La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1.-Expresar su preocupación ante la iniciativa de la Xunta de Galicia que, a través de su Consejería de Salud, propicia la privatización de la gestión de los servicios médicos del Centro Gallego de Buenos Aires.

2.- Hacer conocer por los medios correspondientes el contenido de esta Resolución a las autoridades del Reino de España, solicitándoles la transmitan a la Xunta de Galicia y al Parlamento Gallego.

Señor presidente:

Sería ocioso historiar los aportes que a la salud pública de nuestro país han realizado los llamados hospitales de colectividades dedicados a asistir a hombres y mujeres de buena voluntad que optaron por habitar el suelo argentino.

Sin embargo, las actuales circunstancias nos obligan a referirnos, al menos someramente, a la trayectoria de una de estas instituciones señeras; nos referimos al Centro Gallego de Buenos Aires.

Fundado el 2 de mayo de 1907 por decisión de quienes habían dejado su lejana Galicia en busca de nuevas oportunidades de vida en nuestras tierras, esta entidad se caracterizó por brindar a sus asociados no sólo asistencia médica, sino también por ocuparse de la alfabetización de los paisanos que la requerían y de conseguir empleo a los recién llegados a través de su oficina de trabajo.

Tras 102 años de vida, la entidad cuenta en su predio de Avenida Belgrano y Pasco con un Sanatorio Social de 34 mil metros cuadrados, distribuidos en seis plantas y dos subsuelos. Su sector de internación dispones de 370 camas que complementan la tarea médica que se realiza en sus 6 quirófanos y 60 consultorios externos en los que atiende a sus 25.000 afiliados.

También posee un Anexo en Valentín Alsina, localidad del Partido bonaerense de Lanús, donde se ofrecen servicios de Clínica Médica, Pediatría, Otorrinolaringología, Ginecología, Kinesiología, Enfermería, Odontología y se receptan materiales para análisis clínicos.

En otro orden, su Instituto Argentino de Cultura Gallega pone a disposición de toda la comunidad los 20.000 volúmenes de la Biblioteca "Manuel Murguía"; las 130 obras pictóricas, entre las que se cuentan trabajos de los pintores gallegos, Sotomayor, Laxeiro, Seoane, Colmeiro y Castelao, entre otros; un Archivo de la Palabra que registra las exposiciones que en conferencias y actos realizaron intelectuales gallegos de la talla de Ramón Otero Pedrayo, Vicente Martínez Risco, Domingo García Sabell, Álvaro Cunqueiro, y Alfonso Castelao, entre otros, así como muchos de sus pares argentinos. Posee también un Archivo Musical y otro cinematográfico, además de un teatro con 400 localidades.

En materia de "acción social", funciona desde 1973 el Servicio de Ayuda Económica Mutual, un régimen cerrado de depósitos y ayudas económicas al que los socios pueden acudir ante necesidades e imprevistos emergentes de circunstancias excepcionales.

Para finalizar esta apretada síntesis de los comienzos del Centro Gallego y de su actualidad, digamos que el predio que ocupa en Avenida Belgrano 2199 fue declarado en 1997 como "Esquina Porteña de la Galleguidad Universal".

Claro que, más allá de sus logros, el Centro Gallego no fue ajeno a los vaivenes de la realidad nacional. En ese sentido, la profunda crisis económica que se desató en el país en 2001 lo afectó severamente. Fue así que en 2002 debió recurrir a la Xunta de Galicia en búsqueda de apoyo financiero.

El eco favorable que la petición tuvo entre las entonces autoridades de la Xunta hizo que desde enero de 2003 el área asistencial sanitaria de la entidad quedase en manos de la Fundación Galicia Salud que está integrada en partes iguales por miembros del gobierno gallego y por representantes de los asociados de la centenaria entidad.

Los esfuerzos de esta conducción bipartita permitieron remontar la delicada situación económica por la que atravesó el Centro Gallego que se financia con aportes de la Xunta, las cuotas sociales que percibe y lo que recauda por servicios que presta a terceros.

No obstante, una cuestionada auditoría revelaría que en los últimos cuatro años la entidad habría tenido un déficit que a abril último ascendía a 1,7 millones de euros.

El dato fue difundido por la titular de la Consejería de Salud de la Xunta, Pilar Farjas, tras su reciente visita a Buenos Aires. Según el periódico Xornal.com, la consejera hizo suya la información que surge de una auditoría sobre el estado financiero del Centro Gallego que las actuales autoridades de la Xunta encargaron a la empresa 3A Recoletas y a la que directivos de la entidad han calificado de "falsa, mentirosa y tramposa para ejercer aún más presión sobre los emigrantes".

Al margen de estas críticas, el presunto déficit adjudicado al Centro Gallego parece minúsculo si se tiene en cuenta que la Consejera Farjas acaba de anunciar un plan destinado a impulsar "una serie de reformas gerenciales y administrativas que le den un nuevo enfoque técnico al Hospital del Centro Gallego de Buenos Aires" que le demandará a la Xunta una inversión de 27 millones de euros durante los próximos nueve años; es decir, unos 3 millones de euros anules.

Según se sostiene en Galicia, las "reformas gerenciales y administrativas" a las que alude Farjas consisten en asignar durante los próximos 13 años el gerenciamiento del Centro Gallego a la empresa 3A Recoletas, la misma que realizó la lapidaria auditoría y que, tal como sostienen fuentes periodísticas de Santiago de Compostela, carece de antecedentes en materia de atención de la salud tanto en la propia Galicia como entre la diáspora gallega.

Este gerenciamiento privado alejaría de la conducción de la institución médica a las históricas corrientes internas a través de las cuales sus asociados la administraron durante más de un siglo; situación que se verían obligadas a aceptar dado que la Xunta amenaza con retirar la ayuda financiera en caso que la rechacen.

Pero lo llamativo del caso es que para ingresar al gerenciamiento del Centro Gallego las autoridades gallegas sólo le reclaman a 3A Recoletas la inversión de 615.000 euros anuales durante los próximos 13 años; una cifra exigua frente a los 580.000 euros mensuales que el hospital de la colectividad recauda por facturación de servicios a terceros y en concepto de cuota de sus asociados.

Hay antecedentes en nuestro país de hospitales de colectividades que, ante crisis financieras, debieron someterse a gestiones privadas, las cuales derivaron en resultados catastróficos. Asimismo, los argentinos tenemos tristes experiencias sobre privatizaciones de entidades tanto estatales como sociales que sólo pretendían hacer jugosos negocios en beneficio de quienes en ellas participaban y en perjuicio de sus usuarios o asociados.

La actual circunstancia por la que atraviesa el Centro Gallego justifica nuestra preocupación. En consecuencia, solicitamos a nuestros pares que adhieran a ella apoyando este proyecto de resolución.