La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo, a través de los organismos correspondientes, promueva al grado de General del Ejército post mortem a José Naza- rio Benavides, fallecido en 1858, y que alcanzara el grado de Briga- dier General de los ejércitos de la Confederación.

Señor presidente:

Nazario Benavides, nacido en 1802, gobernó la provincia de San Juan por un periodo de casi veinte años. Para definir su perfil como protagonista del interior, con un poder político real en una de las etapas más controvertidas de la historia de la Confederación, es nece- sario combinar el análisis de un hombre de gobierno con el de un actor preocu- pado por el devenir institucional de la Nación.

El Brigadier General Benavides conoció la guerra en todas las formas frentes y niveles, como buen ciudadano comprometido con las causas de su tiempo, rico en conflictos. Como muchos cuyanos sufrió la transformación que lo llevara, del medio socio-económico que lo vio nacer, el del arriero, al mundo de los hombres de armas. Luchó desde 1827 en la guerra frente a los unitarios, en Ciudadela. Participó también en la Campaña del Desierto de 1833.

Tuvo conciencia de que, aún desde los límites de su región, el protagonismo era posible y se podía orientar la histo- ria de la Confederación hacia la paz y la unión. Incluso en los momentos aciagos de la guerra civil del periodo rosista y de la separación entre Buenos Aires y sus hermanas de la Confederación, se plasmó en su figura y en sus proyectos, la in- tegración de esas diversidades, constituyéndose en uno de los componentes de nuestro pasado, construido cada día por sobre banderías, asesinatos y guerras. En lo concreto, Benavides logró, a partir de un profundo conocimiento del go- bierno de Martín Yanzón -quien dominó en San Juan a partir de 1834- y de su proyecto, neutralizar el plan general que involucraba a las provincias de San Luis, Mendoza, Córdoba y Catamarca, cuyo objetivo era sustraer de la influencia del gobierno de Buenos Aires a una vasta región del interior.

Fue honesto y claro en sus convic- ciones. Los emigrados que seguían de cerca los acontecimientos de la década del '30 vinculados a la Confederación, a fin de evaluar la conveniencia de una incur- sión en el frente federal, fueron objetivos al señalar que para esa fecha Benavi- des era el más firme sostenedor de la Confederación en todo Cuyo y provincias vecinas. Sarmiento, beneficiado por su la indulgencia, de hecho, trató de atraer- lo a sus filas en repetidas oportunidades.

Benavides, recibe por su gestión de gobierno el apelativo de "Caudillo Manso", según muestra el análisis de la co- rrespondencia de sus contemporáneos, incorporado por un historiador de prin- cipios de siglo, Nicanor Larrain, en su obra "El País de Cuyo", en la que estudió la época de Benavides en los capítulos XII al XVI, con fuentes escritas y docu- mentales de tradición oral.

Su gestión pacificadora no le depa- ró sin embargo un final feliz. No gozó del el indulto al adversario, que muchas veces reprochado por sus compañeros de armas. En efecto, tras crearse el nuevo orden institucional y ser elegido formalmente el primer gobernador -Don Ma- nuel José Gómez Rufino- en el marco de la Constitución provincial de 1856, se mantuvo sin embargo el clima de tensión política. Benavides fue tomado prisio- nero y asesinado en la cárcel el 23 de octubre de 1858, lo que desencadenó una tormenta política en el territorio. San Juan quedaba por la fuerza de los hechos con un saldo de fractura en la conciliación de partidos que laboriosamente fue trabajada por Benavides.

Desde hoy, en este siglo XXI, quienes hemos estudiado a este político de la conciliación en medio de la guerra enfatizamos esa deuda con la figura del "caudillo manso" apoyamos toda gestión que convoque rendirle el homenaje esperado. Por lo que consideramos que, aunque Benavides alcanzó el máximo grado del Ejército de la Confederación como Brigadier General, una forma de realizarle un homenaje a uno de nuestros caudillos es promoverlo a General del Ejército Argentino.

Por estos motivos, Sr. Presidente, solicito a mis pares que acompañen la presente Declaración de Interés.