PROYECTO DE TP
Expediente 5083-D-2007
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LAS MEDIDAS NECESARIAS CON EL FIN DE PROMOVER INVERSIONES PARA LA PRODUCCION DEL BIODIESEL CON DESTINO AL MERCADO INTERNO.
Fecha: 06/11/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 146
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Que sería necesario que el Estado
Nacional, a través de los organismos que corresponda, intensifique las políticas
activas que faciliten las inversiones para la producción de biodiésel con destino al
mercado interno, a favor de las PyMEs, las Economías Regionales y los
Productores Agropecuarios, tal cual lo determina la Ley 26.093 de
biocombustibles, ya que aunque dicha norma fue sancionada hace un año y
medio, todavía no se aprobó ningún proyecto de inversión a través de ese
régimen.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El 17 de octubre último pasado se
inauguró, en la localidad de San Lorenzo, Renova, una de las mayores plantas de
biodiésel del mundo, con una capacidad de producción de 230.000 toneladas al
año. Dicha planta surgió de la asociación entre el grupo santafecino Vincentin y
Oleaginosas Moreno, propiedad de la multinacional Suiza Glencore. También se
estaría por finalizar la construcción de "Terminal 6", planta de similar porte
perteneciente a Bunge y AGD.
Además, en la misma región, están
en plena ejecución proyectos de idéntica magnitud: Unitec Bio del Grupo
Eurnekian y Patagonia Bio Energy (250.000 toneladas). Tomando el conjunto de
plantas se estima que la localidad de San Lorenzo albergaría una capacidad de
producción de un millón de toneladas anuales de biodiésel.
A poca distancia de esta localidad
hay otros proyectos en marcha: Dreyfus (300.000 toneladas) y Molinos Río de la
Plata (100.000 toneladas). También habría otros aún no anunciados públicamente
(ver Héctor Huergo, "Inauguran en Rosario una planta de biodiésel", Clarín 18 de
octubre de 2007, pág. 26).
Las estimaciones difundidas a través
de los medios de prensa indican que, hacia fines de la presente década, la
producción de biodiésel en las cercanías del Gran Rosario, con destino a la
exportación, llegaría a los 2 millones de toneladas anuales.
En contraste con la rápida evolución
de las inversiones destinadas a producir biodiésel para la exportación, a un año y
medio de aprobada la Ley de Biocombustibles, no hay ninguna planta aprobada,
en construcción o en funcionamiento al abrigo de este régimen cuyo destino sea
complementar nuestro deficitario mercado de gasoil. A este ritmo, parece difícil
que se pueda cumplir con el corte obligatorio del 5% previsto para el año 2010,
que exige alcanzar una producción de 625.000 toneladas de biodiésel para fines
de la presente década.
Al no generarse esta producción,
tampoco se cumpliría con impulsar las Economías Regionales, las PyMEs o el
agrupamiento de Productores Agropecuarios, sujetos promocionados por la Ley
26.093, aprobada por este Congreso. En la práctica, como veremos a
continuación, las grandes empresas aceiteras, cuyos puertos están instalados en
las cercanías de la ciudad de Rosario, cuentan con mayores ventajas que los
sujetos y las regiones que se definieron como beneficiarios en esta norma.
A favor de éstos últimos, la Ley de
Biocombustibles subsidia la compra de bienes de capital o la realización de obras
de infraestructura mediante la devolución del IVA en un período de 3 años, u
optando por la amortización acelerada, considerando que la vida útil de la
inversión se reduce a la mitad, deducida del Impuesto a las Ganancias. Es decir,
en términos generales, las PyMEs promocionadas podrían ahorrase, en el
transcurso de tres años, alrededor del 20% del costo de la inversión.
Por su parte, el actual régimen de
retenciones a las exportaciones permite, a las grandes empresas aceiteras,
exportar el biodiésel con un 2,5% de retenciones netas de reintegros (Ver Andrés
Tovosnanska, "¿Quién paga las fábrica?", Página12, Suplemento Cash, 21 de
octubre de 2007), en lugar del 24% que deberían entregar al fisco por las ventas
externas de aceite. A un valor actualizado que ronda los 900 dólares para la
tonelada exportada de aceite de soja, la transformación de éste en biodiésel
significa un ahorro de más de 20 puntos por el pago de retenciones. Es decir
representa una economía de 180 dólares por tonelada de aceite transformado en
combustible. Para una planta, como la recientemente inaugurada por Vicentín y el
Grupo Glencore, con una capacidad de producción anual de 230.000 toneladas de
biodiésel, dicho ahorro representaría, en un año, la totalidad del costo de la
inversión estimada en 40 millones de dólares.
Resulta sugestivo que este año, en el
que se elevó en un 4% las retenciones a los productos derivados del complejo
sojero con el objetivo de subsidiar la producción y el precio interno de los
alimentos, al mismo tiempo se dejara abierto un mecanismo que permite eludir el
pago de ese aumento en una proporción varias veces mayor.
Por otro lado, los productores de
biodiésel con destino a la exportación cuentan con otra ventaja: la de acceder a
los precios internacionales de ese combustible. En cambio, quienes lo destinen al
mercado interno tienen que competir con un precio subsidiado para el gasoil.
Según una nota publicada recientemente en un matutino de la Capital (Ver
Antonio Rossi, "Diferencias regionales del precio de la nafta super", Clarín, 18 de
octubre de 2007, pág. 24), los 0,89 pesos que cuesta el gasoil sin impuestos en la
Argentina representa entre 1/2 y 1/3 de lo que vale en otros países de la región:
Brasil: 2,09; Chile 2,18; Paraguay 1,98; Perú 1,92 y Uruguay 2,77 pesos.
A las ventajas ya señaladas, a favor
de las grandes empresas aceiteras, habría que agregar que éstas son el núcleo
del principal complejo exportador de la Argentina y que sus plantas están
ubicadas en puertos que tienen a su disposición, en un radio de 400 kilómetros, el
80% de la producción de soja del país. Finalmente se podría agregar que estas
compañías, por su tamaño (facturación y exportaciones), ocupan los primeros
puestos en el ranking de mayores empresas de la Argentina y que, por tanto, no
deberían tener mayores dificultades para financiar sus propias inversiones.
En cambio, las PyMEs y los
productores agropecuarios ubicados en las regiones más alejadas de los puertos
no cuentan con las mismas ventajas, menos aún si desarrollan, como sería
deseable, cultivos energéticos que permitan una diversificación productiva.
Si no fueran suficientes todas estas
razones para justificar nuestro pedido de intensificar las políticas activas para
cumplir con la Ley de Biocombustibles, hay que agregar que la Argentina está
importando gasoil y que las refinerías existentes no tienen más capacidad de
producirlo, lo que implica, a medida que transcurre el tiempo y crece la demanda,
un mayor costo fiscal y de divisas para el país.
Entre los objetivos de la Ley de
Biocombustibles, además de colaborar con la diversificación de la matriz
energética interna, se encuentran los de promover el desarrollo rural,
especialmente de las regiones más postergadas, y favorecer a las PyMEs y a los
productores agropecuarios. Si consideramos que el Estado debe intervenir con
políticas activas en apoyo de los sectores y regiones más débiles, creemos que
sobran los argumentos y las razones para corregir y revertir la situación aquí
planteada.
Por ello, solicitamos el apoyo de los
legisladores de esta Cámara a este Proyecto de Declaración.
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
GARCIA, SUSANA ROSA | SANTA FE | ARI |
GARCIA MENDEZ, EMILIO ARTURO | CIUDAD de BUENOS AIRES | ARI |
GONZALEZ, MARIA AMERICA | CIUDAD de BUENOS AIRES | ARI |
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