La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Declarar de interés de la Honorable Cámara de Diputados, para el desarrollo de acciones de investigación e innovación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la factibilidad del uso de la "Guadua y el Bambú" en territorios de la República Argentina por sus reconocidos rendimientos, siendo plantas de crecimiento rápido para la elaboración de construcciones y otros beneficios.

Señor presidente:

En los últimos tiempos la guadua y el bambú vienen siendo saludados como un súper material, útil para la construcción por su dureza y para otros usos por su versatilidad. Incluso se dice que podría ser capaz de absorber el dióxido de carbono que la tecnología humana genera. Ambos se han convertido últimamente, en un material casi idolatrado por los ecologistas.

La guadua es un tipo de gramínea, es decir una hierba, pero que tiene un tronco leñoso que es la caña de bambú. Esta puede alcanzar unos 25 metros de altura, con unos 30 centímetros de ancho. Crece en casi todos los continentes a excepción de algunos pocos lugares de Europa, y la especie Phyllostachys Pubescens es la planta que más rápido crece en todo el mundo. En un día, una caña puede alcanzar el metro de altura o más, si bien para que el bambú esté en su estado de máxima dureza deben pasar unos tres años.

Cuando alcanza esa dureza máxima adquiere una resistencia y flexibilidad que pocos materiales tienen. Así es que se lo suele llamar el acero vegetal, porque justamente es tan resistente como el acero y el concreto. En la construcción se utiliza para hacer pisos, techos, muebles, paredes, e incluso en los andamios que se utilizan en la construcción de edificios de decenas de pisos. Hay casas enteramente construidas en bambú.

Al ser una gramínea, absorbe mucho más dióxido de carbono que el pino, por lo tanto es que un bosque de bambú pensado para comercialización es más favorable ambientalmente que un bosque de pinos. Incluso resulta muy sustentable si se lo piensa como bosque de cultivo, dado que suele vivir unos diez años como mucho, y cuando muere devuelve el dióxido de carbono a la atmósfera con lo cual es preferible en ese aspecto siempre aprovecharlo y que crezca una nueva camada.

Se trata de un cultivo que no necesita de grandes inversiones, y no requiere fertilizantes, ni pesticidas. Demanda muy poca agua, y puede crecer en tierras que no sirven para otro tipo de cultivos. Muchas de las regiones del mundo más óptimas para su crecimiento están ubicadas en países en vías de desarrollo, por lo que la proliferación de este tipo de cultivo podría ser un boom económico para ellos. Existe una organización llamada International Network for Bamboo and Rattan , a la que pertenecen 38 países, con base en Beijín, que busca forestar zonas que habían sufrido la tala ilegal indiscriminada, y para ello se valen del bambú. Ya lo hicieron con éxito en 1996, donde lograron reclamar una tierra arruinada por fábricas de ladrillos. Gracias al cultivo de la guadua y el bambú allí, se redujeron las tormentas de polvo, y lograron utilizar parte de la tierra para otros cultivos cinco años después.

En algunos países ya se utiliza como un reemplazo de los árboles que se talaron sin descanso, para utilizar como combustible, a cultivar y procesar el bambú para utilizarlo como carbón, a la vez que les han ayudado en el diseño y en la comercialización de un tipo de estufa cerrada, a fin de que la quema del combustible, ya sea para cocinar o calefacción, sea más eficiente.

Hasta hace poco era visto como una molestia a ser cortada, pero ante el auge que está teniendo a nivel mundial, cada día hay más plantaciones. También en Ecuador, Nicaragua y Brasil se ha extendido su cultivo, existiendo, y creciendo en casi todos los ambientes propicios.

En Buenos Aires ya circulan las bicicletas con cuadros hechos de guadua y bambú. También se lo utiliza en medicina, como alimento, para hacer instrumentos musicales, papel, muebles, como filtro de agua, cañas de pesca, etc. Tengamos en cuenta que, cuando ya haya cumplido su vida útil, puede volver a la naturaleza de la que salió, porque al ser un producto orgánico es totalmente biodegradable.

La industria del mueble también se ha ido abriendo paso en el mercado nacional o internacional. El mueble de bambú elaborado tiene un estilo característico muy distinto con dos variantes muy notorias: uno rústico más artesanal sin alteración física, es decir con sus nudos prominentes y manchas de tonalidades oscuras causadas por hongos en el mismo cultivo y, otro "descortezado", de bella apariencia y uniformidad dada en el torno.

En ambos casos el desarrollo industrial se ha dado con un alto insumo de mano de obra, y paralelamente se ha desarrollado un incipiente conocimiento como materia prima, con factibilidad de procesos mecánicos avanzados desarrollados en otros países. No obstante, construcciones complementarias como pisos, paneles, laminados, papel, pulpa, viviendas, puentes, centros culturales, etc., demuestran el interés y avance de tales aplicaciones, promovidos por diversas instituciones.

Tengamos presente a este significativo material versátil, con importantes características en su comportamiento físico mecánico en estructuras. La relación resistencia/peso lo hace tan importante como las mejores maderas, con una ventaja a su favor y es la de ser un recurso natural renovable de rápido crecimiento y fácil manejo, que además aporta importantes beneficios ecológicos durante su crecimiento. Todas estas características y el haber incursionado ya en procesos de industrialización, ambos materiales, hacen buenas expectativas hacia el futuro.

Es importante señalar que con el uso del bambú y la guadua en los procesos industriales anteriormente mencionados, el impacto sobre los bosques nativos se reduciría para pasar a ser, un sustituto de la madera.

Por todo lo expuesto es que solicito a mis pares me acompañen en esta propuesta ya que hablamos de un material útil y viable para nuestro desarrollo industrial.