La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1. Expresar su rechazo a la iniciativa de las autoridades de la localidad de Foz de Iguaçu, República Federativa del Brasil, de instalar iluminación nocturna, proyecciones de rayos láser y espectáculos de luz y sonido en las Cataratas del Iguazú.

2. Remitir copias de la presente resolución al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, a la Secretaría de Turismo, a la Administración de Parques Nacionales y a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.

Señor presidente:

Hemos tomado conocimiento que el intendente de la localidad de Foz do Iguaçu, Estado de Paraná, República Federativa del Brasil, pretende instalar iluminación nocturna, proyecciones de rayos láser y espectáculos de luz y sonido en las Cataratas del Iguazú. Por medio de este proyecto queremos expresar nuestro rechazo total a esta intención de afectar el imponente paisaje prístino de esta maravilla de la naturaleza y dar a conocer esta posición a los organismos competentes del Poder Ejecutivo nacional a fin que realicen en este respecto las gestiones que estimen convenientes.

Los 275 saltos y caídas de agua que componen el imponente conjunto de las Cataratas del Iguazú constituyen un recurso compartido entre la República Argentina y la República Federativa del Brasil y como medida de conservación sobre ambas márgenes del río los dos países han constituido áreas naturales protegidas: el Parque Nacional Iguazú y el Parque Nacional do Iguaçu, respectivamente. Declaradas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Mundial (World Heritage), las cataratas se han convertido en uno de los principales destinos del turismo internacional e interno de la República Argentina. Junto con su entorno de alta selva de un verde característico, conforman un ambiente único y prístino imposible de olvidar por quien las recorre por primera vez.

Consideramos que ese es precisamente su bien más preciado: el espectáculo de su grandiosidad, enmarcado en un ambiente natural conservado. Y creemos que así debe permanecer. Toda artificialización del paisaje o modificación antrópica caprichosa pueden resultar en un desastre ambiental y por ende turístico, lo que vale decir: económico. Las Cataratas no son una obra producida por el ingenio humano, como una pirámide, una fuente de agua o un rascacielos, cuyo espectáculo puede mejorarse con la introducción de "efectos especiales". El visitante llega a las cataratas para observar naturaleza limpia, para ver una maravilla de la Creación en su estado más puro, no a disfrutar de paisajes degradados y pseudo embellecidos por la intervención humana.

En este contexto, la insistencia del intendente de la localidad de Foz do Iguaçú, cuyas repercusiones en estos días pueden leerse en numerosos medios de prensa misioneros, de colocar luces de noche, rayos láser y cierto espectáculo no muy definido de luz y sonido nocturno nos preocupa profundamente. No porque ello vaya a generar algún problema para alguna especie animal o vegetal -lo que en todo caso habrá que estudiar- pero definitivamente sí por la innecesaria y perversa artificialización de un paisaje prístino. Nos oponemos enérgicamente a esta contaminación visual y auditiva, que consideramos totalmente inadecuada para un Patrimonio de la Humanidad.

Por otra parte, el turismo es una industria cada vez más importante en Argentina que requiere de servicios y prestaciones de calidad, pero de muy poco servirá la infraestructura si se pasa por alto que lo que con mucha frecuencia buscan los turistas en nuestro país es la posibilidad de gozar de ambientes no contaminados. Iguazú y Misiones en general pueden ofrecer al turismo naturaleza, vida, verde. En la medida que estas características se vean comprometidas, estimamos que decaerá el interés de elegirlos como destino turístico.

Siendo un recurso común y compartido, toda iniciativa brasileña respecto a las Cataratas debe atender y respetar la posición argentina. No fueron pocos los esfuerzos que se desplegaron para intentar solucionar el problema del constante sobrevuelo de helicópteros del lado del país vecino y para frenar la insólita pretensión de algunos que pretendían colocar un globo aerostático del lado argentino, como para aceptar alegremente esta iniciativa de convertir a las Cataratas en una suerte de gigantesca fuente de aguas danzantes.

Por los motivos expuestos, y por los que se darán en oportunidad de su tratamiento, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.