La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Con motivo de haberse conmemorado el día 6 de septiembre un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1930, expresar su profunda condena y repudio al derrocamiento del gobierno constitucional del entonces Presidente Hipólito Yrigoyen.

Señor presidente:

El 6 de septiembre, se cumplieron 78 años del golpe de Estado que derrocó al segundo Gobierno de Hipólito Yrigoyen. En esta segunda presidencia, Yrigoyen fue reelegido (con un porcentaje superior al logrado en oportunidad de su primera presidencia) en las elecciones que se realizaron en abril de 1928, obteniendo una victoria amplia, que duplicó los votos de su escolta.

Tuvo que gobernar en un período de crisis mundial, que influyó tanto en los mercados europeos como americanos. La recesión determinó la caída de los valores agropecuarios, además de la demanda internacional. Desde el inicio de su Gobierno fue objeto de una conspiración de los sectores privilegiados económicamente, de la prensa y de los sectores militares reaccionarios, que no admitían el retorno del hombre que pacíficamente los había sacado del poder en las elecciones de 1916. Concientes que no tendrían posibilidad de obtener ventajas a través de procesos no cristalinos, utilizaron la estrategia del desprestigio, por todos los medios a su alcance. La campaña aplicó la formula (reiterada en posteriores golpes) basada en supuestas irregularidades, falta de actividad, burocracia, lentitud y todo otro calificativo producto de la imaginación orientada al descrédito.

Muchos de los proyectos del Ejecutivo encontraron entonces una muralla en el Congreso Nacional, más precisamente en el Senado, no permitiendo su tratamiento o sanción pese a su potencial progresista.

Podemos mencionar dentro de las decisiones de Gobierno de mayor importancia:

- Haber dado base a la aspiración de la marina mercante nacional

- La ley de arrendamientos rurales

- La ley de creación del Banco Agrícola

- Creación del Instituto del Petróleo (en armonía con la firme decisión de defender su nacionalización)

- La creación del Instituto del Cáncer

- La creación del Instituto de la Nutrición

- Sanción de leyes sobre jornada legal de trabajo (establece la semana de 48 horas para los trabajadores urbanos)

- La defensa de la riqueza pública (no permitió la enajenación de tierras fiscales)

- La fundación de centenares de escuelas

- El decreto del Ferrocarril de Huaytiquina (generando una red que diera salida al Océano Pacífico de los productos de las regiones del noroeste del país)

En materia internacional, merece mencionarse la posición antiimperialista y la defensa del valor soberano que surge de la autodeterminación de los pueblos. Fomentó asimismo la confraternidad americana y mundial

Se destaca en este período la lucha por la nacionalización del petróleo, que aprobada en diputados, fue paralizada por los conservadores en el Senado. Precisamente para el día 7 de septiembre, estaban previstas elecciones en las provincias de Mendoza y San Juan, las que con el aporte de sus legisladores podrían haber modificado la decisión del Parlamento y tratar el postergado despacho de nacionalización.

No se llegó a esa posibilidad porque el 6 de septiembre se produce la interrupción de la continuidad constitucional al ser derrocado el Gobierno elegido con una indiscutible base de popularidad, trocando por la fuerza la decisión de un pueblo, y usurpándole su poder. El general Uriburu a cargo del Gobierno provisional impuso "su orden": hubo fusilamientos, persecuciones, torturas, deportaciones, se disolvió el Congreso, se intervino las provincias con gobierno radical, se declaró el Estado de Sitio, se aplicó la Ley Marcial y el veto a las candidaturas.

El 5 de abril, pocos meses después, convoca a elecciones en la Provincia de Buenos Aires, en la creencia de que los comicios lo ganarían las fuerzas conservadoras. Sin embargo, contrariamente a lo pensado, triunfa por amplio margen el radicalismo, demostrando su lealtad a la causa del viejo caudillo. Ignorando una vez más la voluntad popular, el Gobierno de facto anuló las elecciones.

Aquel golpe de Estado lamentablemente fue el primero de muchos otros en la historia de nuestro país. En efecto, con el correr de los años se sucedieron continuas interrupciones del orden constitucional a través de levantamientos armados que en forma arbitraria derrocaron a presidentes elegidos por el voto popular. El corolario de esa práctica funesta fue el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, que instaló en el poder a una sangrienta dictadura que condujo los destinos de la Argentina hasta 1982. Este fue sin dudas el episodio más triste y oscuro de la historia de nuestro país. El saldo del accionar genocida del autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional" fue el asesinato y desaparición de 30.000 personas.

Hoy, a 25 años del restablecimiento de la democracia en nuestro país, creemos necesario seguir repudiando actos como los sucedidos el 6 de septiembre de 1930, como forma de contribuir al fortalecimiento de la salud de nuestras instituciones.

Por los motivos expuestos solicito a mis pares me acompañen en la aprobación del presente proyecto.