PROYECTO DE TP
Expediente 5480-D-2010
Sumario: EXPRESAR ADHESION AL "DIA DEL ABOGADO", A CELEBRARSE EL 29 DE AGOSTO DE CADA AÑO.
Fecha: 04/08/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 105
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Adherir al "Día del Abogado", a
realizarse el día 29 de agosto de cada año, fecha instituida en conmemoración
del nacimiento del Dr. Juan Bautista Alberdi.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Los argentinos celebran el 29 de
agosto el Día del Abogado, por haber nacido en esta fecha, en 1810, Juan
Bautista Alberdi uno de los más lúcidos pensadores argentinos, autor entre otras
obras, de las "Bases y puntos de partida para la organización política de la
Confederación Argentina", que se tuvo particularmente en cuenta al sancionarse la
Constitución Nacional de 1853.
Aunque vivió gran parte de su vida fuera de la Argentina dejó grandes lecciones
de civismo y jurisprudencia, además de ser un acérrimo defensor de la paz y el
sistema republicano, diseñó con sus ideas un modelo de país sobre el respeto de
los derechos individuales, principios que fueron tenidos en cuenta para la
cimentación del país en que hoy habitamos .
Alberdi, nacido en Tucumán, a los 14 años, obtuvo una beca para estudiar en el
Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires (hoy Colegio Nacional), luego siguió
abogacía en la Universidad pero, al completar sus estudios, ocurrió que el
gobierno de Juan Manuel de Rosas impuso un juramento de fidelidad al régimen
federal como requisito para la habilitación profesional.
Juan Bautista, ya había sufrido como
periodista el cierre
del inofensivo periódico La Moda por parte del despótico gobernador, por lo que
no quiso aceptar otra humillación y prefirió marchar al destierro.
En 1838 subió al bote que iba a
acercarlo hasta el barco que hacía la carrera a Montevideo y, todavía a la vista de
las autoridades y público del puerto, tiró al agua el cintillo punzó que la dictadura
exigía como uso obligatorio.
En la capital uruguaya trabajó en un
diario e impulsó la expedición libertadora encabezada por Juan Lavalle, pero ante
el fracaso de la misma revalidó su diploma de abogado y vivió de sus honorarios.
Al producirse el sitio de Montevideo por
las tropas rosistas encabezadas por Manuel Oribe, Juan Bautista viajó a Europa y
luego se radicó en Valparaíso, llegó a Chile con sus últimos ahorros y ejerció el
periodismo para sustentarse, pero al poco tiempo presentó una tesis sobre El
Congreso Americano en la Universidad y se dedicó intensamente a la abogacía.
Su talento lo hizo distinguirse en el foro y llegó a ser el profesional mejor
remunerado de la ciudad. Con sus ingresos se compró la quinta Las Delicias, en
donde recibía los domingos al mediodía a los emigrados argentinos y sus familias.
Cuando Urquiza derrotó en Caseros a
Rosas, Alberdi escribió Bases y Puntos de Partida para la Reorganización
Institucional, sugiriendo la implementación de un programa republicano que
estableciera la libertad de cultos, el liberalismo económico y el fomento de la
inmigración.
En relación a la educación, proponía
dejar a un lado la instrucción humanística, para acentuar la formación de
artesanos que supieran labrar la tierra y construir caminos, puentes y ferrocarriles.
No necesitamos abogados, sino técnicos, sostuvo tajantemente.
En 1855, el presidente Urquiza le pidió
a Juan Bautista que viajara a París como embajador, para evitar que las naciones
europeas reconocieran a Buenos Aires como nación independiente. Hacia allí
partió el tucumano directamente desde Valparaíso, sin regresar a la Argentina.
Cuando
Mitre venció a Urquiza en Pavón y el
país se unificó bajo su mando, decretó la cesantía del diplomático.
Al producirse la guerra de la Triple
Alianza contra el Paraguay, Alberdi condenó la actuación argentina, dijo que era
una confrontación absurda, hecha por la vanidad de los gobernantes, y que si
algún país tenía algo de razón, era más bien el Paraguay. .
El gobierno argentino lo acusó de traidor a la patria y Juan Bautista debió
permanecer exiliado en Francia otros catorce años. Después de la confrontación
franco-prusiana escribió El crimen de la guerra: con estilo de abogado fue
encadenando los argumentos para demostrar que la guerra no es un derecho, sino
un delito; y que la justicia sólo es tal cuando es impartida por un tercero imparcial.
Recién en 1879, cuando
estaba a punto de cumplir los 70 años, arrastraba los pies y era una figura
legendaria, Alberdi regresó a su patria. Había pasado 41 años en el extranjero,
aunque siempre escribiendo sobre su país. En la Facultad de Derecho de Buenos
Aires pronunció una conferencia: La omnipotencia del Estado es la negación de la
libertad individual. Pero la emotividad de sus años le impidió completar la lectura y
le pidió a Félix Frías que terminara de leer las cuartillas que él había preparado.
No tenía fuerzas tampoco para empezar de nuevo a litigar. Volvió a París, donde
murió solo y soltero, en una casa de salud del suburbio de Neully Sur Seine, el 29
de junio de 1884.
Resistió los abusos de la dictadura y criticó los errores de los
gobiernos democráticos. Diseñó la arquitectura constitucional de la república y
exaltó la armonía entre las naciones. Aunque nunca ejerció la profesión en su
país, les dejó a los abogados la mejor de las lecciones: defendió la paz y el
sistema republicano, aun al costo de sufrir en carne propia el destierro y las
persecuciones.
Por todas éstas consideraciones Sr.
Presidente solicito a mis pares me acompañen en el presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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PANSA, SERGIO HORACIO | SAN LUIS | PERONISMO FEDERAL |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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JUSTICIA (Primera Competencia) |