PROYECTO DE TP
Expediente 5577-D-2014
Sumario: EXPRESAR ADHESION POR LA CONMEMORACION DEL 202 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DE TUCUMAN, A CELEBRARSE EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 2014.
Fecha: 15/07/2014
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 86
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Su adhesión
a la conmemoración por el 202 Aniversario de la Batalla de Tucumán,
el día 24 de Septiembre de 2014, suceso crucial en la lucha por la
Independencia Nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Conmemorar la Batalla de Tucumán, y
sus 202 años de historia es conmemorar una parte más que importante de la
historia de nuestra Patria, a la cual la historia argentina no le ha hecho la debida
justicia. Vale recordar sucintamente la historia:
Un 24 de setiembre de 1812 se libró
esta la batalla en Tucumán bajo el mando de General Manuel Belgrano derrotando
al ejército español contra todas las probabilidades y como consecuencia de ello al
conocerse la noticia en Buenos Aires el pueblo se lanzó a las calles clamando
contra el Triunvirato. Fue así que los granaderos montados de San Martín, los
artilleros de Pinto y los arribeños de Ocampo hicieron saber al gobierno que había
cesado, y se convocaría una asamblea para votar la figura con que deben
aparecer las Provincias Unidas en el gran teatro de las naciones. Ese fue el
propósito de la revolución del 8 de octubre de 1812 y de la asamblea convocada
para enero del año 13.
Antecedentes Históricos
Durante su marcha a Tucumán,
Belgrano recibe una nueva y perentoria orden del Triunvirato para que se retire
sobre Córdoba definitivamente, dejando en consecuencia libradas a su propia
suerte las provincias del Noroeste. Pero el general contesta que está decidido a
presentar batalla porque lo estima indispensable. Por eso mismo, se encarga de
incitar al pueblo tucumano para obtener su apoyo. Lo consigue, y para ello cuenta
con la ayuda de algunas viejas familias patricias. Los poderosos Aráoz, virtuales
dueños de la ciudad, vinculados a su ejército por dos de sus familiares Díaz Vélez,
cuya madre es Aráoz, y el joven teniente Gregorio Aráoz de La Madrid, volcarán
todo su prestigio y ascendiente en la causa patriota.
Antes de su arribo, Belgrano ha
ordenado desde Encrucijada a Juan Ramón Balcarce que se adelante a Tucumán
para conseguir refuerzos y convocar a las milicias para reclutar un cuerpo de
caballería; éste se halla en pleno entrenamiento cuando llega Belgrano con el
grueso del ejército. Sin más armas que unas lanzas improvisadas, sin uniformes y
con los guardamontes que habrían de hacerse famosos, Balcarce consigue
organizar una fuerza de cuatrocientos hombres, punto de partida de la famosa
caballería gaucha que hará su aparición por vez primera en una batalla campal, en
Tucumán.
El gobierno
insiste, en sus oficios a Belgrano, en que éste debe retirarse hasta
Córdoba. Belgrano quiso cumplir con el gobierno y ordenó la retirada del
ejército al sur. Pero no pudo hacerlo mucho tiempo: no consiguió
resistirse a los tucumanos que le pidieron defendiera su ciudad. Así, entre
el 13 y el 24 de Septiembre, Belgrano se multiplica para organizar la
defensa. Con el ejército de Tristán a la vista, escribe el 24: "Algo es
preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla
fuera del pueblo y en caso desgraciado me encerraré en la plaza hasta
concluir con honor".
El día anterior el ejército ha salido de la
ciudad a la que regresa por la noche. Pero a la madrugada del 24 inicia los
movimientos para ocupar la posición de la víspera. El encuentro no tarda en
producirse en un paraje llamado "Campo de las Carreras" (conocido también como
Campo de la Tablada o La Ciudadela), actual Plaza Belgrano. Los patriotas atacan
casi de sorpresa, pero Tristán alcanza a desmontar su artillería y formar su línea
de combate.
La carga de caballería gaucha, a los
gritos y haciendo sonar sus guardamontes, desconcierta y quiebra la izquierda de
los realistas, mientras en el otro flanco - donde está Belgrano - los patriotas son
arrollados.
La lucha se desarrolla en medio de un
tremendo desorden, aumentado por la oscuridad provocada por una inmensa
manga de langostas y la caballería de ambos ejércitos combate en entreveros
furiosos. Díaz Vélez y Dorrego encuentran abandonado el parque de Tristán con
treinta y nueve carretas cargadas de armas y municiones, y junto con los
prisioneros que toman y los cañones que pueden arrastrar, corren a encerrarse en
la ciudad.
Tristán consigue reorganizar a los
suyos. Se encuentra dueño del campo de batalla que ha sido abandonado por los
patriotas, pero ha perdido el parque y la mayor parte de los cañones. Se dirige
entonces a la ciudad e intima rendición a Díaz Vélez con la amenaza de
incendiarla. Se le responde que, en tal caso, se degollarán los prisioneros, entre
los cuales figuran cuatro coroneles. Durante toda la noche permanece Tristán
junto a la ciudad, sin atreverse a cumplir su amenaza.
El 25 por la mañana encuentra que
Belgrano, con alguna tropa, está a retaguardia. Su situación es comprometida.
Belgrano le intima rendición "en nombre de la fraternidad americana". Sin
aceptarla y sin combatir, Tristán se retira lentamente esa misma noche por el
camino de Salta, dejando 453 muertos, 687 prisioneros, 13 cañones, 358 fusiles y
todo el parque, compuesto de 39 carretas con 70 cajas de municiones y 87 tiendas
de campaña. Sus pérdidas de armas dejan al ejército patriota provisto para toda la
campaña. Las bajas patrióticas, por otra parte, son escasas: 65 muertos y 187
heridos. Belgrano, esperando la rendición de Tristán, no lo persigue y sólo
encomienda a Díaz Vélez que "pique su retaguardia" con 600 hombres.
Durante la persecución, se entablan
varios combates con resultados dispares. Zelaya realiza un ataque poco
afortunado contra Jujuy. Díaz Vélez ocupa Salta momentáneamente. De todos
modos, al regresar a Tucumán a fines de octubre, trae 70 nuevos prisioneros y 80
rescatados al enemigo. Sus fuerzas se incorporan a la columna que marcha detrás
de la procesión con que se honra a la Virgen de las Mercedes, que Belgrano
nombra Generala del Ejército porque precisamente la victoria de Tucumán se ha
verificado en el día de su advocación. El general en jefe se separa de su bastón
de mando y lo coloca en los brazos de la imagen, en el transcurso de la solemne
procesión que se realiza por las calles tucumanas.
Vicente Fidel López llama a Tucumán
"la más criolla de cuantas batallas se han dado en territorio argentino". Faltó
prudencia, previsión, disciplina, orden y no se supieron aprovechar las ventajas;
pero en cambio hubo coraje, arrogancia, viveza, generosidad... y se ganó.
Sobre su trascendencia, dijo Mitre: "Lo
que hace más gloriosa esta batalla fue no tanto el heroísmo de las tropas y la
resolución de su general, cuanto la inmensa influencia que tuvo en los destinos de
la revolución americana. En Tucumán salvóse no sólo la revolución argentina, sino
que puede decirse contribuyó de una manera muy directa y eficaz al triunfo de la
independencia americana. Si Belgrano, obedeciendo las órdenes del gobierno, se
retira (o si no se gana la batalla), las provincias del Norte se pierden para siempre,
como se perdió el Alto Perú para la República Argentina''.
Fuentes:
- Agenda de Reflexión el Septiembre
24, 2003
- Museo Casa Histórica de la
Independencia - S. M. de Tucumán
- Portal - Historia del País
- José María Rosa - Historia del
revisionismo y otros ensayos.
-
http://es.wikisource.org/wiki/ParteoficialdelabatalladeTucum
- Santiago Rex Bliss, 2012, Batalla de
Tucumán, Libro conmemorativo
Tucumán fue la batalla de la unión
nacional. El ejército popular salvó a la Revolución, y por sus resultados sólo es
comparable con Maipú y Boyacá, que definieron la suerte de otros países
americanos.
Señor Presidente, por todo lo expuesto
solicito a mis pares acompañen con su aprobación el presente proyecto de
Declaración.
Firmante | Distrito | Bloque |
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GALLARDO, MIRIAM GRACIELA | TUCUMAN | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |