PROYECTO DE TP
Expediente 5501-D-2015
Sumario: "DIA DE LA MEDICINA COMUNITARIA ARGENTINA". INSTITUYASE COMO TAL AL 4 DE NOVIEMBRE DE CADA AÑO.
Fecha: 08/10/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 138
El Senado y Cámara de Diputados...
ARTÍCULO 1°.-
Institúyese el día 4 de noviembre de cada año como "Día de la
Medicina Comunitaria Argentina", en conmemoración del natalicio del
Doctor Carlos Alvarado.
ARTÍCULO 2° -
Conforme lo dispuesto en el artículo precedente, en el mes de
noviembre, el Ministerio de Salud, en coordinación con las autoridades
sanitarias de cada jurisdicción, desarrollará diversas actividades
públicas de educación y concientización, orientadas a la prevención,
orientación, promoción de acciones vinculadas con la Atención Primaria
de la Salud.
ARTÍCULO 3° -
Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Presentamos esta iniciativa
porque queremos destacar a un gran médico sanitarista argentino, al que se
considera el padre de la Atención Primaria de la Salud - APS - en la
Argentina y que proponemos asociar con un día de la medicina comunitaria.
Nos referimos al Dr. Carlos Alvarado. No impulsaríamos solamente una ley
de homenaje a un prestigioso médico argentino, si esta norma legal no sirviera
como herramienta para generar en la sociedad conciencia en salud preventiva
y comunitaria, tal como Alvarado hubiera querido para la implementación
general de una política sanitaria fundada en APS.
Carlos Alberto Alvarado
nació en la ciudad de San Salvador de Jujuy, capital de la provincia de Jujuy,
un 4 de noviembre de 1904. Siempre había demostrado interés por la carrera
médica, por lo que en 1923 ingresó en Medicina de la Universidad de Buenos
Aires, egresando en 1928 con el título de doctor en Medicina, junto con el que
obtuvo el Diploma de Honor. Un año después, la propia Universidad de
Buenos Aires y el Gobierno de la provincia de Jujuy le gestionaron una beca
para especializarse Italia e Inglaterra en higiene y enfermedades tropicales,
entre ellas una endémica del norte argentino, la Malaria o Paludismo.
Entre sus mentores y
amigos estuvieron nada menos que Bernardo Houssay, Gregorio Aráoz
Alfaro, Florencio Escardó y Ramón Carrillo, entre otros, protagonistas de una
camada de profesionales de la salud que iba dejar su huella en la salud
argentina.
En 1931 volvió a su país y a
su provincia, donde ejerció como médico zonal del Departamento Nacional de
Higiene de Jujuy y en el Hospital San Roque. Su vocación de investigador se
vio plasmada tempranamente con la publicación de artículos científicos
referidos a lo que a principios de la década del 30 se conocían como las
patologías regionales del Norte.
Tuvo un cargo especial en 1932
con motivo de la una epidemia de fiebre amarilla iniciada en Bolivia, cuando
en 1933 asume como Director General de Paludismo del Departamento
Nacional de Higiene con sede en Jujuy.
Es con esta enfermedad en
la que se destaca su lucha de casi toda la vida; al momento en que pone manos
a la obra, la situación endémica de nuestro país estaba estancada, en un
contexto similar que se extendía por toda América Latina.
Las extensas regiones del
NOA y del NEA en donde estaba instalado en gran medida el paludismo, no
podían ser cubiertas por la limitada acción del Departamento Nacional de
Higiene; las acciones preventivas de saneamiento, en boga en la década del
30, fracasaban, lo que llevó a Alvarado a concluir que se necesitaban estudios
y medidas integrales que pudieran adoptarse en forma concreta. Esta decisión
hizo que concentrara sus esfuerzos en el ciclo del mosquito vector de la
enfermedad, sobre todo la especie Anopheles pseudopunctipennis, conviviente
doméstico del ser humano. Las características principales que los destacaban
eran la facilidad de supervivencia y la diseminación geográfica que lograban
por sus vuelos, que generaban la permanencia del riesgo en la transmisión de
la enfermedad.
Los avances de Alvarado en
el campo de la investigación en estos temas, lo llevaron a presentar trabajos a
nivel internacional en la década del 30 y 40, en los que puso en evidencia
científica un abordaje integral de la malaria, desde perspectivas tan disímiles
como la política sanitaria aplicable y la del ciclo biológico del mosquito
vector. Entre esas obras se destaca su tesis sobre tratamiento del paludismo,
que se editó varias veces en la década del 40.
Gracias a estos
trabajos, se refuerza en Alvarado la conciencia en la salud comunitaria y
preventiva, con su obra "Por la formación de una Conciencia Sanitaria", en
la que reflota una antigua premisa de los romanos aplicable a la salud pública:
"Salus populi suprema lex esto", es decir: "La Salud del pueblo sea la
suprema ley."
Mientras tanto fue designado en
1937 como Director General de Paludismo del Ministerio de Salud Pública de
la Nación, coincidiendo desde 1946 con su amigo, el Dr. Ramón Carrillo,
quien llegaría a ser el primer Ministro de Salud. En este accionar, Alvarado
tendría una intervención importante en la construcción de las Políticas de
Salud de esa época.
Fue justamente en esta época,
cuando Alvarado empieza a intensificar las políticas sanitarias para combatir
el paludismo, desde las características particulares que generaban la infección
en cada región y en la biología del mosquito vector. Es cuando se empieza a
aplicar hacia mediados de la década del 40 el DDT (dicloro-difenil-
tricloroetano): Alvarado desarrolló un plan para la fumigación con este
insecticida, que abarcaba a una gran parte de los hogares de las zonas
afectadas por malaria, con el objeto de eliminar los mosquitos adultos y no
tanto hacia las larvas, como se dirigían hasta entonces los esfuerzos.
Entre 1945 y 1947 se
hicieron enormes esfuerzos con recursos y estructura, y los frutos se vieron
coronados por notables resultados, que tuvieron trascendencia mundial: de
120.000 casos anuales los casos se redujeron a 120 en ese período.
Las repercusiones mundiales de
la acción de Alvarado, lo hicieron llegar a la Organización Mundial de la
Salud, como experto en malaria y en insecticidas, a la que accedió en la
década del 50, siendo Director de la Lucha Antipalúdica de ese organismo
entre 1958 y 1964.
Mientras tanto extendió su
campo de lucha por la salud comunitaria en nuestro país, con su intervención
en el programa contra la tuberculosis en el NOA y en el control que logró de
enfermedades como el tifus exantemático, el tracoma y la viruela.
Señor Presidente, sólo resta en
función de los argumentos precedentes, que nos eximen de mayores
comentarios, proponer la instauración de un "Día de la Medicina Comunitaria
Argentina" en coincidencia con el nacimiento del Dr. Carlos Alvarado, por lo
que solicito a mis pares me acompañen con sus firmas para la aprobación del
presente proyecto de ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
BIELLA CALVET, BERNARDO JOSE | SALTA | UDESO SALTA |
BURGOS, MARIA GABRIELA | JUJUY | UCR |
FIAD, MARIO RAYMUNDO | JUJUY | UCR |
GARCIA, ANDREA FABIANA | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
ORTIZ, MARIELA | JUJUY | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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