La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar reconocimiento a quienes, siguiendo el ejemplo de Boris Furman, lograron poner en funcionamiento el emprendimiento de panificación solidaria "La Sarita", como una iniciativa productiva sustentable que emplea a jóvenes en conflicto con la ley penal.

Señor presidente:

En la ciudad de Santa Fe se lleva adelante una experiencia que tiene como ejes la integración de la comunidad, la solidaridad con el prójimo y el trabajo en conjunto: La panificadora Sara Maria Furman y su local al público "La Sarita". Este emprendimiento que se inició en el año 1989 por Boris Furman forma parte de la historia del barrio y los vecinos.

Consideramos necesario para entender este proyecto, compartir la vida de Boris Furman, apodado el panadero de los pobres. De carácter extrovertido, simple y generoso tuvo un origen humilde en la ciudad de Santa Fe, junto a su familia. Su padre le infundió los valores del trabajo y el esfuerzo, y de su madre, Boris recuerda "desde chiquito me inculcó que hay gente más pobre que nosotros, que tenemos que ayudar, dar una mano. Y eso me quedó".

Comenzó a trabajar desde pequeño para ayudar a su familia, siendo su primer empleo como cadete en una sastrería. A los 22 años, decidió viajar a Buenos Aires para probar suerte y luego de algunos años de arduo trabajo inauguró un comercio que fue legendario: Casimires Rocha que contó en su mejor época con más de 40 empleados.

En el año 1970 subió a la cima del Cerro Otto y quedó perplejo con la maravilla del paisaje y consideró que ese lugar era perfecto para un complejo turístico. En cuatro años finalizó la construcción del complejo, instalando el teleférico desde la base al oeste del centro de Bariloche, sobre la Avenida de los Pioneros hasta la cima del cerro y la confitería circular.

En 1980 ya había recuperado toda la inversión y constituyó una entidad benéfica a la que pasó todo el capital y la gestión de la empresa: la Fundación Sara María Furman, en honor a su madre y a su hermana. Boris Furman puso como condición que todo lo recaudado debería donarse al Hospital Zonal de Bariloche y al Hospital Israelita de Buenos Aires.

Boris Furman continuó trabajando para los más necesitados y es así como en el año 1989 destinó la suma de un millón de pesos para la compra de un terreno y la construcción de un edificio donde abrió una panificadora en la ciudad de Santa Fe, generando 12 puestos de trabajo. Es así como todas las mañanas en la esquina de Gobernador Vera y Lamadrid, la Panificadora Solidaria Furman abría sus puertas para entregar a diario y gratuitamente 1.200 kilos de pan a familias de escasos recursos y a unos 20 comedores comunitarios. Lamentablemente, la crisis del año 2000 y la quiebra del Banco Patricios la hizo sucumbir y en septiembre de ese año tuvieron que cerrar. Lentamente continuó con el armado de una escuela de oficios, para formar de manera gratuita a maestros panaderos y pasteleros

En 2003 sufrió graves perjuicios con motivo de la inundación que afectó a la ciudad de Santa Fe, dejando inutilizadas la maquinaria y las herramientas de trabajo. Cinco años más tarde el gobierno provincial tomó el compromiso de volver a poner en funcionamiento el predio; y luego de meses de trabajo se firmó un convenio para su reapertura teniendo tres grandes objetivos: producir pan para ser entregado a los sectores más necesitados; que un grupo de ciudadanos aprenda un oficio digno y facilitar el proceso de inclusión y reintegración social. De esta manera, se realizó una primera articulación interministerial -donde intervinieron Seguridad, Desarrollo Social y Justicia y Derechos Humanos- con la Pastoral Carcelaria

En enero de 2013, abrió sus puertas el salón de comercialización "La Sarita" y se inició la venta al público de productos a bajo costo. El producto central de "La Sarita" es el pan solidario, que tiene un valor 50% más económico que el de mercado y es adquirido por los vecinos de los barrios Santa Rosa de Lima, Roma y zonas aledañas. Hoy es su entrada para constituirse como espacio sustentable junto con las becas estimulo. Sobre la propuesta formativa laboral el director provincial de Seguridad Comunitaria zona norte sostuvo que "en estos dos años, trabajaron en la panadería 42 personas. Se trata de jóvenes que están cumpliendo condenas en el servicio penitenciario, otros están en la etapa previa a salir de la cárcel y otros son menores que tuvieron conflictos con la ley penal. El objetivo es construir con estos jóvenes alternativas de vida que estén alejadas del delito". Luego continuó nombrando los beneficios de este tipo de proyectos para la comunidad "el 40% de estos jóvenes ya consiguieron trabajo (en restaurantes, panaderías o en emprendimientos propios). Dieciocho de los 42 siguen en la panadería. De los 42 jóvenes que pasaron por la panadería sólo 2 reincidieron en el delito. Los números de reinserción social son muy buenos".

Actualmente, se renovó la apuesta en estos proyecto y al trabajo en conjunto ya que se encuentra en camino una nueva experiencia con la construcción de una sucursal que tendrá la misma finalidad de inclusión social en la zona norte. Se proyecta en el marco del Plan Abre, y se trata de un predio contiguo a la cárcel de Las Flores, en avenida Blas Parera al 8800, donde por veinte años y en comodato funcionó la Fundación Dar Trabajo y Vida.

Boris Furman, no pudo formar parte del renacer de este proyecto en su Santa Fe natal pero su legado continúa forjándose a partir de los ejemplos de solidaridad y compromiso que demostró a lo largo de su vida.

Es por todo lo expuesto que solicito a mis pares el acompañamiento del siguiente proyecto de resolución.