PROYECTO DE TP
Expediente 5087-D-2011
Sumario: EXPRESAR ADHESION A LA CONMEMORACION DE UN NUEVO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE DON ANGEL VICENTE PEÑALOZA, OCURRIDO EL 12 DE NOVIEMBRE DE 1863.
Fecha: 11/10/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 151
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Conmemorar un nuevo
aniversario del fallecimiento de Don Angel Vicente Peñaloza,
ocurrido el 12 de noviembre de 1863, caudillo riojano y líder militar
del Federalismo Argentino.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El asesinato del Chacho
Peñaloza fue presentado por los periódicos de Buenos Aires de esa
época, como el "lógico final de un bandolero". Sarmiento y Mitre
justificarían el método en nombre del progreso. Sarmiento se
alegró por su muerte, diciendo que el Chacho era una 'bestia
dañina'. El texto de Sarmiento de 1867, en el que defiende el
crimen contra Peñaloza desató una feroz polémica con Juan
Bautista Alberdi. Es conocida la condena sarmientina: "No se trate
de economizar sangre de gauchos, es un abono (de la tierra) que es
preciso hacer útil al país. (Carta a Bartolomé Mitre del
20/9/1861).
José Hernández, nos
demostraría otra historia en torno a un crimen político que
conmovió a la sociedad argentina de la década del sesenta del siglo
pasado, a través de una serie de artículos publicados en el
periódico entrerriano "El Argentino", titulando la primera nota
"Asesinato Atroz":
"El
general de la Nación, Don Angel Vicente Peñaloza ha sido cosido a
puñaladas en su lecho, degollado y llevada su cabeza de regalo al
asesino de Benavídez, de los Virasoro, Ayes, Rolin, Giménez y demás
mártires, en Olta, la noche del 12 del actual", en referencia a
noviembre de 1863. El general Peñaloza contaba 70 años de edad;
encanecido en la carrera militar, jamás tiñó sus manos en sangre y
la mitad del partido unitario no tendrá que acusarle un solo acto
que venga a empañar el valor de sus hechos, la magnanimidad de
sus rasgos, la grandeza de su alma, la generosidad de sus
sentimientos y la abnegación de sus sacrificios".
Con las publicaciones
sobre la muerte del Chacho Peñaloza, José Hernández pone en
evidencia contradicciones entre los documentos oficiales,
representando una falsificación de la historia reconocerlo solo
como el autor del "Martín Fierro", a quien quiso difundir
masivamente lo que ocultaban los sectores dominantes.
En 1821, Ángel Vicente
Peñaloza, apodado el Chacho, trabó amistad con el Comandante
Juan Facundo Quiroga y luchó, bajo su mando, contra las fuerzas
unitarias al mando de Lamadrid y el General José María Paz.
Quiroga acuerda con Juan Manuel de Rosas un plan para destruir a
las fuerzas unitarias en el interior del país e inicia, junto con
Peñaloza, una campaña que culmina con el dominio de Cuyo, La
Rioja, San Luis, Mendoza, Catamarca y Tucumán.
Durante el gobierno de
Paulino Orihuela, gobernador de La Rioja, el Chacho fue designado
comandante militar y su prestigio era tan grande que en 1833
comandó la escolta de Quiroga.
Cuando se produjo el
asesinato de su jefe y protector en Barranca Yaco, el 16 de febrero
de 1835, quedó como sucesor indiscutido de su popularidad.
En 1840 se pronunció
contra Rosas porque creyó que éste había sido uno de los
instigadores del asesinato de Quiroga. A las órdenes de Lavalle, el
Chacho sublevó los Llanos e inició una guerra de guerrillas contra el
fraile Aldao que había ocupado La Rioja. Finalmente fue derrotado
por el ejército del gobernador federal de San Juan. Se exilió un año
en Chile y en 1844, volvió a San Juan prometiéndole a Benavídez
que se sometería al régimen de la Federación.
En 1848 y en una
situación de pobreza extrema, le permiten volver a La Rioja, su
provincia natal. Esta situación molestó a Rosas que le exigió a
Benavídez, enviar al Chacho a Buenos Aires, aunque el gobernador
eludió la demanda. No obstante estar bajo garantía, participó en el
derrocamiento del gobernador riojano, Vicente Mota. A partir de
ese momento, la situación del Chacho mejoró su prestigio en el
sostén del nuevo gobierno de Manuel Bustos. En 1852, con la
derrota de Rosas, se afirmó con mayor solidez, intervino en
cuestiones de política local y llegó a cartearse con el general
Urquiza.
El nuevo gobernador de
La Rioja, Solano Gómez, toma una serie de drásticas medidas que
provocan que en 1856 Urquiza -en ese momento, presidente de la
Confederación-, envíe una comisión que interviene en los asuntos
provinciales. Ante el fracaso de los intentos encauzar la política
provincial en el marco de la Constitución nacional, estalla una
revolución promovida por Bustos y apoyada por Peñaloza que
destituye al gobernador.
La Legislatura lo
reemplaza por Bustos que mantiene buenas relaciones con el
Chacho. Sin embargo, la armonía se rompió a causa de los intentos
revolucionarios de Carlos Ángel en 1859 y 1860 para derribar al
gobierno. Las sanciones aplicadas a ambos disgustan a Peñaloza
que era su protector y pide la renuncia de Bustos.
Nuevamente, el
gobierno nacional envía diferentes delegados para solucionar el
pleito pero estos fracasan. Finalmente, Peñaloza toma el poder
provincial y convoca a elecciones, que dan como resultado el
nombramiento de Villafañe como nuevo gobernador. Urquiza envía
una comisión para aconsejarlo que desarrolle una política acorde a
la Constitución nacional.
El triunfo de Mitre en
Pavón trajo un período aciago para la provincia. El gobierno central
le pide a Peñaloza que oficie de árbitro en el conflicto entre
Santiago del Estero y Catamarca. Aprovechando su ausencia el
gobernador de Córdoba, Marcos Paz, se apoderó de La Rioja. La
región se insurreccionó y decenas de partidas trataron de estorbar
y aislar a los nacionales.
Para congraciarse con
Mitre, Villafañe traiciona a Peñaloza y firma una declaración en la
que lo repudia y amenaza con castigos a los que lo apoyasen. El
Chacho regresa apresuradamente e ingresa a la ciudad con el
apoyo popular. Villafañe había huido y el gobernador delegado
repara el agravio inferido al Chacho.
En ese momento Mitre
y Paunero, alarmados por la supervivencia del Chacho, envían una
comisión a negociar con él. Los jefes liberales reconocieron la
necesidad de incluir al Chacho como una garantía del orden y la
tranquilidad en el interior pero luego, lo acusaron de delitos que no
había cometido y buscaron por todos los medios posibles, que
Mitre le declarara la guerra, designando para tal fin al gobernador
de San Juan, Domingo Faustino Sarmiento, enemigo encarnizado
del caudillo riojano.
El Chacho enarboló la
bandera de la rebelión frente al proyecto liberal y organizó una
guerra de montoneras. Intentó atacar San Juan pero fue derrotado
por el mayor Irrazábal.
Dos días antes de
morir, escribió una carta a Urquiza que se considera su 'testamento
político'. Allí le pide que se ponga al frente de la lucha contra los
herederos de Pavón.
El 12 de noviembre las
fuerzas de Irrazábal lo encuentran en su casa y le exigen que se
rinda. El Chacho entrega el puñal que le había obsequiado Urquiza
en señal de aceptación, pero Irrazábal lo atravesó con una lanza. Su
cabeza fue exhibida en la plaza de Olta durante ocho días.
Solamente desde un
enfoque nacional es posible rescatar del olvido a este mártir del
federalismo argentino y quizá uno de los ejemplos más puros de
fidelidad a una causa que registra nuestra historia.
Por lo expuesto, es que
se solicita el voto favorable para la aprobación de este Proyecto de
Resolución.
Firmante | Distrito | Bloque |
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PAREDES URQUIZA, ALBERTO NICOLAS | LA RIOJA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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CULTURA (Primera Competencia) |