PROYECTO DE TP
Expediente 4758-D-2008
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE EL TRABAJO INFANTIL.
Fecha: 03/09/2008
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 113
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al
Poder Ejecutivo y por su intermedio a quién corresponda, respecto al
Trabajo infantil en la Argentina, se sirva informar sobre lo
siguiente:
1) ¿Cuáles son los
motivos del crecimiento del trabajo infantil?
2) ¿Qué medidas se
implementan o se implementarán para erradicar el trabajo
infantil?
3) ¿Cuáles son las
estadísticas del INDEC sobre trabajo infantil? Informe cifras por
provincia
2) ¿Qué campañas de
difusión realiza la Conaeti y el Ministerio de Trabajo para erradicar el
Trabajo infantil?
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Cabe poner de manifiesto que
la Argentina es un pais participante del IPEC desde 1996. El 1 de Julio de
1996 ratifico el Convenio de la Organización Internacional del Trabajo nº
138 sobre la erradicación del Trabajo Infantil (Ley 24650) y posteriormente
en Julio de 2000, el nº 182 sobre las peores formas de Trabajo Infantil (Ley
2555)
El 7 de Mayo de 1997 se creo
la Comisión Nacional para la erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI)
para luego mediante el dec. Nº 719 formalizarse el 25-8-2000.
La misma se creo en el ámbito
del Ministerio de trabajo con el objeto de coordinar, evaluar y dar
seguimiento de los esfuerzos a favor de la detección y erradicación del
trabajo Infantil
La cifra de la Comisión
Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti), del Ministerio
de Trabajo, refleja el cuadro de una situación que creció en un 600 por
ciento desde 1998, cuando el número de niños y niñas trabajadores ascendía
a 250.000, de acuerdo con un informe actualizado de la organización Save
the Children. Son proyecciones que hasta hoy se miden fragmentadas por
regiones como Gran Buenos Aires, Mendoza, Noroeste (Jujuy, Salta y
Tucumán) y Nordeste (Formosa y Chaco), adonde llegó la última Encuesta
de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (Eanna) para registrar que
entre el 5 y el 9 por ciento de quienes tienen de 5 a 13 años han trabajado
alguna vez. Es decir que sobre un universo de 3 millones de chicos y chicas
de esas edades, 200.000 manifestaron haber
trabajado al menos una hora
durante la semana en que se realizó la encuesta.
"Que los/as 'niños/as
aprendan trabajando' no es una expresión casual. Forma parte del lenguaje
cotidiano por el cual se refleja la constante y sistemática imposición de
conceptos culturales que responden a un modelo social, político y
económico instalado", sostiene Jorge Rodríguez, responsable del área de
Trabajo Infantil Rural de Uatre y representante de la temática Trabajo
Infantil de la Confederación General del Trabajo (CGT) ante organismos
nacionales e internacionales. "Y hablar del trabajo infantil rural implica
analizar un componente ilegal e inhumano del proceso socioeconómico y
laboral de la Argentina", que es "negado por quienes lo aplican, ejercido
como un recurso de supervivencia social para quienes lo cumplen y una
necesidad laboral muchas veces consentida y hasta impulsada por el entorno
familiar de quienes lo sufren", a través de pautas culturales establecidas que
aumentan la invisibilidad de esos niños y niñas, sobre todo en el noroeste y
nordeste argentinos, los territorios más golpeados por la pobreza.
"En el
Gran Buenos Aires, 107.671 chicos y chicas de 5 a 13 años trabajan; el
53,7 por ciento lo hace con su familia y un 28,4 por ciento en la
calle"
En el municipio de San
Vicente, por ejemplo, en Misiones, unos 18.000 obreros se desempeñan en
las tabacaleras locales junto con sus familias. Así, 25.000 niños, niñas y
adolescentes terminan realizando alguna actividad laboral en conjunto. La
mayoría acompaña a sus padres a las unidades productivas porque el trabajo
a edad temprana forma parte de su educación: en el ámbito rural, el juego
suele estar ligado al trabajo que se realiza, por lo que el límite entre jugar y
trabajar no resulta claro para esos
adultos, expone un
relevamiento del proyecto Sembrando un Futuro de Oportunidades, de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT/IPEC).
En su artículo 32, la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN) establece
que todos los niños y niñas deben "estar protegidos contra la explotación
económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser
peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para
su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social". La Argentina
ratificó estos derechos en una batería jurídica que incluye legislación
laboral, como la ley 20.744, de Contrato de Trabajo, estableciendo en los 14
años la edad mínima de admisión al empleo en cualquier actividad, persiga
o no fines de lucro.
"Pero la agudización de las
desigualdades sociales que ha sufrido el país en los últimos años, sin duda,
resulta un grave problema para el ejercicio de los derechos de niñas y niños,
que requiere de políticas públicas decididas y efectivas", remarca la
socióloga Eleonor Faur, coordinadora del área de Derechos de las Mujeres
de las oficinas de Unicef en la Argentina.
De la Patagonia a la
Mesopotamia, las chicas trabajan con sus familias desde los 5 años,
manipulan herramientas peligrosas, fumigan con agroquímicos, recogen
cosechas que gotean plaguicida y sufren alteraciones en el proceso de
maduración que dejan secuelas irreversibles. En Tucumán, los niños
cosechan nueces a garrote desde los 7 años y las niñas se dedican al cultivo
y la cosecha del tabaco. En Mendoza se los/as utiliza en vitivinicultura,
cosecha de frutales, siembra de ajo, cosecha de cebolla y olivo. En el
cinturón verde de Córdoba, Villa Dolores, Cruz del Eje y Paso Viejo, chicas
y chicos de 14 años cosechan algodón, vid, papa, olivo y trabajan en los
tambos. La Pampa emplea familias enteras para ganadería y horticultura. En
Entre Ríos, como en otras provincias, los niños comienzan a trabajar entre
los 9 y 10 años, y las niñas realizan el trabajo doméstico y familiar, al igual
que las pequeñas cartoneras del Gran Buenos Aires, que
reparten sus horas entre la
recuperación de residuos y las tareas del hogar. En el norte y sur del Gran
Rosario prevalecen el trabajo familiar y doméstico, pero también la
explotación sexual por comida o monedas. "Derivados de los focos de
pobreza, muchos casos se potencian cuando se advierte al trabajo infantil
como método de subsistencia familiar", precisa Darío Lacuadra, que integra
el equipo técnico asesor de Uatre sobre Trabajo Infantil.
En la ciudad de Buenos Aires
trabajan unas 8762 personas en la recuperación de materiales reciclables; de
esta cifra, 4223 corresponden a niños, niñas y adolescentes
En el pueblo de Nemecio
Palma, sobre el límite con Corrientes, niños y niñas se destacan por la
precocidad con que abandonan la escuela. El guardapolvo se cuelga a los 6
o 7 para iniciarse en los trabajos domésticos y más tarde trabajar en las
plantaciones. En esa transición, "muchas chicas de 12 y 13 años quedan
embarazadas por violación de sus padres u otros adultos", pariendo a sus
hijos en las peores condiciones. En cualquier caso, la cadena familiar de
trabajo no se detiene. Y esos niños sumarán una nueva boca que
alimentar.
Las adolescentes rurales de
Posadas no saben de estrategias, atadas como están a la plantación de la
yerba mate, el tabaco y la limpieza del té, y delegando en sus hermanas
menores el trabajo doméstico y el cuidado de los más pequeños. En su
mayoría, chicas de entre 6 y 17 años victimizadas por trabajos opresivos
que impiden su acceso a la educación, por enfermedades que provocan los
agrotóxicos, por el abuso sexual de patrones o de otros adultos durante el
hacinamiento en épocas de cosecha, o por la explotación sexual
comercial.
"En la ciudad de Posadas se
ven padres y madres con sus hijas de entre 8 y 9 años en las avenidas, que
las entregan a hombres que les pagan. Se sabe
de casos en que los padres dan
a sus hijas a los camioneros a cambio de alimentos y/o dinero; en todas las
zonas limítrofes sucede lo mismo", deploró uno de los participantes de las
jornadas que organizó en Misiones el Programa Nacional para la
Prevención y Erradicación Progresiva del Trabajo Infantil Rural, un
convenio de cooperación entre el Ministerio de Trabajo, la Federación
Agraria Argentina (FAA), Conaeti y Uatre.
La OIT estima que en la zona
de la Triple Frontera, al menos 3500 chicos y chicas menores de 18 años se
encuentran en situación de explotación sexual
De esos encuentros surgió un mapa de la explotación sexual que recorre
Tucumán, Salta (donde también se utiliza niñas para el tráfico de drogas),
Santa Fe, Necochea, alrededor del puerto, y se planta en Corrientes y
Misiones, donde a la ciudad de Posadas se agregan San Vicente y San
Pedro, con circuitos de explotación sexual "más organizados". La OIT
estima que en la zona de la Triple Frontera, al menos 3500 chicos y chicas
menores de 18 años se encuentran en situación de explotación sexual
obligados por sus padres o utilizados como mercancía por mafias.
"Los informes de organismos
nacionales e internacionales advierten del crecimiento de esta práctica en
nuestro país -confirma Sartori-, con especial incidencia en Iguazú,
utilizando la infraestructura turística de la zona de cataratas, y en la zona de
la Triple Frontera, pero también expandida en otras provincias y Capital
Federal."
La Argentina ratificó mediante
Ley 25.255 el Convenio 182 de la OIT sobre Peores Formas de Trabajo
Infantil, que implican la utilización de niños y niñas en actividades
pornográficas, de explotación sexual comercial, su venta y tráfico,
servidumbre por deudas y producción y venta de estupefacientes, entre
otras. Pero "la resistencia de la mayoría de la sociedad a reconocer la
importancia, la magnitud y la gravedad de la problemática es muy grande:
el imaginario social tiende a ver estas
situaciones como casos
aislados y propios de culturas de la marginalidad", resalta un documento
reciente de ese organismo acerca de la acción pública para prevenir y
combatir el trabajo infantil.
Las estadísticas oficiales
muestran que en la Argentina trabajan 1.500.000 niños y niñas, la mayoría
en condiciones críticas
En el Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia observan la
situación como "un fenómeno multidimensional. Entre sus causas surge un
entramado de factores de carácter económico, social y cultural, así como de
salud, de organización y dinámica familiar". Por lo que "cualquier
intervención propuesta deberá tener una estrategia global y multisectorial e
interdisciplinaria" que instrumente respuestas contra el abuso y la
explotación comercial en territorios rurales y urbanos, donde la actividad
cartonera constituye una tarea predominante y el trabajo más visible. "La
situación de calle en esta ciudad se está trabajando de manera focalizada,
cuando lo que se necesita es articular una política de atención metropolitana
que frene la exclusión social de estos chicos y chicas
En la ciudad de Buenos Aires
trabajan unas 8762 personas en la recuperación de materiales reciclables; de
esta cifra, 4223 corresponden a niños, niñas y adolescentes, precisa un
informe sobre trabajo infantil en la recuperación y reciclaje de residuos
elaborado por la Organización Internacional de las Migraciones y Unicef.
Otro estudio de la OIT destaca
que en el Gran Buenos Aires, 107.671 chicos y chicas de 5 a 13 años
trabajan; el 53,7 por ciento lo hace con su familia y un 28,4 por ciento en la
calle. "Esta situación requiere además, en el caso de las niñas, niños y
adolescentes, de un fuerte énfasis en la protección de sus derechos sexuales
y reproductivos", prevenir embarazos no deseados y enfermedades de
transmisión sexual y vih. Los niños y las
niñas que trabajan o se
encuentran en situación de calle padecen una vulneración de derechos en
cadena".
En Tucumán, los niños
cosechan nueces a garrote desde los 7 años y las niñas se dedican al cultivo
y la cosecha del tabaco
El Gobierno argentino
se comprometió a erradicar el trabajo infantil para 2015, en el marco
de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, firmados en 2000 por 189
países, con la intención de alcanzar mejoras en las áreas de salud,
educación y pobreza, frente a los niveles de 1990.
Según Ponce, Argentina
debería mirar experiencias exitosas en la lucha contra el trabajo
infantil, como las registradas "en Brasil y México", aunque consideró
que "Ecuador y Paraguay también tienen programas interesantes" en
esta temática, mientras que Chile logró alcanzar "una tasa mucho
menor" a la local.
En Argentina, el 6,5 por
ciento de los menores de 5 a 13 años trabaja, lo que equivale a unos
200.000 niños, mientras que entre los jóvenes de 14 a 17 años, el
20,1 por ciento cumple tareas laborales, lo que representa más de
263.000 jóvenes, según una encuesta oficial elaborada en 2006, la
última realizada sobre este asunto.
De todas formas, varios
analistas cuestionan la falta de estadísticas completas y actualizadas
ya que este sondeo no comprende la totalidad del país, por lo que el
número de chicos en situación de trabajo "puede ser mucho mayor",
según estiman.
Alberto Morlachetti, del
Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, consideró que no se
puede "hablar de cifras porque la producción de estadísticas en
Argentina tiene que ver con la ficción, no con la constatación
científica".
Los sondeos oficiales
son cuestionados en Argentina a raíz de la polémica situación que
atraviesa el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) por la
presunta manipulación de los índices nacionales, según denuncian
economistas, dirigentes de la oposición y empleados del organismo.
Por su parte, Ponce
señaló que "falta un sistema de medición continua" en el país, donde
se comenzaron a crear observatorios provinciales "para mejorar los
sistemas de información" sobre trabajo infantil, prohibido por ley,
detalló.
Concepción cultural
Otro de los desafíos a
los que se enfrenta Argentina gira en torno a la "concepción cultural"
del trabajo, principalmente en el sector rural, donde "buena parte de
la población cree que es mejor que los chicos trabajen para ayudar a
la familia", dijo a Efe Susana Singer, de la Fundación Conciencia, una
de las entidades que participan en una red nacional sobre el tema
impulsada por el Gobierno.
En las áreas rurales del
país, el 35,5 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 17 años trabaja,
un 15 por ciento más que en las zonas urbanas, según las cifras
oficiales.
Este fenómeno también
es visible en la industria, minería, construcción, trabajo doméstico,
comercio, servicios, explotación sexual y tráfico de drogas, entre
otros.
Precisamente, los
especialistas aseguran que el trabajo infantil está ligado tanto a los
bajos recursos como a la deserción escolar.
Las estadísticas oficiales
sostienen que el 2,8 por ciento de los niños de entre 5 y 13 años
que trabajan en Argentina no asiste al colegio, cifra que se eleva al
10 por ciento en el campo.
La pobreza bajó al 20,6
por ciento sobre finales de marzo último, según el cuestionado
Indec, aunque un reciente informe de la consultora SEL señaló que
el 31,6 por ciento de la población es pobre, lo que equivale a unos
11,3 millones de personas.
Pese a que en estos últimos
años se redujeron los índices de pobreza y desempleo, la Argentina no hizo
ningún avance en la reducción del trabajo infantil.
Por todas estas
consideraciones Sr. Presidente solicito a los Sres. Legisladores que
me acompañen en la aprobación del presente proyecto.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE JUSTICIA UNION Y LIBERTAD - FREJULI |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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LEGISLACION DEL TRABAJO (Primera Competencia) |