PROYECTO DE TP
Expediente 5376-D-2010
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO POR EL II FESTIVAL DE POESIA EN EL CENTRO, REALIZADO DEL 7 AL 14 DE JULIO DE 2010 EN LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 23/07/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 101
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Expresar su beneplácito por la realización del
II Festival de Poesía en el Centro, en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, del 7 al 14 de julio de
2010.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
I. ¿Reunión de poetas argentinos? (1)
Se viene la segunda ronda de lecturas y
debates. Semanita intensa la que se avecina, apta para todos los paladares poéticos. El
miércoles comenzará el II Festival de Poesía en el Centro, un encuentro de voces
representativas de distintas tradiciones que ha llegado para quedarse. Esta edición,
que será inaugurada en el Centro Cultural de la Cooperación por el peruano Antonio
Cisneros, estará dedicada a Juan Carlos Bustriazo Ortiz, el poeta pampeano, "anciano
de gran corazón", que anhelaba vivir hasta los 100 años, pero murió hace un mes -el
primer día de junio-, a los 80. A las lecturas en continuado de María Teresa Andruetto
(Córdoba), María del Carmen Colombo, Ricardo Costa (Neuquén), Osvaldo Bossi,
Claudia Masin (Chaco) y Juan Desiderio, entre otros, el festival se propone incrementar
los niveles calóricos de la reflexión sobre la situación de la poesía argentina y
latinoamericana en los comienzos del nuevo siglo. La política del canon y las
antologías, los circuitos de la poesía, las condiciones de la época en la producción, el
género y la construcción de las voces serán los temas que desmenuzarán Irene Gruss,
Jorge Monteleone, Santiago Sylvester (Salta), Carlos Aldazábal, Sandro Barella, Rodolfo
Edwards, Enrique Foffani, Romina Freschi, Vicente Muleiro, Maximiliano Crespi (Bahía
Blanca), Andi Nachón, Alicia Genovese, Paula Jiménez, Carlos Battilana y Liliana
Ancalao (Chubut). El cierre estará a cargo de ese mito viviente argentino que es Mario
Trejo, "el monstruo sagrado", como lo definió Guillermo Saccomanno en el prólogo de
la antología Los pájaros perdidos (Ediciones Continente).
La diversidad de estéticas de los invitados
garantizará la multiplicidad de enfoques. "No hay poesía pura, no hay sujeto puro, ni
menos sujeto poético puro, que es como decir universal, todoterreno. El espacio está
abierto", comenta Alicia Genovese. "La poesía argentina en los comienzos de este siglo
parece validar un retorno reflexivo sobre la experiencia subjetiva. La diversidad, el
otro, el uno silenciado, la percepción desde una periferia que es distinta no bien se
logra particularizar o situar alguna coordenada, forman parte de cualquier desayuno.
Los tiempos son más políticos y en esa apertura de espacios la subjetividad busca
pertenencias: una identidad necesaria para sostenerse, esa raíz dada o elegida, en
cualquier caso no fácilmente aceptada, pero sin la cual no hay sujeto ni anclaje".
Autora de poemarios como El borde es un río y Química diurna, y del ensayo La doble
voz, Genovese plantea que si hace poco más de una década analizar la poesía escrita
por mujeres y ubicarla en una perspectiva crítica provocaba reticencias y reparos, hoy
no podría trazarse ningún panorama serio sin hacer alusión a la producción poética de
las mujeres.
"La perspectiva de género en la crítica
legitimó y abrió, de manera diferente, visibilidad hacia otras subjetividades", explica
Genovese. "Los '90 focalizaron un sujeto marginal quizás un tanto autocomplaciente en
su desencanto. La entrada del nuevo siglo replantea el reconocimiento hacia otras
subjetividades. Hay otro aire como para ver a los sujetos silenciados de los pueblos
originarios; la poesía mapuche, por ejemplo, que recupera su lengua, el mapudungun,
desconocida para muchos de nosotros. Pero además, una recuperación en la lengua
poética de los dialectos productos del mestizaje que aparecen en poetas como
Bustriazo Ortiz y Leónidas Escudero. Las sexualidades que no son parte del statu quo,
la identidad buscada de los hijos de desaparecidos y de los hijos de la violencia sorda,
doméstica, de una posdictadura con punto final. El espacio se abre hacia otros muchos
márgenes, allí donde las subjetividades se rehacen, donde la poesía, siempre se supo,
busca y construye su voz."
Desde Chubut, Liliana Ancalao, poeta y
educadora que nació en esa provincia en 1961, cuenta que su apellido en mapuzungun
significa "el cuerpo del lago" y también "en medio del lago". "Los caminos de mi
experiencia y de mi origen a veces se separaron, se cruzaron o se encontraron en la
búsqueda del conocimiento", repasa. "Estudié el profesorado en Letras en la
Universidad Nacional de la Patagonia, no porque me interesara la docencia, sino por mi
amor por la literatura, aunque escribir poesía fue un caminito al costado de la carrera
universitaria. El encuentro con otros artistas y el deseo de compartir mi poesía con la
gente me hizo subir al escenario a leerla." Autora de Tejiendo con la lana cruda,
Ancalao dice que en la construcción de su voz hay una relación con la sonoridad, con
el ritmo. "La temática siempre tuvo que ver con la celebración de mi origen, aunque no
fuera consciente de ello: mis padres obreros, mi paisaje urbano y rural, mi pertenencia
a un pueblo originario; y en el lenguaje, la incorporación de las palabras del barrio y
del campo, con la carga emotiva que tienen para mí."
El reconocimiento de su identidad
mapuche-tehuelche la situó en un lugar de responsabilidad. "No quería escribir desde
este origen, sin el conocimiento, es decir me negaba a caer en el cliché de 'oh la
orgullosa raza vencida', así que salí a buscar ese conocimiento y ese camino tuve que
inventarlo", señala la poeta. "En la construcción de mi voz poética incide el aprendizaje
del mapuzungun, en la medida en que traduzco lo que primero escribí en castellano, y
también cuando incluyo palabras de este idioma en la versión castellana porque no hay
traducción poética posible. Intento escribir desde el significado que tienen las
direcciones, los colores, los números para mi pueblo, aunque a veces se me cruzan los
significados occidentales y me queda una rareza que tal vez sólo noto yo. Mi
alimentación es sobre todo la 'experiencia de campo': trabajar en comunidad, ir al
campo, compartir las ceremonias religiosas, estudiar el mapuzungun como segunda
lengua, participar en reuniones, manifestaciones y experiencias de educación
autónoma", enumera Ancalao. "Cuando logro un poema, me ordeno, junto mis partes
sueltas, las que por años han andado peleadas, y me siento más sabia. El poema me
transforma, me devuelve al mundo un poco más reconciliada con el presente".
"La poesía es un género
impune"
Poéticas hegemónicas, poéticas laterales.
El tema despierta el entusiasmo de la tribu. Vicente Muleiro apuesta por una "paradoja
feliz". "La poesía no tiene demanda más allá y más acá de que incluyamos el término
'mercado' en la discusión. Esta situación que hace pulsar las teclas de la queja le da al
género una libertad que de otro modo no tendría", afirma el poeta y narrador. "Poesía
y colocación social no suelen llevarse del brazo, no circulan en nuestro medio
prebendas que te lleven a dar los pasos para hacer subir en el escalafón. Los espacios
y las circulaciones se crean muy dificultosamente, suelen ser bastante endógenos y no
consiguen mucho más que darles una felicidad pasajera a quienes los inventan. Me
parecen enternecedores los lamentos por quedarse 'afuera' de tal o cual sistema de
prestigio, de tal o cual congreso o antología." Así las cosas, el autor de los poemarios
Boleros, Pimienta negra y Los árboles de los huérfanos advierte que la práctica poética
"queda con las manos bastante libres", libertad que le parece "sumamente favorable".
"La poesía te va a pedir más de lo que te va a dar y si seguís insistiendo es porque
estás más allá de ciertos clubes de admisión más bien imaginarios", sugiere.
Una condición fuerte de la poesía
argentina es su cuerpo textual precedente, su variedad. Muleiro menciona "el
solipsismo agónico" de Alejandra Pizarnik, "el objetivismo lírico" de Joaquín Giannu-zzi
o Juan Rodolfo Wilcock, "las selvas frondosas" de Enrique Molina, "los quiebres
significativos" de Leónidas Lamborghini, "el verbo proteico" de Juan Gelman, "los rieles
de versos" de Olga Orozco. "Poetas con padres y abuelos laboriosos cuyas huellas es
imposible no mirar a riesgo de creer que estás descubriendo una antigua pólvora.
Quien se pone a escribir poesía hoy se encuentra con muchos caminos y toda la
libertad para tomar por donde se le cante cantar. Entre nosotros -y acaso en todo
tiempo y lugar- la poesía es un género impune y en esa impunidad radican su fracaso
o su gloria." En cuanto al aire de la época, "a fin de que esté muy claro que los hubo
peores", Muleiro opta por repetir unos versos de Roberto Fernández Retamar: "Somos
hombres de transición y quizá sólo los muertos no lo sean".
El futuro combinado
Romina Freschi precisa que "el modo de
producción es el verdadero trabajo del escritor; cómo uno moldea el mundo y sus
circunstancias para hacer salir una escritura o cualquier creación particular". La poeta,
docente, traductora y directora de la revista Plebella recuerda que Barthes
recomendaba "cosas que pueden parecer mínimas", como la diferencia entre usar una
birome retráctil o una con capuchón, "y el sacar y poner el capuchón como algo
tedioso capaz de quitarnos tiempo precioso de escritura". "Las nuevas tecnologías, con
todo lo que efectivamente resuelven en términos prácticos y también todo lo que
ocultan en función de esa apariencia de facilidad, parecieran ahorrar tiempo; tanto lo
ahorran que me parece que desapareció. La falta de tiempo no es el problema hoy, sí
lo es la velocidad que a veces confundimos con falta de tiempo. Todo es ya, ya, ya."
Freschi continúa: "El siglo XXI será indudablemente adicto a la informática, con todo lo
bueno y lo malo que tiene una adicción. La tecnología está en nuestras manos para
poner el tiempo de nuestro lado. El trabajo de hallar un modo de producción, de
moldear el mundo y sus circunstancias, seguirá siendo inalienable, como lo es para
cada poeta hallar(se) (en) un lenguaje". Desde la perspectiva de la poeta, la tecnología
por ahora afecta "más los modos de circulación y los mercados que al trabajo del
escritor en sí mismo". Sin embargo, la poeta plantea que todo está variando "en este
instante". "Avanzamos los humanos -los poetas también- hacia la cultura digital. Salvo
excepciones que son destellos, no conozco una poética sustantiva de la red, pero no
tengo dudas de que algún día existirá, quizá como un nuevo arte combinado,
independiente de todos los demás, incluso de la literatura."
La pared digital
Otro tópico que promete tela para cortar
en el festival es el de los circuitos de la poesía, la multiplicación de ediciones, Internet
y otras yerbas jugosas como blogs, Twitter y Facebook. Rodolfo Edwards confiesa su
pasión por el asunto. "Es evidente que la aparición de nuevas tecnologías democratizó
el campo cultural, pero trajo como consecuencia la puesta en crisis de varios
conceptos: las ideas de 'autor', de 'valor', de 'gusto' quedaron súbitamente
anquilosadas como las máquinas de escribir o los vendedores de ballenitas", asegura el
autor de Culo criollo y Mosca blanca sobre oveja negra, entre otros, que publica
regularmente sus poemas en su blog El rey de la Boca. "En todas las disciplinas el
objeto artístico pasó a ser algo inestable, efímero, no trascendente. El 'todo vale' ha
limado las dos caras de la moneda y ahora da lo mismo ser derecho que traidor, igual
que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches se ha mezclao la vida... un poeta de
una pretérita generación lo dijo clarito. Disuelta la unicidad y al existir tantos centros,
es muy difícil hacer foco en algo. La abundancia de información ha esclerosado todo el
sistema y las cosas se atascan, se enciman, se superponen. El desorden perceptivo
permite sólo visiones parciales, todo es un vertiginoso zapping y sólo Dios sabe qué irá
a quedar de todo esto."
Edwards advierte que quizá se ha
cumplido la profecía del viejo conde de Lautréamont cuando decía aquello de que "la
poesía debe ser hecha por todos". "Para mí, a riesgo de sonar post-post moderno, esto
ha beneficiado a la poesía en algo, porque ha mermado la presión de los monopolios
que redactaban un canon, un canon espurio y arbitrario que ha dejado de tener el
sentido que tenía en otros momentos. El elitismo clasista, que todavía algunos pocos
mantienen, fue arrasado por la autogestión, por el just do it. A los medios
'prestigiosos', que en otra época legalizaban la pertenencia o no a la primera división,
hoy nadie les cree, se cayeron a pedazos", sentencia el poeta y crítico. "Gracias a las
redes generadas por la tecnología, ahora cualquier pibe se atreve y eso está bueno; se
acabaron las presiones consagratorias que sentía un joven cuando empezaba a
escribir. Lo más importante es que se recuperó el placer de escribir porque sí, de
compartir con otros una lectura en voz alta, sin pedir permiso, sin que venga alguien a
decir si es bueno o no, o a 'juzgar' como le gusta tanto hacer a la Academia".
"La poesía la estamos haciendo entre
todos como en un cadáver exquisito, de versos infinitos en un poema que no se acaba
nunca, suspendido en el tiempo como un grito que se alimenta de millones de voces",
asume Edwards. "Escribimos en blogs, Twitter, Facebook, sms; los dedos nos están
quedando mochos pero hay manchas en un mural que está quedando lindo y es de
todos y de nadie." Surfeando en la net, el poeta comenta que encontró una frase -
ciertamente provocadora- que define bien el nuevo espíritu: "Escribir poemas malos es
más lindo que leer poemas buenos".
II. Consideraciones finales
Por la relevancia cultural de este evento es que
solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA | CHACO | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |