PROYECTO DE TP
Expediente 4986-D-2008
Sumario: EXPRESAR REPUDIO POR LAS DECLARACIONES DE LOS MINISTROS DE JUSTICIA, SEGURIDAD INTERIOR Y DERECHOS HUMANOS, ANIBAL FERNANDEZ, Y DEL INTERIOR, FLORENCIO RANDAZZO, RESPONSABILIZANDO A MILITANTES DE IZQUIERDA DE LOS INCIDENTES OCURRIDOS EL DIA 4 DE SETIEMBRE DE 2008 EN LAS ESTACIONES DE CASTELAR Y MERLO, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 10/09/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 118
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Su más enérgico repudio y
preocupación por las declaraciones efectuadas por el Sr. Ministro de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Aníbal Fernández, y por el Sr.
Ministro del Interior, Florencio Randazzo, responsabilizando a militantes del
Partido Obrero, Quebracho, MST y Proyecto Sur, de los incidentes ocurridos el
día 4 de septiembre del corriente año en las estaciones Castelar y Merlo del ex
Ferrocarril Sarmiento. Asimismo, exhortamos a los Sres. Ministros a que, en
caso de disponer de pruebas fundadas que justifiquen tan graves acusaciones,
realicen las presentaciones pertinentes ante la Justicia Federal, exigiéndoles que
se retracten públicamente si no pueden probar lo que han dicho.-
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El día jueves 4 de septiembre del
corriente año, poco antes de las 8 de la mañana y luego de que la empresa
Trenes Buenos Aires (TBA) suspendiera por problemas técnicos el servicio que
había partido de la localidad de Moreno y se dirigía a Once, cientos de pasajeros
comenzaron a bajar del tren que se encontraba detenido a metros de la
estación Castelar y a ocupar las vías. Allí varios de ellos, tras reclamar -en vano-
la presencia de personal de la empresa, comenzaron a arrojar piedras contra las
oficinas administrativas de la misma. Por tal motivo efectivos del Cuerpo de
Infantería de la Policía Bonaerense, protegidos con escudos y cascos y
disparando gases lacrimógenos, se desplegaron para frenar los desmanes.
La demora en la línea provocó que
en otra estación, ubicada en Merlo, el malestar de quienes esperaban el tren se
exprese también con graves incidentes que derivaron en destrozos similares a
los ocurridos en Castelar, a los que se sumó el incendio total de un tren, que
incluyó, según TBA, la destrucción de siete vagones.
En respuesta y a modo de análisis
de lo ocurrido el Gobierno denunció, a través del Sr. Ministro de Justicia,
Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, Aníbal Fernández, y del Sr.
Ministro del Interior, Florencio Randazzo, que los incidentes ocurridos en el ex
Ferrocarril Sarmiento fueron el resultado de una acción armada y premeditada,
responsabilizando directamente a militantes del Partido Obrero, Quebracho, MST
y Proyecto Sur de Pino Solanas.
De la calidad de los servicios
ferroviarios el gobierno no parece tener mucho que decir, de la ausencia de
controles que son su responsabilidad primaria, tampoco. En tal sentido, creemos
que las concepciones vertidas por los Sres. Fernández y Randazzo no deben ser
entendidas como meras expresiones individuales, subjetivas, de determinados
actores políticos. Este tipo de declaraciones tendientes a criminalizar la protesta
social son parte y se encuentran, más allá de la buena o mala voluntad de tal o
cual persona, al servicio de un orden social y político determinado. Un orden
que no puede asumir sus responsabilidades por la situación catastrófica en que
se encuentra el servicio público de pasajeros y que, a través de tan prepotentes
e imprecisas palabras, evidencia la continuidad sin fisuras de una política que
sólo puede intentar ocultar -cada vez con menor éxito y tras vagas apelaciones
a supuestos "complots izquierdistas"- su verdadera faz antipopular y
antinacional.
Lo que verdaderamente expresan
las declaraciones de los Sres. Fernández y Randazzo, en tanto representantes
del gobierno nacional, es la imposibilidad de escuchar y sentir cuáles son las
verdaderas necesidades del pueblo, un pueblo que siente impotencia y hartazgo
ante una realidad que ve como inmodificable.
Cuando el trabajador que día a día
utiliza, en condiciones infrahumanas, los trenes que llegan a la Capital Federal
desde distintos puntos del conurbano no encuentra a nadie que defienda sus
derechos, estas expresiones de hartazgo y rabia contenida encuentran el campo
propicio para convertirse en una expresión colectiva de protesta contra el orden
de cosas. Por lo tanto estas expresiones no pueden ser desmerecidas y desoídas
y, mucho menos, ignoradas por aquellos que deberían garantizar la correcta
prestación de tan importante servicio.
Frente a la elocuencia de la forma
en que viajan numerosos hombres, mujeres y niños todos los días, la cual
implica padecer la impuntualidad y la demora, la escasa frecuencia, la
interrupción y suspensión de servicios (sin mediar siquiera explicación), la falta
de seguridad e higiene, el hacinamiento a horas pico, etc., las palabras de los
Sres. Randazzo y Fernández parecen una burla a los usuarios que están hartos
de viajar como ganado.
Mucho más cuando las mismas
pretenden mancillar, sea por caso, la historia intelectual y política del Sr. "Pino"
Solanas. Historia que ha hecho acreedor al director de "La hora de los hornos" y
"Los hijos de fierro" de un respeto compartido por todo el espectro político
partidario, un respeto sustentado en una ética al servicio de los intereses
nacionales y populares.
Es necesario recordar una vez más
que, como resultado del proceso de Reforma del Estado iniciado a partir de la
sanción de la ley 23.696, el cual significó la desaparición de los trenes estatales,
el abandono de 30.000 kilómetros de vías férreas y la consiguiente perdida de
300.000 puestos de trabajo, lugares remotos de la geografía nacional han
quedado despoblados y subsumidos en el olvido, quedando en muchos casos
absolutamente incomunicados (situación agravada en numerosas localidades
por el fenómeno de las inundaciones). Debemos recordar asimismo que, frente
al fenómeno de la concentración urbana, muchas pequeñas localidades
subsisten gracias a que cuentan con el medio de transporte ferroviario, el cual,
aún con sus carencias actuales, sigue siendo fundamental motor del desarrollo
de numerosos pueblos rurales.
Priorizando el criterio de
rentabilidad por sobre el de servicio público se pasó de un sistema integrado,
concentrado, que manejaba los servicios de carga y de pasajeros, el tráfico
ferroviario, los talleres, el mantenimiento, la administración y la gestión
comercial a un modelo de concesiones segmentadas, en el que cada operador
debería hacerse cargo de la parte que le toca. Criterio que aún hoy, y a pesar
de las evidencias del fracaso de este modelo de privatización, no ha sido
revertido.
Como resultado de este proceso
hemos perdido en manos de una perversa lógica mercantil lo que el agrimensor,
fundador de F.O.R.J.A. y vital pensador nacional, Raúl Scalabrini Ortiz, llamaba
"el poder político de los ferrocarriles". El mismo, dirá Scalabrini evidenciando los
alcances de una verdadera Política de Estado al servicio de la Nación toda,
consiste en la posibilidad de "regular la circulación interna de mercaderías y de
pasajeros, orientar las corrientes de tráfico y de comercio exterior, distribuir la
fabrilidad y las manufacturas, diseminar la actividad y la población, estimular las
iniciativas de las provincias sofocadas por el alejamiento ferroviario y organizar
coordinadamente el transporte del país".
A pesar de contar con una herencia
de material rodante de calidad y una gran variedad de instalaciones, con el
pasar de los años los servicios comenzaron a experimentar una notoria
degradación, tanto en extensión de ramales utilizados como en calidad del
material rodante (locomotoras y vagones) y servicio en general, descontando
eventuales rehabilitaciones o aisladas inversiones en reparación de coches y
locomotoras. No se realizaron las inversiones necesarias que el mantenimiento
preventivo del material rodante y la conservación de vías, puentes y alcantarillas
exigía, todo lo cual trajo como consecuencia múltiples accidentes que podrían
haber sido evitados. En tal sentido, los estudios basados en la experiencia de la
accidentología del transporte ferroviario están marcando la tendencia del
crecimiento de los siniestros ferroviarios, tanto en los trenes interurbanos de
pasajeros como de carga, hecho que debería hacernos reaccionar de manera
enérgica a fin de evitar futuras desgracias.
Existen al respecto numerosas
actas de infracción y extensas recomendaciones por parte de la C.N.R.T.
(Comisión Nacional de Regulación del Transporte) que resultan contundentes y
lapidarias respecto al estado calamitoso en que se encuentran el material
tractivo y rodante y las vías por la que los mismos circulan, y que advierten
sobre la posibilidad de una catástrofe sobre las vías. Por tomar un ejemplo, el
informe de la C.N.R.T. de fecha 25 de enero del 2007 (expediente
000766/2007) constata que el 90% de los coches y locomotoras que operan en
la Provincia de Buenos Aires no estarían en condiciones de prestar servicios
porque ponen en peligro a la población.
Entonces nos preguntamos: ¿se
encuentran las empresas que creó la reciente Ley de Reordenamiento
Ferroviario en condiciones de garantizar la correcta y segura prestación de los
servicios? ¿El proyecto de reorganizar el sistema oficial a través de la creación
de dos sociedades estatales, una dedicada a ejecutar y administrar obras e
instalaciones y otra a la operación del servicio, ya se encuentra en
funcionamiento? Y si es así, ¿es esto lo que debemos esperar del mismo?
Desde la privatización de los trenes
con Menem hasta la actualidad los nombres de los concesionarios no han
variado: Cirigliano, Romero, Roggio, Urquía, Macri, Techint, Unión Ferroviaria y
las brasileras Camargo Correa y América Latina Logística (A.L.L.). Asimismo hay
una lógica que se mantiene constante: para mantener bajas las tarifas, el
Estado debe asumir la pérdida o compensar al operador privado a través de
subsidios, ejecutando con recursos públicos las obras que deberían realizar los
adjudicatarios privados. Esto significa en la práctica que el gobierno paga hasta
el último salario ferroviario, así como todas las roturas y reposiciones de
material. Por cuenta del Estado, los concesionarios reparan vagones,
locomotoras y estaciones, cobrando por tales trabajos varias veces más de lo
que realmente valen. El negocio de las empresas pasa a ser, entonces, cobrar
los millonarios subsidios estatales.
Desde 1995, Trenes de Buenos
Aires, la empresa de la familia Cirigliano, está a cargo de las líneas Mitre y
Sarmiento. Esta empresa posee también el Grupo Plaza de colectivos y los
talleres ferroviarios Emfer. Entre los ramales Mitre y Sarmiento concentran el
40% del movimiento de pasajeros de los trenes metropolitanos, trasladando por
año, según el portal de TBA 191,6 millones de personas. Según la última
información disponible en el sitio web de la Secretaría de Transporte, la
empresa recibió en junio último subsidios por 11.929.321,50 de pesos.
Sabemos la importancia de contar
con un servicio de trenes rápido, eficiente, económico y seguro, siendo que el
mismo resulta vital para miles de ciudadanos que lo requieren y lo utilizan a
diario, para quienes la falta de este servicio significa la imposibilidad de
trasladarse por falta de recursos para acceder a otros sistemas de transportes o,
lisa y llanamente, por carecer de alternativas para hacerlo, ya que el transporte
automotor no cubre las pequeñas localidades del interior que cada vez van
quedando más aisladas y más rezagadas en su desarrollo.
En tal sentido, entendemos de vital
importancia el mantenimiento y sostenimiento de un servicio público ferroviario
de transporte de pasajeros que pueda garantizar el adecuado servicio y la
seguridad de los mismos, todo lo cual requiere con urgencia una política de
inversión y fortalecimiento de los servicios ferroviarios que opera la nación,
junto con la anulación de las concesiones que han demostrado, como es el caso
de la empresa TBA, su absoluto fracaso, volviendo los servicios de una vez y
para siempre a manos del Estado.
Por todo lo anteriormente
enumerado, y en el convencimiento de que el ferrocarril debe volver a ser un
servicio público al servicio de la integración social, cultural y económica regional
y no un servicio privado con fines de lucro, es que solicito a los Sres. Diputados
acompañen en la sanción del presente Proyecto de Declaración.-
Firmante | Distrito | Bloque |
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MORAN, JUAN CARLOS | BUENOS AIRES | COALICION CIVICA - ARI - GEN - UPT |
LOZANO, CLAUDIO RAUL | CIUDAD de BUENOS AIRES | BUENOS AIRES PARA TODOS EN PROYECTO SUR |
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