La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su profundo malestar y preocupación por las inusuales incursiones de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de la cual son presa varios de los pequeños y medianos productores agropecuarios, comerciantes e industriales de la Provincia del Chaco, quienes sufren el agobio de las pérdidas por la contracción económica producto de la mortandad de cabezas, los bajos precios y la imposibilidad de desarrollar su actividad en lo que se considera la peor situación climática de la historia en dicha provincia. Así mismo, reclama a las autoridades nacionales y de la provincia la adopción de medidas urgentes que permitan vislumbrar un horizonte menos desolador para el comerciante y el pequeño productor rural, permitiendo establecer un marco de flexibilidad tributaria acorde a la situación catastrófica que atraviesa la economía provincial que ya dista de ser una emergencia ya que se ha transformado en un desastre.

Señor presidente:

Los productores rurales, los comerciantes e industriales de la Provincia del Chaco conviven el último año con un denominador común, la catástrofe climática. A esta paupérrima situación debe sumársele la inacción del gobierno provincial.

Los casos se repiten incesantemente al interior de la provincia. Oscar De Paoli hace 39 años que tiene una explotación ganadera en la colonia El Aguará, al sur de Machagai. Sobre un lote de 1.550 hectáreas, elaboró un ordenado sistema de cría de ganado vacuno "pensado obtener rentabilidad, acorde a la inversión realizada en perforaciones, represas, alambrado, instalaciones y compra de genética", comentó a Diario NORTE.

Sin embargo, De Paoli tiene los ánimos por el piso y "si no fuera por mi hijo, que se recibió de médico veterinario, vendo todo y me voy, lejos, porque no se puede creer que uno tenga que vivir con el corazón en la boca por el riesgo a perderlo todo".

Se le murieron, desde junio a la fecha, 320 vacas. "Y no quiero seguir contándolas para no amargarme", dice, y cuenta que "al lado del bebedero", hace unos días, se le murió un toro "campeón", por el cual pagó más de 20.000 pesos. Además de establecer un panorama desolador para el productor ganadero, De Paoli dice que "no podemos echarle la culpa de todos los males al clima, porque sobre este drama que estamos viviendo hay que sumarle la inacción o complicidad del gobierno, que nada hace para defender al productor, porque nos caen los inspectores de la AFIP para embargarnos cuentas en medio de una situación ya no de emergencia, sino de desastre". El productor considera que el agobio por las pérdidas por mortandad de cabezas, los bajos precios, la imposibilidad de desarrollar la actividad "más de una vez casi me hacen dejar la actividad del campo", pero "por el hecho de pensar en mis hijos seguí trabajando, poniendo el hombro, perdiendo plata, haciendo inversiones, pensando en que las cosas van a cambiar, pero ahora nos golpeó la sequía de manera muy fuerte", agrega.

A todo esto, evalúa que "nos empujan ahora los de la AFIP, que me parece que se quieren quedar con todo, con lo poco que nos queda, se quieren llevar y así nos arrinconan para que vendamos todo, y si eso me pasa a mí que tengo más de 1.500 hectáreas, ¿qué será del productor chico que ya está colgando la toalla hace rato?", pregunta con bronca e indignación. "Tal vez quieran que vendamos las tierras y seguro que hay dos o tres grandes, pero muy grandes tipos que quieren quedarse con todo con la complicidad de una clase política que no hace nada para detener esto", añade de manera enfática.

Siendo una Provincia esencialmente agropecuaria el efecto multiplicador negativo se expande a todas las actividades económicas delineando un futuro recesivo en todos los sectores productivos.

Por los motivos expuestos solicito a mis pares me acompañen en este Proyecto de Declaración.