La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su repudio por el robo de cinco obras del pintor Carlos Alonso del Centro de Arte Contemporáneo Chateau Carreras, provincia de Córdoba.-

Señor presidente:

Manos anónimas robaron la obra de Carlos Alonso, "Manos Anónimas". Un juego de palabras que como todos los significados, revelan verdades ocultas. La obra que fue sustraída de un depósito del Centro de Arte Contemporáneo Chateau Carreras, otrora un palacio familiar, convertido en museo en la capital cordobesa, fue un largo y doloroso proceso de creación de Carlos Alonso quien, al transformar en arte lo que fue la negación de lo humano, respondió en parte a la pregunta de Adorno si después de Auschwitz es posible la poesía.

Las pinturas robadas integran la obra "Manos Anónimas" formada por 38 dibujos en papel, de las cuales 30 se exhiben en la sala especial del recién estrenado Palacio Ferreira, un palacete familiar convertido en museo. De las 8 obras restantes que habían quedado en el depósito del Chateau Carreras, fueron sustraídos los cinco pasteles. El jueves 8 de noviembre las autoridades de Cultura de la provincia realizaron la denuncia policial y la investigación quedó en manos del subjefe de Investigación Criminal de la Policía de Córdoba, comisario mayor Jorge Saires.

Las obras habían sido trasladadas al Centro de Arte Contemporáneo junto a otras piezas de la colección del Museo Caraffa, que desde hace meses no puede albergarlas debido a las tareas de ampliación que concluirían a fin del mes de noviembre. No fueron robadas otras obras de altísimo valor de mercado como son los dibujos de Fernando Fader, por lo que no se descarta que el robo de los dibujos de Alonso tenga una clara intencionalidad ideológica. Los cuerpos martirizados por la tortura que como perturbadora imagen simbolizan el horror de los años en los que el Estado se hizo terrorista.

Y las "Manos Anónimas" de Alonso que en su nombre remite a los verdugos sin nombres, en realidad, registran el dolor anónimo del que se hizo desaparecer. Una obra que impacta emocionalmente y hace imaginar si con el robo lo que se intenta en realidad es borrar lo que molesta como verdad, la corporización de lo que se buscó hacer desaparecer: los cuerpos lacerados. Entre ellos, el de Paloma, la hija desaparecida del artista que vive en Unquillo. Las pinturas robadas son precisamente las que muestran los cuerpos martirizados, ultrajados, destrozados, esos que en la realidad se hizo desaparecer para negar el delito; sin cuerpos no puede haber asesinatos. La ingenua como perversa ideología escondida en esa estrategia de esfumar los cuerpos, los Desaparecidos que regresan como demandas de justicia, como fantasmas, como obra de arte.

"Pintar sobre el Proceso era reconocerle un grado de categoría estética, que lo sanguinario y la ferocidad de un régimen genocida, un ejército de caníbales, podía ser temática para un cuadro... Pasaron muchos años en que yo me ponía frente al papel en blanco y me quedaba paralizado, no podía dilucidar la traducción de todo este dolor en temática. Cuando se involucra la propia carne, todo cambia", explicó el mismo artista Carlos Alonso cuando en septiembre de 2005 inauguró la serie que integra la muestra de "Manos Anónimas", adquirida por el estado provincial en una cifra que rondó los 120 mil dólares. Pero independientemente del precio con el que se cancela el valor, la obra de Alonso tiene un significado superlativo ya que sólo un gran artista puede decir de manera plástica, paradójicamente bella, lo que espeja a todo un país en esa furia de formas y colores que muestra lo que se pretendió ocultar. De modo, que no debe caerse en la tentación moderna de valuar a las "manos anónimas" por el precio que pagó el gobierno cordobés o la valuación del artista para el mercado, sino que las obras robadas han hecho doblemente desaparecer lo que con la pintura el artista devolvió a la vida, aunque fuese como martirio. Una nueva ausencia que como perturbadora simbología se agrega a esa gran ausencia de un país que se busca a si mismo.

En virtud de estos argumentos, Sr. Presidente, es que solicito la aprobación del presente proyecto de resolución.