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PROYECTO DE TP


Expediente 4721-D-2013
Sumario: SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DISPONGA LA IMPRESION DE LA IMAGEN DEL DOCTOR HIPOLITO YRIGOYEN, EN UNA EVENTUAL EMISION DE BILLETES DE DOSCIENTOS PESOS.
Fecha: 13/06/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 70
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


Que vería con agrado que en una eventual futura emisión de papel moneda de doscientos pesos ($200) el Poder Ejecutivo Nacional, a través del Banco Central de la República Argentina, inserte la figura del presidente Dr. Hipólito Yrigoyen, honrando la memoria de quien supo ser un principista y democrático representante del pueblo argentino durante un cuarto de siglo.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Insigne, señero, popular, democrático, austero, probo, militante, principista. Todo esto y mucho más fue el presidente Dr. Hipólito Yrigoyen.
Demócrata hasta el hueso, su lucha por el sufragio libre y universal fue memorable. Marcó un hito esencial en la historia argentina.
Cuando rechazó los altos cargos que le ofreció el presidente Figueroa Alcorta, cuando explicó que su programa era nada menos que "cumplir la Constitución", cuando marcó claramente que su Causa era la Reparación Moral frente al "régimen falaz y descreído", fue estableciendo un mensaje que caló hondo en el pueblo nacional. Y cuando financió su lucha política vendiendo su campo de San Luis dejó un legado que hoy es literalmente vital i aspiramos a darle rumbo a nuestro país.
El país estaba poblado en el principio del s.XX por una inmensa cantidad de inmigrantes recién llegados a estas, nuestras tierras. Simultáneamente, el régimen imperante, si bien nos dio Organización Institucional y Progreso, no supo o no quiso incorporar - hoy diríamos incluir - a los pueblos marginados de la Argentina profunda, esos criollos que supieron acompañar a los Federales en las primeras cinco décadas de nuestra Emancipación, semiabandonados desde la batalla de Caseros.
El desafío era la integración social de esas dos Argentinas desencontradas, gobernadas por una minoría ilustrada, pero que sobrevolaba a esa realidad sustantiva.
La democracia republicana y constitucional era el camino. Luego de protestas armadas - agotadas como estaban las apelaciones al diálogo - el Dr. Yrigoyen encontró interlocutores lúcidos como Roque Sáenz Peña - que por algo hacía rato que había enarbolado el Partido Modernista -, Carlos Pellegrini y hasta el propio Bartolomé Mitre quien poco tiempo antes de morir había fijado la mirada en el futuro caudillo democrático señalando "este hombre dará que hablar".
Del diálogo emergió la revolución democrática que tuvo su inicio con la ley de sufragio universal, obligatorio y secreto - que pasó a la historia como Ley Sáenz Peña -que se estrenó en Santa Fe con la victoria del doctor Menchaca. Prenuncio del triunfo de 1916 y de ese 12 de octubre cuando el pueblo desató los caballos y acarreó, a puro alborozo, la carroza que conducía a Yrigoyen hacia la Casa Rosada luego de su solemne juramento en el Congreso.
Nadie es más merecedor para figurar en un billete de la moneda nacional que este perínclito varón de la democracia. No "barones" como algunos de los que hoy escarnecen nuestros sueños de país legal, sino 'varón de los de antes, probo, principista, lleno de ideales y portador e intérprete de los sueños de un pueblo.
Que cometió errores ¡Claro! ¿Quién no? Pero sus aciertos, sobre todo el de haber plasmado la integración social de la Argentina, han pasado a la historia grande de nuestra Patria.
Y su honradez ejemplar, esa que hoy necesitamos como el oxígeno, lo destaca y encumbra entre los grandes argentinos.
Es lamentable que debamos pensar en un billete de mayor denominación que los que actualmente circulan. Habla de que la inflación - ese cáncer maldito - carcome el valor de nuestro signo monetario. Pero la realidad se impone y seguramente se deberá imprimir un billete de doscientos pesos ($200,oo). Pues para él, para ese billete, la figura de Yrigoyen. Un modesto homenaje a su grandeza.
Debo decir, aunque es sobreabundante, que el homenaje a Yrigoyen que inspira esta Declaración, trasciende largamente los límites del partido que lo llevó a la Casa Rosada y que él concibiera como "la religión cívica, el movimiento nacional" de los argentinos. No es en honor de un partido, sino del presidente argentino protagonista insustituible de un cuarto de siglo largo de la vida nacional.
El homenaje conlleva, asimismo, el repudio, que aún hoy conservo, para el oprobioso golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, un hecho funesto que marcó la decadencia de nuestra República a pesar de todos sus avances posteriores. Es que dejó una marca sombría que todavía hoy no pudimos terminar de inhumar.
Por lo expuesto, solicito el respaldo de la Cámara para esta Declaración.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
ASSEFF, ALBERTO BUENOS AIRES FRENTE PERONISTA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
FINANZAS (Primera Competencia)