El Senado y Cámara de Diputados...

INSTITUIR EL DÍA 25 DE SEPTIEMBRE, DE CADA AÑO, COMO DÍA DE HOMENAJE A TODOS LOS TRABAJADORES ASESINADOS POR CAUSAS POLÍTICAS O GREMIALES

Artículo 1º.- Institúyase el día 25 de Septiembre de cada año como "Día de Homenaje a todos los trabajadores asesinados por causas políticas o gremiales", a fin de promover el reconocimiento permanente de las luchas obreras en la República Argentina.

Artículo 2º.- La fecha mencionada queda incorporada al calendario de actos y conmemoraciones oficiales de la Nación.

Artículo 3º.- El Poder Ejecutivo realizará la más amplia difusión de la celebración a través de los mecanismos de comunicación oficial.

Artículo 4º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

La iniciativa de instituir el día 25 de septiembre de cada año como "Día de Homenaje a los Trabajadores Asesinados por causas politicas y gremiales", tiene por objeto, otorgar el reconocimiento permanente a los trabajadores caídos, en razón de las luchas políticas y gremiales en la Republica Argentina por civiles y fuerzas de seguridad al servicio de intereses antinacionales y foráneos en la mayoría de los casos.

Nuestra tradición democrática debe ser protegida y aumentada como forma de rescatar la cultura y los legados que hicieron de la lucha el motivo de sus vidas, dejándonos el ejemplo de sus inquebrantables ideales en pos del engrandecimiento de la patria.

La difusión de estos valores permanentes reafirma nuestra "identidad nacional", y es justamente en esta fecha en que se produce la simbiosis entre todas y cada una de las luchas enmancipadoras de los trabajadores Argentinos en defensa de sus derechos y el Progreso de la Patria.

En este aciago día en que fuere vilmente asesinado, por un grupo terrorista, el Secretario General de la Confederación General del Trabajo, José Ignacio Rucci, es que atento a las facultades que otorga la Constitución Nacional, y el mandato escencialmente nacional y popular, emanado por voluntad de la Ciudadanía, teniendo en cuenta los antecedentes y hechos a describir, estamos persuadidos de la feliz concreción del presente Proyecto de Ley.

Es bien sabido que la mayoría de las víctimas políticas y gremiales fueron humildes trabajadores y militantes y dirigentes empeñados en cambios políticos y gremiales.

Aquellos mártires, la mayoría héroes anónimos, que ni siquiera se plantearon la posibilidad de ningún reconocimiento, con su sangre y sacrificio intentaron, establecer en nuestra República la instauración de una verdadera Justicia Social, con grandes logros, y ausencias, es a nuestra generación a la que le compete continuar la tarea.

Dichas luchas, como decíamos, se inician casi al mismo tiempo que la patria; y las listas de compañeros obreros asesinados, torturados y desaparecidos, suelen ser recordadas por sus congéneres, familiares y compañeros de lucha; pero muy pocos casos han logrado trascender la memoria colectiva de la totalidad del Pueblo Argentino, razón suficiente para que este pedido deba ser atendido con la seriedad y la dedicación más esmerada por quienes ocupan en la Legislatura Nacional la representación de la voluntad popular.

Recordamos hechos colectivos como el "Grito de Alcorta", en Santa Fe; "La Matanza de Napalpi", en el Chaco; la "Semana Trágica de 1917" de Buenos Aires; la "Patagonia trágica" de Santa Cruz; la "Fábrica Vasena" de Avellaneda; los "Basurales de José León Suárez"; el "Rosariazo" y el "Cordobaza" en las postrimerías de los 60, la significativa muerte de Vallese,

Vandor, García, y Smith, los obreros delegados y dirigentes desaparecidos durante la dictadura de 1976, son solo una parte de las interminables listas de mártires obreros que jamás debemos olvidar.

Creemos que el asesinato del compañero José Ignacio Rucci, es el ejemplo más acabado de obrero caído en la defensa de sus ideales y sobre todo a consecuencia del valor más apreciado entre nuestros cuadros sindicales: "La Lealtad".

No olvidemos que su asesinato se produce apenas dos días después de que el General Perón triunfara arrolladoramente en las urnas, en pleno estado de derecho, sin ninguna justificacion, para tanta vileza.

Cuan disímiles con los pensamientos y las palabras preparadas por José Ignacio Rucci para celebrar aquel 25 de septiembre el triunfo popular en el Acto del Movimiento Obrero Organizado y que iba a leer desde canal 13 de televisión y que entre otras cosas decía: "Ahora el fragor de las luchas ha pasado a convertirse en historia. La realidad de nuestros días es la unión, el trabajo y la paz. Por primera vez en 18 largos y sacrificados años se ha expresado sin limitación alguna, con absoluta soberanía, la voluntad popular".

En estos tiempos, recordar a compañeros de la estatura ética y moral como José Ignacio Rucci nos debe reforzar en nuestras convicciones y nos reafirma en nuestro compromiso de vida por la Unidad, el Trabajo y la Paz a la sombra de la Doctrina Nacional Justicialista. La historia de las luchas de nuestro pueblo no es un patrimonio que se adquiera retóricamente, mediante el ejercicio discursivo de una referencia histórica. La historia es una construcción social y política permanente y la forjan pacientemente mujeres y hombres en un combate cotidiano con los opresores; la historia de las luchas obreras continúa, a veces oculta, silenciosa o aletargada por impostadas escenificaciones. Lo que no se puede evitar es que continúe inexorablemente. En términos políticos la historia no es, se hace y construye con cada acción, con cada pensamiento, con cada mártir.

Cabe mencionar que la lección del día propuesto obedece al hito histórico que la justifica en particular, en cuanto y en tanto cada hecho acaecido tuvo su propia fecha, pero por la trascendencia del asesinato de José Ignacio Rucci la fecha elegida concentra el objetivo propuesto de conmemorar estos acontecimientos tan arraigados en el imaginario colectivo de los trabajadores argentinos.

Es por ello que a fin de promover con la mencionada conmemoración el recordatorio de todos y cada uno de los mártires de las mencionadas luchas obreras tan arraigadas en nuestra idiosincracia, es que solicitamos a los señores diputados apoyen con su voto la aprobación de la presente ley.