La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su beneplácito ante el reciente premio que el Cancer Institute Research de los Estados Unidos de Norteamérica otorgó al equipo de investigadores del CONICET liderado por el Doctor Gabriel Rabinovich, por sus estudios en el campo de la inmunología, la oncología y la interacción de mecanismos vinculantes.

Señor presidente:

Anualmente se diagnostican en el mundo más de 10 millones de casos de cáncer y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el número de personas afectadas por la enfermedad aumentará a 15 millones de nuevos casos para el año 2020.

Si bien el cáncer es la causa de millones de muertes en el mundo, los especialistas advierten que más del 50 por ciento de los casos son controlables. Para impedir el futuro incremento de los casos, la investigación en genética atrae millones de fondos y mucho tiempo de dedicación. De hecho, en los laboratorios públicos y privados se investigan más de 500 drogas nuevas que apuntan a detener desde los primeros estadios hasta la proliferación de los tumores.

En tal sentido, el grupo de investigadores del CONICET dirigido por el Dr. Gabriel Rabinovich, que temporalmente trabaja en el Laboratorio de Inmunogenética del Hospital de Clínicas de la UBA, fue reconocido junto con otros cinco equipos de los Estados Unidos y Alemania por uno de los mejores institutos del mundo que se especializa en cáncer e inmunología. El mérito se debe a sus estudios sobre la interacción entre azúcares y proteínas y su incidencia en el avance tumoral.

Promisoriamente, en el año 2004 el equipo del Dr. Rabinovich logró averiguar por qué el sistema inmune queda inerme frente al cáncer. La respuesta, que se hizo esperar por décadas, tuvo repercusión internacional en marzo del año pasado al ser la nota de tapa de la prestigiosa revista Cancer Cell, con el título "El dulce beso de la muerte, Galectina-1 y el escape del tumor al sistema inmune" que no sólo es notable por su jerarquía científica, sino también por ser la cristalización de una verdadera superproducción de la ciencia nacional donde se conjugaron creatividad, pasión y vocación profesional, al demostrarse cómo una proteína producida por diversos tumores ayuda a eludir el ataque del sistema inmunológico.

Significativamente, este tipo de investigaciones, que demuestran el trabajo serio de los científicos del país, permite revelar detalles que sirven para comprender los mecanismos por los cuales se desencadenan enfermedades auto inmunes como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoidea o la inflamación ocular.

El joven investigador reconoció que el descubrimiento representa un importante progreso en la lucha contra el cáncer y también para el desarrollo científico en el país, aunque pidió cautela para no generar falsas ilusiones en los pacientes que esperan una solución rápida para las patologías asociadas a este mal. Por ello, mientras el desarrollo científico sigue su curso, es fundamental la prevención.

De acuerdo con los expertos de la OMS, un tercio de todos los cánceres son prevenibles mediante medidas profilácticas tales como dejar de fumar, seguir una dieta sana y evitando la exposición a carcinógenos.

En la Argentina, la tasa de mortalidad por cáncer cayó casi un 4 por ciento en la última década, según el Atlas de Mortalidad por Cáncer. Entre los años 1997 y 2001 murieron 266.546 personas por tumores malignos (el 18,8% de las muertes totales). En las mujeres argentinas, el tumor más mortal fue el de mama (20,4%) luego, el de útero (10,7%) el de colon (9%) y el de pulmón (6,9%). Un dato llamativo fue que el cáncer de pulmón cayó en los varones del 39% al 35% respecto del informe anterior. En las mujeres, subió del 6,1% al 6,9%, algo que los médicos atribuyen al cigarrillo.

Ante este eterno flagelo de la humanidad, sólo la implementación de acciones conjuntas y genuinas entre distintos laboratorios, como se trabaja en el Primer Mundo, donde cada uno aporta su conocimiento sobre la disciplina en la que tiene experiencia, permitirá brindar solución a casos hasta hoy terminales. En ese contexto, desde el Laboratorio de Inmunogenética se aportaron conocimientos de inmunología, los científicos del Instituto Leloir, Osvaldo Podhajcer y Mariano Álvarez, aportaron los suyos sobre biología tumoral, mientras que el doctor Mordoh colaboró con su experiencia en oncología clínica.

También la Fundación Sales, que apoya la investigación en cáncer con el aporte de 42.000 pequeños donantes, le otorgó un subsidio al Dr. Rabinovich para evitar que emigrara y financió sus investigaciones desde que tenía 28 años.

El investigador tuvo también otros apoyos, como el otorgado por la Fundación Antorchas (el subsidio de inicio de carrera) y el del Ministerio de Salud (beca Carrillo-Oñativia). El doctor José Mordoh ofreció los tejidos de tumores humanos que se utilizaron en los experimentos y un sugestivo experimento de su laboratorio. Y los doctores Osvaldo Podhajcer y Mariano Alvarez, cuyo trabajo es financiado por la Fundación René Barón en el Instituto Leloir, entrenaron a una de las integrantes del equipo en la tecnología de terapia génica. Sin toda esta trasferencia de tecnología, el trabajo se habría demorado por lo menos dos o tres años más.

Pero bien lo amerita el Dr. Gabriel Rabinovich quien da clases ad honorem como jefe de Trabajos Prácticos del Departamento de Biología de la Facultad de Medicina de la UBA. En los últimos meses fue invitado a dar conferencias en Estados Unidos, Japón e Inglaterra. También ganó un cargo de profesor asociado en la Universidad de Maryland, adonde piensa viajar alternando con su trabajo en el país.

Asimismo, se debe mencionar su Premio Bernardo Houssay al Científico Joven, que otorga la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación, y el Ten Outstanding Young Persons, que otorga la Cámara Argentina de Comercio a diez jóvenes sobresalientes. En 1998 obtuvo el Premio al Joven Talento de Latinoamérica otorgado por la Sociedad Brasilera de Bioquímica y Biología Molecular y Amersham Pharmacia por la purificación de la galectina-1 y la determinación de su función. En 2000, la primera etapa de este trabajo (in vitro) le valió a todo el grupo el Premio Lucio Cherny al Mejor Trabajo Interdisciplinario por el descubrimiento de que los tumores producen galectina-1, otorgado por la Sociedad Argentina de Investigación Clínica. En 2002 el equipo recibió el Premio César Milstein, otorgado por Cediquifa.

Por estos días, Rabinovich tuvo varias ofertas para irse a trabajar al exterior. Pero las descartó, manifestando: .... "Estoy contento acá, y en especial en estos días en que un presidente se acuerda del CONICET, aunque éste sea sólo el comienzo. El mensaje que me gustaría dejarle a la gente joven es que trate de apostar y luchar por una ciencia en nuestro país. Los investigadores argentinos son valorados por todos los laboratorios del mundo... ¿Por qué? Porque están excelentemente formados, son trabajadores y creativos. Es importante que se los valore y que no se los pierda..."

Por las razones expuestas, señor Presidente, y sin más que agregar al significativo pensamiento de un representante del otrora jaqueado sector científico nacional, solicito el acompañamiento de mis pares en la presente declaración.