El Senado y Cámara de Diputados...

REGISTRO NACIONAL DE PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN BASICA Y APLICADA CON OBJETO EN LA PRODUCCIÓN.

ARTICULO 1º: Crease en el ámbito de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SeCyT) el Registro Nacional de Proyectos de Investigación e Innovación Básica y Aplicada con objeto en la Producción y el Desarrollo Productivo que sean generados tanto por organismos dependientes de la Secretaria de Ciencia y Técnica, Centros de Investigación y por las Universidades Nacionales.

ARTÍCULO 2º: A los efectos de la constitución del Registro del artículo 1º, incluyese a todos los proyectos cuyo desarrollo estén vinculados prioritariamente a:

1. Proyectos dirigidos a mejorar y potenciar la capacidad innovadora de las MIPyMES en sus procesos productivos.

2. Proyectos dirigidos a integrar y potenciar las cadenas de valor en el desarrollo productivo integral.

3. Proyectos dirigidos a fomentar el desarrollo exportador con valor agregado y la producción de bienes de capital.

4. Proyectos dirigidos a incrementar la productividad agropecuaria sustentable, que fomenten la reconversión de las prácticas agropecuarias y la integración de las cadenas agroalimentarias y agroindustriales.

5. Proyectos dirigidos a optimizar los procesos de producción con tecnologías no contaminantes.

6. Proyectos que promuevan el desarrollo de tecnologías para la defensa.

7. Proyectos de modificación y reconversión productiva.

8. Proyectos de Investigación Básica Aplicada.

ARTÍCULO 3º: Sin perjuicio de la enumeración expuesta en el artículo 2º, facúltese a la Secretaria de Ciencia y Técnica a incorporar Proyectos e Innovaciones que por su naturaleza y objeto se vinculen directa o indirectamente a lo descripto.

ARTÍCULO 4º: Estarán incorporados en la conformación del Registro Nacional de Proyectos de Investigación e Innovación Básica y Aplicada con objeto en la Producción y el Desarrollo Productivo, toda investigación generada por parte de los organismos e institutos dependientes del Sector Público Nacional, sean estos Centralizados o Descentralizados. Complementariamente podrán incorporarse los proyectos o innovaciones comprendidos, que se generen en instituciones de carácter privado cuyo objeto sea la investigación científica y tecnológica.

ARTÍCULO 5º: El Poder Ejecutivo Nacional establecerá la modalidad para que la información integrada al Registro establecido en el articulo 1º, sea de carácter público e integrada a los registros y/o banco de datos que existan en la órbita de todos los organismos dependientes.

ARTÍCULO 6º: Invitase a las diferentes Cámaras, Asociaciones o Agrupamientos que nuclean a las diferentes actividades productivas a integrar y acceder a la información disponible en el Registro constituido.

ARTÍCULO 7º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Señor presidente:

Pensar en una política integral de desarrollo productivo sustentable significa la necesaria e indispensable vinculación entre el mundo productivo y el sistema nacional de ciencia y tecnología, dado que poder establecer la relación entre ambos constituye el único sostén que garantizará en el tiempo que nuestro evidente crecimiento se convierta en un auténtico desarrollo sostenido.

La afirmación efectuada no debe ser un juego de palabras o una frase de lo que es políticamente correcto, pensar el crecimiento con desarrollo es afirmar que sin vinculación entre la investigación y el mundo productivo el desarrollo se convierte es una mera quimera circunstanciada a coyunturas determinada por ciclos, parafraseando al famoso economista ruso Kondratiev la historia nos demuestra que no son eternos y siempre están supeditados a variables que exceden la órbita de cada país y de cada región. Sintéticamente podemos citar innumerables ejemplos de esta afirmación, en la cual naciones que en su momento se favorecieron de los términos de intercambio, producto de una escalada de los precios de comercialización de sus productos y que en vez de dotar de mayor valor a los mismos y/o diversificar su matriz productiva, la renta generada fue consumida y la bajísima y/o nula inversión en investigación, los volvió a condenar al atraso estructural.

Ejemplo de esto último en las últimas décadas, lo vemos marcado en Latinoamérica, en África y en ciertos Países centrales. Por el contrario naciones que emergieron independientes a partir de mediados del Siglo XX, como La India, Corea del Sur, Indonesia, Israel, un tiempo antes Finlandia

entre otros, han hecho de la inversión en Investigación y en capacitación científica técnica un auténtica política de estado, que décadas después los convierte no solo en países líderes en materia de patentes y royalties, sino además en gigantes industriales multiplicando en poco tiempo su incidencia en la actividad económica mundial, relegando a las otrora potencias coloniales que los sojuzgaban en base al vasallaje y a la explotación colonial.

En nuestro continente el ejemplo ilustrativo de ello lo vemos en la República Federativa del Brasil, que hasta mediados del siglo XX, era en cuanto a su incidencia en investigación sensiblemente menor que la Argentina, y consecuencia de un consenso que permitió la adopción de una monolítica política de estado, la inversión en investigación a partir del fomento e incentivos para la formación de investigadores en diversas disciplinas e incumbencias, se multiplico. Consecuentemente podemos observar décadas después los frutos de la adopción de esa política en la impronta e incidencia en su notable desarrollo tecnológico, cuestión esta que podemos ejemplificar con EMBRAER. Una empresa que en treinta años paso a convertirse en líder mundial en innovación y producción, siendo hoy una de las 5 empresas más relevantes en el campo de la producción aeroespacial tanto de uso civil como en cuanto la producción para la defensa. Ilustramos esta afirmación en la innovación y producción de toda una generación de aviones producida, Situación está que nos obliga a reflexionar pues muchos de sus diseños fueron incoados años antes por nuestra otrora Fabrica Militar de Aviones con sede en mi Provincia de Córdoba.

Paradójicamente nuestro país, que hasta mediados de la década del ¨70 era otrora líder en América Latina, vio reducir su inversión en investigación con relación al P.B.I. llegando a fines de la década de los ´90 a niveles casi

marginales. Sin duda de una época de oro para la investigación en las Universidades Nacionales cuando se contaba con equipamiento de última generación, como por ejemplo el microscopio electrónico de barrido que disponía la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, se pasó a una virtual edad de piedra en donde la investigación y la formación técnica paso a ser un lastre y una mera concepción de gasto, como resultaba sostenido por las distintas autoridades del momento, que concebían esta arista como un mero gasto y ni como inversión.

Esta situación más allá del esfuerzo individual y colectivo de profesionales altamente capacitados pertenecientes a instituciones como el CONICET y a las Universidades Nacionales, hizo que aunque marginalmente se siga produciendo y desarrollando la investigación a pesar de la fuga permanente de profesionales que nuestra nación padecía y que condenaba a la virtual desaparición de cualquier esperanza, tornaba el futuro de la ciencia básica y aplicada en una mera quimera.

Evidentemente la desolación que vivió la ciencia en Argentina durante 30 años, sin duda podemos afirmar hoy que fue fruto de la adopción de una visión de cierta dirigencia sobre cuál debía ser el rol de la Argentina, una concepción en donde se determinaba que su lugar era el de mero productor primario y de servicios conexos, papel que implicaba la innecesaria inversión en ciencia y tecnología dado que según esta concepción, era inútil, en síntesis era un revival de la misma concepción de la argentina hasta la primera década del siglo veinte.

Sin duda esta escalera descendente hoy podemos aseverar que ha cambiado, ya que desde el 2004 la inversión en ciencia y tecnología ha crecido, nada más claro evidencia ello, que el programa de repatriación de investigadores que ha impulsado el Poder Ejecutivo que permitió que cientos de profesionales altamente capacitados hayan vuelto a nuestro país desde ámbitos en el extranjero. Hoy podemos decir que la inversión en ciencia encuentra un eco que debemos sostener como política de estado.

En atención a lo expuesto estimo necesario, más allá de las acciones correctamente ejecutadas por parte de los diferentes organismos públicos en donde existen bancos de datos mediante los cuales se ejecutan iniciativas que contemplan el desarrollo de proyectos de articulación científica tecnología con aplicación y derivación productiva, debemos fortalecer la concreción de una efectiva correlación entre el mundo productivo y la investigación que se desarrollan en el ámbito público.

Por eso la conformación de un registro nacional que englobe la información y sea esta bajo criterios calificados en la posterior reglamentación, habilita un universo de inmensas posibilidades al sector productivo para su crecimiento y desarrollo, con consecuencias beneficiosas para toda la nación.

Por lo expuesto solicito a mis pares la aprobación del presente Proyecto de Ley.