La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por el Proyecto "Tártago Misiones", materializado en un convenio entre sectores privados y el IFAI(Instituto de fomento agroindustrial de la Provincia de Misiones), que abre una nueva oportunidad, de obtener un enorme valor agregado industrial en el proceso de reconversión productiva para los pequeños y medianos productores agropecuarios de la provincia, facilitando su inserción en un proceso de desarrollo sustentable en el contexto de una economía abierta.

Señor presidente:

En un proyecto público - privado el gobierno de la Provincia de Misiones a través del Instituto de Fomento Agro Industrial (Ifai), habiendo visto una importante fuente de reconversión para el agro misionero dio apoyo a la producción de aceite de tártago.

Además del gobierno de la provincia, el proyecto tártago Misiones tiene convenios firmados con la Facultad de Agronomía de Buenos Aires y con el Instituto de Tecnología Industrial (Inti) para certificar toda la producción.

Lo importante del proyecto es que su plantación ocupa un lugar ocioso en las chacras que no se usaban, a lo que se suma el interés de los productores de tabaco que ven una alternativa concreta a su producción. No es que van a dejar el cultivo, pero lo que les permite el tártago es recuperar suelos. Esto es así porque las plantas deben rotarse con otros cultivos cada dos años y medio. De lo contrario atraen plagas y cae la productividad. Entonces, después de los dos años y medio, se arrancan todas las plantas y el suelo durante ese tiempo se enriqueció por hectárea de unos 20 mil kilos de materia orgánica que cayeron y lo abonaron, todo orgánicamente.

Su nombre científico es Ricinus communis y significa garrapata común, por la semejanza de sus semillas con el insecto. El tártago es un arbusto que crece casi como una maleza aunque esconde un gran potencial económico. A partir de sus semillas puede conseguirse el aceite de tártago o de ricino aceite de gran valor en el mercado internacional, ligado su precio al de los derivados del petróleo, ofrece buenas perspectivas comerciales actuales y a futuro.

En Misiones su cultivo se incentivó en el 2004 con 56 productores mayormente ubicados en la zona de Bernardo de Irigoyen. En el año 2005 el número de quienes lo adoptaron en su chacra ascendió a 670 en toda la provincia. El colono recibe 80 centavos por kilo de semillas limpias. Éstas se ubican en las plantas en forma de cachos. En promedio se espera que cada productor obtenga 3.500 kilos por hectárea plantada, lo que le significará ingresos extras por unos 2.800 pesos al año. En total los directivos del proyecto estiman que este año la producción de la provincia llegará a las 3.000 toneladas de aceite de tártago. A un precio de 1.500 dólares la tonelada, lo producido generará ingresos por 4,5 millones de dólares.

Es así, porque con el calor la planta produce más, todo lo contrario a los demás cultivos, no lo afecta la sequía. Se puede usar alternativamente en terrenos desestimados como capueras. Y además como ya se señaló, es un regenerador de suelos ya que desprende muchas hojas y materia orgánica a la tierra, actuando como un buen abono orgánico.

Brasil es el tercer productor mundial y llegó a tener una generación de 500 mil toneladas anuales. Ahora está en el orden de las 130 mil, pero viene creciendo cada año. Es así porque día a día se producen nuevos descubrimientos a partir del aceite de esta planta, desde ese país se conocen estudios para utilizar el aceite de ricino como combustible ecológico. Su valor aquí es incalculable.

La planta es originaria del África Central y tiene múltiples usos. Según especialistas en química botánica, el tártago posee una buena cantidad de usos industriales:

En el rubro farmacéutico se utiliza el aceite de ricino con el fin de realizar preparación de purgantes, bálsamos, jaleas y otros.

En la industria textil se lo requiere además para desgrase de tejidos, como humectante de telas impermeables, etcétera. También tiene demanda para la fabricación de jabones y champúes. Igualmente los derivados del tártago tienen aplicación en la siderurgia.

En el campo industrial, se conocen utilidades en la fabricación de barnices, cosméticos, lubricantes para motores de aviones y turbinas, plastificantes adhesivos, pinturas, lacas, resinas, fluidos para frenos hidráulicos, etcétera.

Como medicina, se ha comprobado que se puede obtener un polímero especial para prótesis dentro del cuerpo ya que no genera ningún tipo de rechazo. Su valor aquí es incalculable. Con las hojas impregnadas de aceite o unto de cerdo se frota la garganta en caso de tos. De la misma manera, pero con bicarbonato y aceite rosado se frotan las áreas del cuerpo que tengan alguna infección o fiebre estomacal.

Como pesticida, las hojas, tallos y ramas poseen una toxicidad baja contra la palomilla del manzano y como nematicida. Además posee propiedades antialimentarias contra el gusano cogollero del maíz.

Se espera que la evaluación del Proyecto Piloto arroje la conveniencia de expandir el área de cultivo y afianzar la actividad agroindustrial, en Misiones existen más de 80.000 hectáreas de capuera recuperable para la producción, además de poder asociarse con forestaciones o recuperar suelos desgastados por el monocultivo de la yerba mate o el tabaco.

Otra gran ventaja con respecto a otros cultivos tradicionales, es que puede ser cultivada en forma rentable sin el agregado de agroquímicos y además su cultivo puede ser realizado por medio de pequeños productores porque es absolutamente igual a como se realiza en la gran mayoría del mundo, o sea que no tiene "desventajas comparativas" por economía de escala, como ocurre con el maíz, el poroto o la soja. Esto se debe que lo ideal es su cosecha a mano.

Como puede observarse, se abre una nueva oportunidad para obtener un enorme valor agregado industrial, que lógicamente afianzará la actividad y significará para los pequeños y medianos productores agropecuarios una alternativa que les permitirá en una primera instancia munirse de una nueva herramienta para paliar la crisis económica que los afecta desde el comienzo de la década del 90 y así facilitar su inserción en un proceso de desarrollo sustentable en el contexto de una economía abierta.

Por los motivos expuestos, solicito el voto afirmativo de mis pares.