La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Expresar su profunda preocupación y enérgico repudio ante los actos de vandalismo ocurridos en el ferrocarril Sarmiento en las estaciones de Castelar y Merlo, provincia de Buenos Aires durante la mañana del 04 de septiembre de 2008.

Señor presidente:

El día 04 de septiembre por la mañana un grupo hizo parar el tren a la altura de la estación Castelar para atacarlo y quemar un primer vagón. Luego en la estación Merlo incendiaron siete vagones más. Además hubo saqueos de comercios, roturas de maquinas expendedoras de boletos y autos destrozados.

Según las versiones periodísticas, los incidentes comenzaron a las 6,30 de la mañana cuando la formación del ferrocarril Sarmiento sufrió un sabotaje entre las estaciones Ituzaingó y Castelar, y en ese momento comienzan las agresiones contra los vagones. A esa altura se encuentra la denominada Base Castelar, un centro de operaciones de la línea y sería allí donde los manifestantes destrozaron autos, motos y bicicletas. A las 9 am un grupo de personas inicia un incendio en la estación Merlo, destruyendo casi la totalidad de una formación.

Asimismo algunas versiones expresan que los incidentes fueron ocasionados por grupos violentos que actuaron en forma intencional, ya que los trabajadores que viajan habitualmente no llevan en sus bolsos o prendas aerosoles para pintar ni elementos incendiarios.

Este es el tercer hecho grave que ocurre en los trenes en los últimos tres años. En noviembre de 2005, manifestantes incendiaron y destruyeron la estación Haedo del ferrocarril Sarmiento, en protesta por demoras en el ferrocarril, y en mayo de 2007 la estación Constitución del ferrocarril Roca fue escenario de una batalla campal contra las instalaciones.

Cabe destacar que en la línea Sarmiento viajan 350.000 personas por día, es decir, más de 10 millones al mes. Este ramal une la estación Once, en la Capital Federal, con Moreno en el oeste del conurbano bonaerense. En total recorre 41 estaciones y su área de influencia abarca diez municipios.

Este repudiable y vergonzoso acto de vandalismo, mediante el cual algunos intentan instalar como regla el caos cotidiano y la violencia, es sólo comparable a los momentos más oscuros de nuestra historia, los cuales creíamos haber superado definitivamente.

Resulta imprescindible que todos los ciudadanos, y en particular quienes tenemos alguna responsabilidad en el manejo de los cuestiones públicas, fijemos una firme y decisiva posición contra toda expresión de barbarie como la aquí descripta.

Es por ello, que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.