsionados,
el lomo es más barato que las hamburguesas congeladas,
estacionar en una playa privada cuesta diez veces más que
en los parquímetros públicos y se paga casi lo mismo por la
factura de gas de todo un año que por un suéter.
Detrás de este
profundo proceso de distorsión no hay una sola causa:
influyen diferentes factores, como la política oficial de
subsidios, las trabas a la importación, el costo de la mano
de obra y el peso de la intermediación en la cadena
comercial. Sin embargo, en todos los casos, en el fondo
también subyace el problema de la inflación, que, coinciden
los economistas, tiene un efecto distorsionador en toda la
economía.
El kilo de lomo, que en
una carnicería de un barrio de clase media cuesta entre 60 y 70
pesos, termina siendo más barato que las hamburguesas
congeladas, que se venden en cajas de cuatro unidades y pesan
poco más de 300 gramos: cotizan a 27 pesos o más, lo que da un
valor promedio del kilo por arriba de los 80 pesos.
El problema se repite
cuando se comparan los precios de otros alimentos industrializados.
El kilo de helado artesanal de las marcas más exclusivas de Buenos
Aires se paga entre 90 y 100 pesos, es decir, al menos 30% más
barato que productos industriales de una calidad que no es la
misma, como el postre Chomp, cuyo envase de 180 gramos cuesta
en un supermercado 28 pesos, lo que implica más de 150 pesos por
kilo.
Por su parte, la caja de
medallones de pollo Listtos, de Granja del Sol, de 360 gramos, se
ofrece arriba de 40 pesos, con lo cual el kilo cotiza prácticamente lo
mismo que el salmón rosado entero del Pacífico que se importa
desde Chile.
Las distorsiones de la
economía argentina también provocan otras paradojas, como que a
nivel local el kilo de pan sea más caro que en otros países que no
son grandes productores de trigo. En Buenos Aires, y por más
esfuerzos que haga el secretario Guillermo Moreno, el kilo de pan no
baja de los 16 o 17 pesos, lo que al tipo de cambio oficial implica
aproximadamente tres dólares, mientras que en Santiago de Chile -
que importa más de la mitad del trigo que consume- el mismo
producto se cotiza a 1000 pesos chilenos, es decir, un par de
dólares.
"En muchos casos los
precios más altos se explican a partir del costo salarial, que tiene un
impacto mayor en los productos más industrializados, aunque
también hay que tener en cuenta la menor intermediación que, por
ejemplo, hay en la venta del helado artesanal", explicó el
economista Camilo Tiscornia.
Servicios retrasados
La distorsión de precios
también se hace sentir con fuerza en el caso de los servicios
públicos, cuyas tarifas están muy retrasadas como producto de los
subsidios oficiales. Hace no muchos años, un consejo paternal
repetido en muchos hogares de clase media era que antes que
encender una estufa -y alimentar la onerosa boleta de gas- era
preferible ponerse un suéter.
Con las tarifas
congeladas desde hace más de una década, este consejo quedó
completamente desactualizado. Hoy el precio de un suéter de
marca, pero no de los más caros, no baja de los 250 o 300 pesos, lo
que implica aproximadamente dos tercios de la factura promedio de
409 pesos que paga un hogar porteño que tiene su consumo
subsidiado, de acuerdo con los datos aportados por las
distribuidoras del área metropolitana.
La tarifa de luz es otra
muestra de retraso y disparidad de precios. Según los datos de las
distribuidoras eléctricas, hoy el gasto promedio mensual de una
familia porteña con tarifa subsidiada -aproximadamente el 90% de
los hogares de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires- ronda los
90 pesos por bimestre, es decir 45 pesos mensuales, lo que no
alcanza para comprar cuatro pilas medianas para cargar una linterna
cuando se corta la luz (que cotizan a 51 pesos), como producto
precisamente de la misma política de subsidios.
"El retraso de las
tarifas de los servicios públicos es un clásico de todos los controles
de precios y ya pasó en los 70 y en los 80, con la única diferencia
de que antes el Estado era el propietario de las empresas. En este
sentido, el episodio más traumático se vivió en 1975 con el
Rodrigazo, cuando al gobierno de Isabel Perón no le quedó otra
alternativa que autorizar los aumentos que mantenía congelados
todos juntos y de una única vez, con un fuerte impacto", advierte
Jorge Todesca, director de la consultora Finsoport.
La brecha entre los
precios alcanzados por la inflación y los servicios públicos también
se siente a la hora de estacionar en el microcentro. Los
parquímetros que tiene concesionados el gobierno porteño están
cobrando $ 1,40 la hora, con lo cual para dejar estacionado un auto
durante ocho horas hay que desembolsar menos de 12 pesos, es
decir, casi diez veces menos de lo que cuesta la estadía en una
playa de estacionamiento del centro de la ciudad, que supera los
100 pesos.
Las causas de la
distorsión
Cada vez es más difícil
conocer los valores reales
Subsidios oficiales
Los servicios públicos están
cada vez más retrasados frente al resto de bienes y servicios
Cepo importador
Para proteger a la industria
nacional se frena la competencia importada
Cadena comercial
Los costos de la
intermediación impactan en especial en los alimentos más
industrializados
Por ALFREDO SAINZ | LA
NACION 5/8/2013
Por todo lo expuesto es que
vengo a solicitar de mis pares la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE PERONISTA |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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COMERCIO (Primera Competencia) |