La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Vería con agrado que el Poder Ejecutivo nacional, a través del organismo que corresponda, arbitre los medios necesarios, con el objeto de que la UNESCO declare patrimonio natural y cultural de la humanidad en la Argentina a la región de La Payunia, ubicada en el Departamento de Malargüe, al sur de la Provincia de Mendoza.

Señor presidente:

La reserva provincial La Payunia es una zona de transición entre la Fitogeografía del monte y de la Patagonia que cuenta con una superficie de 450.000 hectáreas y se encuentra ubicada en el departamento de Malargüe, al sur de la provincia de Mendoza. Este extenso parque provincial fue creado en el año 1984 con el objetivo de preservar las especies y la diversidad biológica y de proteger el paisaje constituido por una altísima concentración de volcanes en todas sus manifestaciones.

La característica peculiar de esta región de la precordillera mendocina se encuentra dada por las particularidades de su relieve, considerado como uno de los campos volcánicos más vastos de América del Sur. Esta zona concentra toda la diversidad de estilos volcánicos que se conocen: magmáticos, con agua, sin agua o explosivos, en su mayoría del período cuaternario. La gran cantidad de volcanes se evidencia en el promedio de 10,6 volcanes cada cien kilómetros cuadrados y por los más de 800 conos volcánicos, escondidos tras dunas negras, rojas, azules y amarillas. En pocas palabras, la diversidad vulcanológica convierte a la región en un paraíso para expertos ya que la reserva natural atrae a geólogos y vulcanólogos de todo el mundo. Los volcanes que más sobresalen son el Payún Matrú (en idioma aborigen: Barba o Cara de Cabrón), clara muestra del ecosistema patagónico en Mendoza, y el Payún Liso.

Asimismo se destacan dentro de este extraño paisaje las extensas planicies de lava negra con conos volcánicos, formando un atrayente arenal negro, conocido como Pampas Negras. Por otra parte, también llaman la atención las coladas de basalto y campos piroclásticos de diversos colores, que conforman un paisaje cuasi lunar. Estos últimos, denominados regionalmente como bombas volcánicas, datan de épocas geológicas muy recientes.

La reserva es también un refugio de muchas especies de la fauna autóctona. El aislamiento geográfico y la falta de agua han mantenido a La Payunia prácticamente deshabitada por el hombre, por lo que se convirtió en un área con una gran riqueza en relación a la flora y la fauna. La especie más común es el guanaco, cuya comunidad supera los 10.000 ejemplares, aunque también se destacan la ranita de cuatro ojos, el cóndor, el puma, el matuasto castaño, el lagarto cola de piche, la yarará ñata, el choique petiso, el águila mora, el jote cabeza colorada, el chorlo cabezón, la calandria patagónica, el chinchillón, el zorro gris, piche patagónico. Con respecto a la flora, existen formaciones de solupal en las cumbres más elevadas (cerros Nevado, Payún, Payún Matru) y pastizales en las estribaciones del Nevado. Además de los solupales, se encuentran jarrillas, molles, pichanillas, matorrales, y las especies del monte y de la Patagonia: colimalil (leñas amarillas), coirón, melosa, retamillo, cacho de cabra, algarrobos, patagüilla.

La riqueza cultural de la zona se encuentra dado por la casi nula intervención del hombre, que recrea la sensación de asistir a lo que fue la tierra en sus orígenes, cuando era habitada por los aucas, los indígenas que en el siglo XVIII vivían en los alrededores de Payunia. Este hecho, sumado a un ecosistema con una gran variedad de especies de flora y fauna, trae como consecuencia un gran atractivo turístico. De esta forma, se puede disfrutar de la oferta paisajística y la diversidad de vida que existe en este lugar por medio de guías autorizados por la Dirección de Turismo de Malargüe. Además de las visitas durante todo el año, se pueden llevar a cabo actividades como trekking, safaris fotográficos, avistaje de la fauna, travesías en 4x4 por caminos autorizados y cabalgatas.

Por las razones expuestas, solicito de mis pares la aprobación del presente proyecto, a fin de que la UNESCO tome en consideración las bellezas naturales de La Payunia y la declare patrimonio de la humanidad.