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PROYECTO DE TP


Expediente 5296-D-2010
Sumario: EXPRESAR RECONOCIMIENTO A LA TRAYECTORIA CULTURAL DEL CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA- CEAL - AL CONMEMORARSE EL 30º ANIVERSARIO DE LA QUEMA DE ALREDEDOR DE UN MILLON Y MEDIO DE EJEMPLARES DE ESA EDITORIAL POR LA ULTIMA DICTADURA MILITAR, EL 26 DE JUNIO DE 2010.
Fecha: 20/07/2010
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 99
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Expresar su reconocimiento a la trayectoria cultural del Centro Editor de América Latina (CEAL), al haberse conmemorado el 30° aniversario de la quema de alrededor de un millón y medio de ejemplares de esa editorial por la última dictadura militar, el 26 de junio de 2010.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


I. ¿Emulando al nazismo? (1)
Cuando Boris Spivacow se aleja de Eudeba -luego de que los bastones largos del gobierno de Onganía irrumpieran a los golpes en las facultades nacionales funda, junto al grupo de intelectuales que lo acompañó en la renuncia, el Centro Editor de América Latina, CEAL, que comenzó a funcionar, sin dinero y en un departamento prestado, el 21 de septiembre de ese mismo año.
El sello brindó cantidad y calidad a través de colecciones memorables como: "Capítulo", "Historia del movimiento obrero", "Biblioteca política Argentina", "La historia popular", "Cuentos del Chiribitil", "Siglomundo", "Nueva Enciclopedia del Mundo Joven", "Transformaciones", "Historia de América en el siglo XX", "Los hombres de la historia", "¡Mi país, tu país", entre centenares de entregas en fascículos o volúmenes económicos. Llegaron a tener siete colecciones semanales.
Fue justamente durante la dictadura que derrocó a Arturo Illia que prohibieron la colección "Siglomundo" -una serie de historia universal dirigida por Jorge Lafforgue- con el curioso argumento de que era "era excesivamente antirracista", según contó Spivacow (2) Fueron secuestrados 165.000 ejemplares que nunca aparecieron, motivo por el cual la editorial inició un juicio, que ganó y que le permitió volver a publicar los fascículos. "En total, fueron 110 salidas semanales, pero había pasado mucho tiempo desde la prohibición y cuando Siglomundo volvió a aparecer se vendió mal. Ése fue un golpe duro para el Centro, que se presentó en convocatoria de acreedores, cosa que después se arregló".
Ésas fueron las dos constantes del derrotero del CEAL: la censura y las dificultades económicas. En otras palabras, de las requisas impositivas pasaban a las policiales.
La irreprochable concepción editorial del CEAL -ideas nuevas, buenas colecciones, bajo precio- era sostenida por una endeble y cuestionable administración económica. Las deudas, las malas inversiones, los malabares financieros recaían sobre los autores y directores de colección, que trabajaban sin recursos y se les pagaba poco y mal. "Eran sueldos sin fines de lucro", tal como reconocía el propio editor. Fue él quien, una vez, le dijo a alguien que recién entraba: "Yo sé que no es mucho lo que vas a ganar, pero tenés que entender que el dinero corrompe y nosotros no queremos empleados corruptos".
Ricardo Figueira, documentalista gráfico de la editorial y director de series como "Atlas total", recuerda que "en la época de Onganía dos o tres veces se planearon exportaciones grandes. Tres días antes de la primera exportación pusieron una bomba en el depósito y se destruyó el material. Al tiempo, se planeó otra exportación, y lo mismo. La tercera vez se simuló que los libros estaban en un lado y estaban en otro; la bomba la pusieron igual pero en el lugar falso. Evidentemente alguien pasaba la infom1ación, pero nunca supimos quién" (3) .
Contexto de terror
En 1974, fue secuestrado y fusilado por la Triple A Daniel Luaces, uno de los empleados de la editorial, en una manifestación estudiantil. Fue el primer compañero de trabajo muerto y un preámbulo de las detenciones, desapariciones, requisas, atentados y allanamientos que se volvieron una realidad cotidiana en el CEAL, después del 76.
"Al principio tuvimos mucho miedo - cuenta la escritora Graciela Cabal-; yo cada vez que me iba para la editorial le decía a mi vecina que si a determinada hora no volvía se llevara a mis tres hijos a la casa de mi mamá, Pero, a la vez, nos acostumbramos a trabajar en ese contexto de terror, El escritorio donde yo me sentaba -por ejemplo- tenía un agujero, que fue dejado por el impacto de una de las bombas que tiraron a la editorial y yo apoyaba los papeles al lado. De repente llamaban de un depósito, nos avisaban que había habido un allanamiento y que venían para la redacción. Nosotros nos preparábamos, tirábamos carpetas, escondíamos agendas en el jardín, incinerábamos papeles.
Les decíamos a los vecinos que íbamos a hacer un asado y quemábamos papeles en la bañera, que quedaba negra del humo (4) ."
El primer libro infantil escrito por Cabal, Jacinto, fue prohibido por la dictadura sin que la autora supiera nunca por qué. "Y, simultáneamente, pasaban cosas tragicómicas. Una vez, llamaron de un depósito, dijeron: 'viene la policía', y cortaron. Nosotros empezamos toda la movida hasta que, al rato, volvió a sonar el teléfono para avisamos que era un agente que había ido a comprar un libro de Alfonsina Storni. Nosotros nos habíamos imaginado cualquier cosa pero el pobre tipo necesitaba unos poemas para que la hija llevara a la escuela."
Poco después del golpe, el CEAL lanzó la colección de "Los cuentos del Chiribitil", dirigida por Graciela Montes (5) . En Mendoza (6) , la prohibieron: uno de los cuentos se llama Los zapatos voladores, de Margarita Belgrano, y el protagonista es un cartero empleado de la municipalidad que reparte la correspondencia y al cual no le alcanza la plata para poder comprarse zapatos, entonces la gente del pueblo se reúne y organiza una colecta. La delegación del Tercer Cuerpo del Ejército en Mendoza consideró que ése era un llamado a la subversión. Pensamos hacer una presentación ante el Tercer Cuerpo en Córdoba, del cual dependían el de Mendoza y el de San Luis, pero después pensamos que si le pedíamos a Córdoba lo más probable sería que en Córdoba también la prohibieran, entonces nos quedamos en el molde (7) ."
Una de las tantas prohibiciones de "distribución, venta y circulación en todo el territorio de la Nación" que recayeron sobre libros del Centro Editor aduce que "el análisis de la obra en cuatro tomos La historia presente revela el uso de una cronología parcialmente seleccionada de hechos en e! orden mundial, en particular ocurriendo en América Latina y en nuestro país, cuyo tratamiento expositivo no es otra cosa que una apología del fenómeno terrorista. En este sentido la obra divulga los hechos, imágenes y propuestas de los delincuentes terroristas más notorios de la subversión armada e ideológica que asoló al país en los últimos veinte años". El decreto N° 2322, de noviembre de 1980, lleva la firma de Jorge Rafael Videla y de Albano Harguindeguy.
"Ser director de una colección -acota Figueira- implicaba que uno figuraba en las agéndas de un montón de gente. Teníamos un sistema para saber dónde estábamos todos, todo el tiempo. Si nos enterábamos que caía un autor al que le habíamos publicado dos libros, o un par de fascículos, llamábamos al director de colección para decide cualquier cosa y la persona ya sabía que tenía que irse de la casa por unos días."
Material cuestionable
El 7 diciembre de 1978, a las 9:30 hs, inspectores municipales apoyados por un escuadrón del Cuerpo de Caballería del Partido de Avellaneda se disponían a hacer cumplir la clausura de un local de compra-venta de papel, ubicado en Agüero y O'Higgins, por falta de habilitación. Según hace constar el informe de la seccional 4, (8) durante esa inspección que prometía ser de rutina, se toparon con "varios centenares de miles de libros, revistas y enciclopedias y discos, con marcada ideología marxista-leninista". Por esa razón procedieron "al secuestro de varios ejemplares" y a "trasladar a los operarios presentes en el lugar en carácter de detenidos". y con la presencia de Antonio López -un español de 61 años que vivía en el piso de arriba del depósito que alquilaba al CEAL- se colocaron las fajas de clausura.
El local, de unos 9 x 20 metros, era de dos plantas, aparentemente no tenía dado el "final de obra" y estaba colmado de libros, una parte embalada en papel y otra agrupada en atados de diferentes tamaños. Los agentes se llevaron veinte ejemplares de Historia del movimiento obrero y tres de la revista Historia Popular, los seis tomos de la Enciclopedia de los grandes fenómenos de nuestro tiempo, dos discos de Voces de estadistas del Siglo XX y un volumen del libro de bolsillo Poder soviético. "Dicho secuestro lo es en forma parcial, ya que debido a la cantidad existente de los mismos el cual supera a varios centenares de miles es imposible proceder al secuestro por su volumen y por su traslado a un lugar que debe ser superior en superficie al de la Comisaría de la jurisdicción", declaró ante la Policía Hugo Reyno, jefe del Escuadrón de Caballería que participó del operativo en carácter de "auxilio de la fuerza pública" (9)
El Informe de Inteligencia, (10) elaborado luego de la clausura, distinguió entre:
- "Material no cuestionable: Se encuentran entre los mismos gran cantidad de ejemplares de Amalia, tomo 1 y 2, autor José Mármol; El matadero y La cautiva de Esteban Echeverría; otros textos didácticos de química, matemáticas, economía etc. y fascículos coleccionables de Los hombres de la Historia, de diversos autores, donde se exaltan la personalidad de los grandes hombres sin distinción de épocas ni puntos geográficos, si bien entre los mismos se encuentran los fascículos destinados a Stalin, Lenín, Hitler y otros políticos de extremos ideológicos, solamente la edición se remonta a la simple evocación de hechos trascendentes de sus vidas, sin desviaciones ni exaltaciones políticas. (11)
- "Material cuestionable: En el mismo, podemos constatar la existencia de libros tales como Sociedad e Ideología, de Marx y Nietszche, Existencialismo, marxismo y empirismo lógico, El imperialismo, defensa y crítica, Las reformas económicas de la Europa socialista donde es notable la apología del sistema marxista. Se destaca en este tipo de material, las ediciones de los fascículos El movimiento obrero, Documento Popular, Transformaciones, Siglomundo, en la que se aprecian la tendencia exclusiva de magnificación de hechos revolucionarios en el mundo, etapas socialistas obreras, violencia anti-imperialismo, organizadores subversivas extranjeras (Frente Sandinista de Liberación, Movimiento de Liberación Nacional Cubano, Guerrilla Vietnamita, Revolución Socialista Peruana) también en estas ediciones es destacable las notas de críticas disociantes a los sistemas democráticos, Iglesia católica, militarismos etc."
Definida la clasificación, el informe concluye que "solo el 30 por ciento cuestionable es atentatorio a la realidad social actual de nuestro país (...) propiciando éstas la difusión de ideologías, doctrinas, sistemas políticos económicos o sociales marxistas, tendientes a derogar los principios sustentados por nuestra Constitución".
Entre otras salvedades destaca "que en los mismos no se hace mención de organizaciones subversivas proscriptas en Argentina y que de los ejemplares analizados no existen antecedentes de prohibición en el organismo interviniente".
Actas, libros y personas detenidas
Desde la mañana del 7 de diciembre, los empleados que trabajaban en el depósito quedaron detenidos: Juan Campos, Benito Villamayor, Alberto Giovanoli y Wenceslao Araujo, quien -unos días después- declaró ante los tribunales que "firmó en varias oportunidades, tanto fichas como otras hojas escritas, las cuales no leyó por haberle sido quitado los anteojos que utiliza para ello. (..) Así como le quitaron los cordones, cinturones al ingresar incomunicado, también procedieron así con los anteojos" (12)
La causa 84.669/78 fue iniciada por "presunta infracción a la ley 20.840" (13) -"contra el que intente o preconice por cualquier medio, alterar o suprimir el orden institucional y la paz social de la Nación"-y quedó a cargo del juez Federal de La Plata, Héctor Gustavo de la Serna. Los operarios recién fueron liberados el 13 de diciembre.
Ese mismo 13, poco antes del mediodía, los operativos se extendieron a los otros dos depósitos del CEAL: uno en la calle Junta 4777 y otro en Tarija 3800. Ubicados en Capital Federal, ambos quedaron clausurados luego de retirarse la bibliografía y librar ~por supuesto--las actas correspondientes. (14)
Como consecuencia fueron detenidos el encargado del primer depósito, Andrés Avelino Somer, junto a Héctor López y Eugenio Florio -el chofer y un empleado de la papelera Carranza-, que en ese momento cargaban en un camión (también incautado) fascículos de Historia del Movimiento Obrero, Transformaciones, Polémicas: todo material de rezago. También fueron arrestados los cuatro trabajadores del segundo galpón: Alejandro Nicoletti, Aruoal Contiznetti, Roberto Gutiérrez y Jorge Cufre.
"Por todo lo expuesto es que se labra el presente parte el que juntamente con las actas respectivas y detenidos se entrega en la oficina de guardia a los fines que estime corresponder". Actas, libros y personas detenidas: todo en el mismo paquete, tal como lo hace constar también otra nota en la que un enorme sello indica que va "con preso". (15)
Dos días después se presentó voluntariamente ante los tribunales Spivacow, que por entonces tenía 63 años y era el presidente del directorio y gerente general del Centro Editor. Afirmó ser el único responsable de la política del sello -desde la selección de títulos hasta su comercialización- y que por ello pedía la excarcelación de los empleados que sólo "se limitan a cumplir las órdenes e instrucciones que reciben, sin poder de decisión alguno", Fueron liberados ese mismo día.
El editor declaró que el material hallado en los depósitos era remanente que la editorial tenía en planes "vended o como rezago de papel viejo, inutilizado y por kilo para ser empleado como pulpa de papel", dado que -desde 1974- había bibliografía que "impregnada de determinado cariz ideológico", el propio sello "consideraba inadecuada para su venta", Agregó, además, que esos libros habían sido editados porque "el mercado era suficientemente amplio e interesante como para abordado comercialmente, ya que es sabido que el campo de temas políticos y sociales tienen en Argentina una cantidad importante de autores y de lectores que podría denominarse de izquierda", Muchos de los que conocieron a Spivacow saben la indignación hacia sí mismo que sintió al argumentar -tal como le habían asesorado los abogados- que era un negocio aquello que él consideraba un proyecto cultural que no debía ser condenado al rezago, Su declaración resultó clave para la sentencia.
Dos días antes del fin del año 78, el juez De la Serna solicitó a la SIDE "su intervención a fin de producir el informe pertinente, respecto de la orientación ideológica de la literatura". La nota de respuesta llegó el 9 de abril del 79 y en ella se informaba que la editorial había sido calificada de comunista desde sus orígenes. (16) E119 de abril se envió una solicitud similar --esta vez con la firma del secretario Daniel Ceccherelli- al jefe de la delegación local de la Policía Federal. Recién el 1 de junio un comisario le notificó al juez: "El departamento de Asuntos Subversivos de esta Policía designó al principal Ricardo Taddei para realizar lo requerido. Se pide que se le facilite el acceso al oficial designado al depósito de libros y entreguen al mismo un ejemplar de cada uno de los libros para proceder a su estudio". (17)
El 15 de febrero de 1980 todavía no se había realizado la evaluación, según se desprende de una nota en la que el inspector de la Policía Federal Argentina, Jorge Guillermo Rojo, solicitaba autorización al juzgado para "retirar del lugar donde se encuentren dos ejemplares de cada uno de los libros".
El informe se demoró más de un año, pero fue extenso: unas 43 páginas, en los que se estudiaron 18 títulos. Entre otros, Los orígenes del movimiento obrero (Julio Godio), la Enciclopedia de los grandes fenómenos de nuestro tiempo (números 1 al 6), El poder soviético, teoría y documentos (Vladimir Lenin, José Stalin, León Trotski), Sociedad e ideología, (Augusto Comte, Carlos Marx, Federico Nietzsche), Las grandes huelgas (Carlos Echague) y la Enciclopedia Temática Cultural (números 1 al 4).
A pesar de su extensión, la estructura de! análisis - así como las conclusiones arribadas- se repetían en casi todos los casos:
* "Apreciación (F3) 'Propicia la difusión de ideologías, doctrinas o sistemas políticos, económicos o sociales tendientes a derogar los principios sustentados por nuestra Constitución Nacional' * "Actitudes o expresiones positivas o de apología, adhesión y lo afirmación hacia:
* los movimientos de izquierda marxista * el marxismo-leninismo, comunismo, socialismo, internacionalismo * Marx, Engels, Lenin, Mao Tse Tung, Stalin y otros marxistas * luchas de clases revolucionarias; acción obrera * la guerrilla revolucionaria y sus exponentes: El Che Guevara y otros * la propiedad social de los medios de producción; nacionalizaciones * "Actitudes negativas o de detracción y/o crítica hacia:
* capitalismo * imperialismo * monopolios, * burguesía explotadora * propiedad privada."
Luego vienen las citas textuales de cada uno de los libros y las conclusiones. Vale la pena reproducir la del libro Sociedad e ideología -una compilación de textos de Augusto Comte, Carlos Marx y Federico Nietzsche- porque es una prueba de que quien analizaba la obra no era ningún improvisado.
"La parte principal de la antología la constituye la poco conocida 'Ideología alemana' (1845-1846), escrita por Carlos Marx con la colaboración de Federico Engels, que es la primera formulación detallada del materialismo histórico y, también, la severa crítica del idealismo filosófico. (...) La obra contiene ya todos los elementos principales de la doctrina que lleva su nombre. Una atención especial merecen los párrafos en los cuales el futuro autor del 'Manifiesto Comunista' bosqueja ya, en forma embrionaria, la necesidad de una revolución comunista, tendiente a abolición de la sociedad existente, con el fin de construir una sociedad nueva sin clases sociales y sin la propiedad privada.
"Cierran la selección los fragmentos de la 'Voluntad de dominio' obra inconclusa de Nietzsche, que refleja su visión del futuro libre de las cadenas de la moralidad cristiana con sus ideales de sometimiento, el altruismo y el amor.
"Bajo el cariz de un estudio antológico de las corrientes filosóficas presentadas, se busca la divulgación y el conocimiento a nivel general de posturas que no compatibilizan con el pensamiento rector del sistema de vida occidental." (18)
En este caso, como en todos los otros, se confirma la hipótesis inicial: "atenta contra la Constitución Nacional".
E125 de marzo de 1980 se dicta finalmente la sentencia. El juez entendió que "los elementos arrimados a la presente investigación no resultan suficiente para tener por acreditada legalmente la presunta infracción a la ley 20.840". Consideró que no quedaba fehaciente mente demostrado que la intención del Centro Editor fuera "alterar o suprimir el orden institucional y la paz social de la Nación". Se apoyó para ello en los dichos por los empleados detenidos -todos declararon que el material se encontraba en los depósitos con la única finalidad de ser vendido como rezago-, en las declaraciones que, en este mismo sentido, profundizó el propio Spivacow y en lo dictaminado por el fiscal, Francisco José Jauregui. (19)
Así, el juez resolvió:
"1) Sobreseer provisoriamente en la presente causa instruida por presunta infracción a la ley 20.840, dejando expresa constancia de que en la misma no existen procesados.
"II) Atento la calificación aludida en las peritaciones; fijar el plazo perentorio de un mes, a partir de su notificación, para que se cumplimente la finalidad alegada respecto del material objeto de secuestro, debiendo el gerente general de la misma, acreditarlo en legal forma".
Vale decir que las personas estaban físicamente a salvo -lo que no es poco ahora, y mucho menos lo era en aquellos años-, pero no los libros que, tal como se había argumentado, debían ser convertidos en rezago. Este fallo esconde la falsa verdad impuesta por la dictadura y validada por la Justicia: sus pasos eran perfectamente legales, si no partieran de la base errónea de que es aceptable ejercer la censura ideológica. Para un editor como Spivacow, el dictamen abría una dolorosa encrucijada: o destruía él mismo la bibliografía o la destruían las autoridades. y la quemaron ellos.
El 10 de mayo de 1980, el comisario Jorge Ferranti informó por nota que "en el plazo perentorio de un mes a partir de la fecha deberá dicha editorial proceder a la destrucción o inutilización de la bibliografía cuestionada", y el 11 de junio la seccional anoticiaba al juez que el CEAL nada había hecho al respecto.
La propia policía elaboró el acta de la quema, el 26 de junio a las 9:15, con la presencia de los testigos firmantes por el Centro Editor, Alejandro Nicoletti, Hugo Corzo y Ricardo Figueira, que ofició de fotógrafo: "Yo tuve que ir con mi cámara y me acuerdo que en algún momento hasta fue gracioso porque un policía intentó quemar todo con fósforos y, por supuesto, ese material húmedo, envuelto y apretado a lo largo de cinco o diez años no prendió. Probaron, patearon un poco y como no pasaba nada fueron a buscar a otro patrullero que trajo gasoil o algo similar".
El procedimiento demoró gran parte del día: dos veces se cargó un camión en el depósito de Agüero que se trasladó hasta la calle Madariaga al 1800 donde fue pesado en la báscula de camiones. En total, 24 toneladas y media fueron arrojadas en un baldío situado en Sarandí, en la calle Ferré, entre Agüero y Lucena.
Alrededor de un millón y medio de ejemplares comenzaron a arder alrededor de las cuatro de la tarde. Entre ellos, la Nueva enciclopedia del mundo joven, dirigida por Amanda Toubes, (20) que fue incendiada íntegra. "Me acuerdo que en uno de los fascículos, de historia del feudalismo, había un príncipe -agrega Cabalque no se terminaba de quemar. El pobrecito era un príncipe medio afeminado y lleno de flores que se resistía a la hoguera. "
Según el informe del comisario Ferranti "la incineración se prolongó hasta las 22 horas quedando en este momento solo cenizas y continuando la combustión pero con restos no identificables de los libros (21) .
II. Consideraciones finales
La quema de libros fue la contracara de las desapariciones forzadas de personas. A 30 años de este macabro acontecimiento, que recuerda a las hogueras nazis, queremos expresar nuestro reconocimiento a la fecunda labor editorial realizada por el Centro Editor de América Latina. Por ello solicitamos la aprobación de este proyecto de resolución.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
MORANTE, ANTONIO ARNALDO MARIA CHACO FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CULTURA (Primera Competencia)