La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su más enérgico repudio a las declaraciones emitidas por el actual Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de La Plata, Héctor Aguer en torno a la homosexualidad, durante la misa celebrada el 21 de junio, a la que había calificado como una abominación.

Señor presidente:

Durante una misa celebrada en la catedral de la ciudad, el religioso manifestó que "la homosexualidad es una abominación" amparada "ahora" por la ley y además pidió rezar por estas personas a las que trató de "descaminadas y depravadas"

En esa misma liturgia manifestó que "La del matrimonio igualitario es una ley injusta en la Argentina que va en contra del orden natural no sólo con lo que piensa la iglesia".

Estos dichos tienen una mirada estigmatizante y punitiva no sólo de quienes hoy pueden ejercer un derecho negado históricamente por el Estado, también ofende, a toda la sociedad argentina, que a instancias de reconocerse como portadora de más derechos promueven la trasformación cultural dejando atrás paradigmas autoritarios, heteronormativizadores, que con una visión binaria de los géneros niegan diferentes expresiones sexuales.

La Ley de Matrimonio Igualitario fue un reclamo histórico del colectivo LGTB, que se elaboró en coincidencia con la mayoría de los partidos políticos y sectores de la sociedad civil. Este Congreso la sancionó con el fin de institucionalizar y dar cumplimiento a efectivo a principios y valores constitucionales como son la igualdad y la no discriminación. En este sentido es necesario redoblar los esfuerzos para garantizar el cumplimiento de los derechos, particularmente de los sectores sociales más desfavorecidos.

Consideramos que estas palabras tampoco corresponden a los principios esenciales que rigen en la iglesia Católica, que en dichos del propio Papa Francisco al inicio de su ejercicio consideró "Quien soy yo para juzgar a los gays" y advirtió que la "iglesia no debe cerrar sus puertas a los más desfavorecidos y vulnerables".

Aun así, quienes tenemos la responsabilidad de legislar para todo el pueblo argentino lo hacemos con la firme convicción de dar al Estado herramientas que promuevan los derechos humanos, la inclusión desde un nuevo paradigma sobre el ejercicio ciudadano, no desde dogmas que enmarquen a las personas bajo criterios de normalidad o anormalidad.

La sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario, pone al colectivo LGTBI como protagonista de políticas públicas en el marco de un trabajo por la justicia social, la igualdad y la ampliación de derechos que se sigue profundizando día a día. Es un punto de llegada y también un punto de partida hacia la construcción de una sociedad que respete la pluralidad y la diversidad que ésta misma expresa.