La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Desagraviar mediante un acto público en el ámbito de este Congreso Nacional a los basquetbolistas que fueran suspendidos en 1956/1957 durante la intervención de la Confederación Argentina de Básquetbol e instar a dicha confederación a que contemple revertir la sanción que aún recae sobre los doce deportistas que jugaron para el equipo de básquet del Racing Club a modo de reconocimiento simbólico por su destacada labor en el ámbito del deporte.

Declarar de interés cultural la película "Tiempo muerto" de Baltazar e Iván Tokman y el libro "1956 - Donde habita el olvido" de Emilio Gutiérrez.

Señor presidente:

El libro "1956 - Donde habita el olvido" de Emilio Gutiérrez y el documental "Tiempo muerto" de Baltazar e Iván Tokman basado en él, relatan la historia de un grupo de basquetbolistas que fueron suspendidos de por vida por la Confederación Argentina de Básquetbol entre 1956 y 1957.

No se trataba simplemente de un grupo de jóvenes deportistas sino del seleccionado argentino de básquetbol. Para ese entonces nuestra selección ya contaba con múltiples distinciones como campeones sudamericanos (1934, 1935, 1941, 1942 y 1943), campeones mundiales en 1950, subcampeones panamericanos en 1951, semifinalistas de los juegos olímpicos de 1952, entre otros.

El básquetbol fue uno de los deportes más estimulados durante el gobierno del General Juan Domingo Perón y en consecuencia uno de los más perjudicados por las medidas tomadas por la Comisión de Irregularidades Deportivas 49 establecida durante la mal llamada "Revolución Libertadora".

Luego del golpe de estado de 1955 se decidió la intervención de la Confederación Argentina de Básquetbol. Asimismo, se creó la Comisión de Irregularidades Deportivas 49 que se dedicó a investigar a los deportistas en línea con el propósito del gobierno de facto de proscribir al peronismo y borrar cualquier trazo de su existencia. La Comisión entonces convocó a gran parte de los más destacados jugadores de básquet de aquel entonces que habían participado de viajes al exterior y los investigó por el supuesto contrabando de mercaderías, por ser beneficiarios de permisos de importación de vehículos y por obtener trabajos en el estado. Las falsas acusaciones que sin dudas se relacionaban con el favoritismo que este deporte había recibido de parte del General Perón, en particular el Racing Club, culminaron en la sanción de los deportistas. Se los consideró en infracción del Código del Aficionado por haber realizado "actos profesionales", básicamente recibir cualquier tipo de beneficio económico aunque no fuera en modo de retribución. Por ello, gran parte de ellos fueron suspendidos de la Confederación Argentina de Básquetbol, en algunos casos de por vida.

De este modo, por medio de dos resoluciones emitidas por el Consejo Directivo de la Intervención de la Confederación Argentina de Básquetbol se inhabilitó a treinta y cinco jugadores por haber violado el Estatuto de la Asociación y el Código del Aficionado.

Más tarde, en 1962 el Comité Olímpico Internacional modificó el Código del Aficionado y en razón de este cambio de la normativa que regía los deportes amateurs se decidió a nivel local extender un perdón a aquellos basquetbolistas sancionados en 1956 y 1957. Así, en 1967 se rehabilitó a veintiuno de los treinta y cinco jugadores sancionados, a modo de reparación moral. Llama la atención, sin embargo, que permanecieron sancionados doce jugadores que fueron todos representantes de Racing Club.

Hoy por hoy, a más de 50 años de las sanciones, algunos de estos destacados deportistas siguen inhabilitados. Peor aún: todos hemos olvidado su historia que fue tan significativa para el deporte nacional. El libro de Emilio Gutiérrez y el documental recientemente estrenado de Baltazar e Iván Tokman nos hicieron recordar estas glorias del básquetbol nacional y recorrer una parte de nuestra historia que estaba guardada en el olvido. De ahí surge la necesidad de reconocer y recomponer la fama de estos grandes deportistas argentinos, desagraviándolos por las sanciones que sufrieran como víctimas de los cambios políticos.

La utilización del deporte como mecanismo de propaganda política y las venganzas y represalias que han acompañado los vaivenes políticos de nuestro país durante todo el siglo veinte han recaído, generalmente, sobre los sectores más débiles.

En este caso, han destrozado la carrera deportiva de un grupo de deportistas de diversas ideas políticas e ideología que dieron notables glorias al país y que luego fueron condenados al olvido, perjudicando la calidad y la transmisión de experiencias y habilidades de este deporte entre distintas generaciones.

Este Congreso debe, en consecuencia, poner de resalto el significado que estos basquetbolistas tuvieron para el deporte nacional y reconocerles su destacada labor. Por ello y por los motivos anteriormente expuestos, les solicito a mis colegas que me acompañen en la sanción de este proyecto.