PROYECTO DE TP
Expediente 5378-D-2008
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE LA ERRADICACION DEL TRABAJO INFANTIL RURAL.
Fecha: 25/09/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 130
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Dirigirse al Poder Ejecutivo
Nacional, para que a través del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social,
se sirva informar sobre los puntos que abajo se detallan, relacionados con la
erradicación del trabajo infantil rural.
1- ¿Cuáles son las acciones y
medidas concretas que vienen llevándose a cabo para erradicar el trabajo infantil
en las zonas rurales?
2- ¿Cuáles son los resultados, en
términos cuantificables (datos o estadísticas) obtenidos hasta el momento por la
implementación del Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo
Infantil? De existir otro/s programa/s desarrollar resultados y acciones a futuro.
3- En el caso específico de la
Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI) ¿Qué
acciones conjuntas está llevando adelante con las comisiones provinciales?
¿Cuáles son los resultados concretos, en términos cuantificables, obtenidos hasta
aquí en las distintas jurisdicciones?
4- En el caso específico de
Santiago del Estero, ¿Cuáles han sido las medidas concretas, para terminar con la
utilización de niños en tareas relativas al desmonte y a la siembra y cosecha de
cultivos como maíz, girasol o soja?¿Cuáles fueron las medidas llevadas adelante
por la COPRETI (Comisión Provincial para la Erradicación del Trabajo Infantil) de
Santiago del Estero orientadas a detectar y suprimir el uso de niños trabajadores
en los ámbitos rurales?.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La llamada
segunda revolución de las pampas, propulsada por innovaciones tecnológicas
como la siembra directa significó un fenomenal avance de la frontera agrícola,
fundamentalmente hacia las áreas extra pampeanas o aquellas históricamente
consideradas marginales. Paralelamente a la incorporación de nuevos predios
productivos se incrementó el desmonte de bosques nativos a fin de ganar nuevas
tierras cultivables, tendencia muy notoria en provincias como Córdoba, Santiago
del Estero, Chaco o Salta. Cabe aclarar que, si bien, las prácticas de desmonte
son de larga data en nuestro país, es a partir de 1996 con la introducción de la
soja RR, desarrollada genéticamente para ser implantada en regiones
tradicionalmente adversas (por medias térmicas elevadas o déficit hídrico
relativo) cuando el proceso se acelera. (1) En las áreas extra pampeanas, este
proceso de expansión agrícola, ligado estrechamente a las prácticas de desmonte,
además de ser estimulado por los avances en las técnicas de siembra y en la
genética de las semillas va a recibir impulso a través de otros dos factores
fundamentales. Por un lado, con la inauguración de un ciclo de buenos precios
agrícolas plasmado en el último decenio y por el otro, con el sensible incremento,
en esta misma etapa, del régimen de lluvias en las provincias del NOA y del NEA.
La convergencia de estos factores modificará dramáticamente el perfil productivo
de vastas regiones, vinculadas anteriormente a otras prácticas económicas como
ser la agricultura de subsistencia o la ganadería extensiva, atrayendo así, nuevos
actores, especializados en el desarrollo y manejo de los distintos cultivos. Ahora
bien, si prestamos atención a la evolución del universo laboral de estas regiones,
se advierte como este proceso expansivo vinculado a la soja, no sólo incrementó
la demanda de mano de obra calificada para las tareas de siembra y cosecha.
Sino que, por el contrario, implicó también la contratación de un nutrido grupo de
trabajadores para realizar labores manuales consideradas de baja calificación;
entre las cuales destacan aquellas vinculadas al desmonte de campos para su
posterior siembra. Concretamente, el trabajo de las cuadrillas de braceros,
quienes tienen a su cargo el trozado de los árboles caídos tras el paso de las
topadoras, o el de los chicos que caminan delante de las cosechadoras para
advertir la presencia de tacones y palos en campos de desmonte reciente,
implican un grupo de prácticas laborales signadas por la precariedad y la
informalidad. (2) Esto es, un conjunto de tareas riesgosas, donde se utilizan
maquinarias pesadas como topadoras y rolos, herramientas de corte como
hachas y motosierras, y todo en combinación con una elevada dosis de trabajo
infantil. Tengamos en cuenta que los menores de edad integran frecuentemente
las cuadrillas encargadas de fraccionar la madera obtenida en el desmonte, un
proceso que se puede extender durante meses, y en el que, como generalmente
provienen de lugares distantes, muy esporádicamente volverán a visitar a sus
familias.
Un caso paradigmático en cuanto a
la utilización de mano de obra infantil (3) para tareas relacionadas al desmonte se
da en Santiago del Estero, la provincia con mayor área sembrada de aquellas que
componen el NOA (4) . En zonas agrícolas de Santiago, como es el caso de los
distritos de Bandera, Los Juríes o Quimilí, se advierte claramente la utilización de
mano de obra infantil, en tareas tales como "caminar" delante las cosechadoras
para detectar y remover tacones y palos que puedan obstruir el funcionamiento
de las máquinas. Al momento de la trilla, chicos de doce, trece o catorce años se
organizan en grupos de a tres o cuatro (esto depende del ancho de corte de la
cosechadora) y "caminan el lote" anticipando el paso de la máquina durante
jornadas que se inician por la mañana temprano y se prolongan hasta el
atardecer. La paga diaria estimada es de veinticinco pesos por chico mas algo de
comida que consumen durante los breves descansos que la tarea impone; al final
del día no menos de diez hectáreas habrán sido cosechadas. Estos menores,
quienes proceden mayormente de Chaco, acampan en estos mismos predios en
condiciones sumamente precarias. En muchos casos, llegan a improvisar tiendas
de campaña con nylons y palos para protegerse así de las inclemencias del
tiempo, durante períodos que se pueden extender hasta seis meses o más. Esto
se debe a que, pasado el tiempo de cosecha, colaborarán en otras tareas tales
como: la carga de camiones cerealeros con destino a puerto, el cuidado de
animales si el campo es de explotación mixta, o el trabajo en cuadrillas para el
desmonte, ya sea en el mismo predio u otro cercano.
Lamentablemente en el caso de
Santiago de Estero, donde el uso de mano de obra infantil para trabajos rurales
es tan perceptible, no existe un relevamiento oficial acerca de su dimensión y
alcance. El último relevamiento destinado a cuantificar el uso de mano de obra
infantil a nivel nacional fue realizado en 2004, pero no incluyó a Santiago. (5) No
obstante, en la provincia, funciona una Comisión Provincial para la Erradicación
del Trabajo Infantil(COPRETI), la cual debe articular con su par nacional, la
CONAETI, todas las medidas destinadas a desterrar el trabajo de los menores en
el territorio provincial. Colaborando, a su vez, con la implementación del Plan
Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil, el cual data de
2002, y que fuera suscripto oportunamente por el Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social de la Nación, por el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y
Empleadores (Renatre), por la Secretaría de Agricultura de la Nación y por la
Confederación General del Trabajo.
Resulta indispensable destacar que
las prácticas de trabajo infantil rural reseñadas en Santiago del Estero, no son
más que algunas de las existentes, tanto en la provincia, como a nivel nacional.
Según un informe de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (UATRE), en
diferentes zonas del país los niños participan también de la recolección de caña de
azúcar, vid, arroz, frutas y hortalizas así como de tareas de siembra,
desmalezamiento, pastoreo y ordeñe de animales. Dicho informe revela también
que las cosechas de tabaco, algodón, cebolla y aceitunas son las que tienen
mayor participación de niños y niñas. Cabe señalar qué, además de los perjuicios
ocasionados por la rudeza misma de estas labores, traducidas en trastornos de
crecimiento y problemas óseos, los niños sufren también consecuencias derivadas
del uso y manipulación de agroquímicos cuyos efectos se manifiestan a corto y
largo plazo. En este sentido, la propia UATRE señala que la intoxicación
relacionada a plaguicidas y herbicidas es el flagelo más documentado en relación
a los chicos que trabajan en zonas rurales. En el caso de la producción sojera, se
han constatado casos de utilización de chicos "banderilleros" que señalan los lotes
para orientar el paso tanto de los aviones que esparcen agroquímicos, como de
las máquinas autopropulsadas, vulgarmente llamadas "mosquitos", que se utilizan
para la fumigación terrestre.
Las prácticas mencionadas, no solo
ponen en peligro la integridad física de estos chicos sino que los margina de la
posibilidad de recibir una educación adecuada (6) , por lo cual el circuito de la
marginalidad se sigue reproduciendo. Por otro lado, si bien, es innegable que el
trabajo infantil está asociado a la pobreza, esa misma que impulsa a las familias
rurales a convertir a sus hijos en trabajadores, también existe un aspecto cultural
que propicia la incorporación de estos chicos al circuito del trabajo en negro. Tal
como lo destaca un informe de la Comisión Nacional para la Erradicación del
Trabajo Infantil (CONAETI): "Para la familia rural es natural que sus hijos
trabajen. Muchas veces consideran que la pobreza y el trabajo manual son parte
de su destino. Muchas veces consideran que trabajando desde niño se aprenderá
mejor la tarea y más preparado se estará para ganarse el sustento".
Todos estos condicionamientos,
tanto materiales como culturales, están presentes en el caso de Santiago del
Estero. Caso que creemos paradigmático, por cuanto la evidente transformación
del perfil productivo de la provincia, lejos de mejorar la condición material de sus
trabajadores sumó variantes de precariedad e informalidad laboral, entre las
cuales resalta el uso del trabajo infantil. De ahí que resulte imprescindible
combatir este flagelo librando una batalla en varios frentes, en primer lugar: con
un accionar efectivo tanto de las autoridades nacionales como provinciales para
detectar la utilización de menores por parte de empresarios inescrupulosos, a fin
de salvaguardar a los primeros de los riesgos que implica el trabajo infantil
sancionando, al mismo tiempo, a quienes los contratan. En segundo lugar,
mejorando ostensiblemente la condición material de las familias de los niños
trabajadores. En el caso específico del ámbito rural, una mejor remuneración de
los padres trabajadores sumado a la posibilidad de gozar de protección social, sin
dudas desalentaría el hecho de exponer a sus hijos a las mismas tareas que ellos
realizan. Por último, en referencia al aspecto cultural, propagando al interior de
las familias rurales la convicción de que una educación adecuada para los hijos,
no solo resulta esencial para el bienestar futuro de éstos ,sino que constituye, a
la vez, el modo para interrumpir el circuito reproductivo de la pobreza.
Por todo lo precedente, solicito a
mis pares que acompañen esta iniciativa con su voto positivo.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
BENAS, VERONICA CLAUDIA | SANTA FE | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
GORBACZ, LEONARDO ARIEL | TIERRA DEL FUEGO | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
GARCIA MENDEZ, EMILIO ARTURO | CIUDAD de BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
BELOUS, NELIDA | TIERRA DEL FUEGO | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
GONZALEZ, MARIA AMERICA | CIUDAD de BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
BISUTTI, DELIA BEATRIZ | CIUDAD de BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
MACALUSE, EDUARDO GABRIEL | BUENOS AIRES | SOLIDARIDAD E IGUALDAD (SI) - ARI (T.D.F.) |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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