La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por la elección de la imagen del meteorito El Chaco, en la convocatoria realizada por la Oficina de Filatelia del Correo Argentino, para la creación de la primera estampilla tridimensional de la historia argentina.

Asimismo, expresar su reconocimiento a la intensa labor de los artistas Guillermo Faivovich y Nicolás Goldberg, presentadores del proyecto que culminó en la elección antes señalada.

Señor presidente:

En la región conocida como Campo del Cielo, en la provincia del Chaco, se encuentra el área de dispersión meteorítica más grande de la tierra. La explosión de diversos meteoritos miles de años atrás, explica el notable número de piezas, que no son sino desprendimientos de meteoritos mayores.

Campo del cielo, se encuentra en el paraje Las Víboras, distante a 15 kilómetros de la localidad de Gancedo, con jurisdicción en esta preciada zona. En esta ciudad, en la sala de exposición del Parque provincial, pueden apreciarse objetos de incalculable valor natural- cultural.

También se creó allí el Parque Provincial Pigüen N` Onaxa, lugar al que arribó hace aproximadamente 4.000 años el meteorito bautizado como El Chaco, el segundo más grande de la tierra con 40 toneladas de peso.

El reservorio antes referido tiene características que lo hacen único en el mundo, lo que determinó a una eminencia de la astronomía mundial, William Cassidy, profesor emérito de la Universidad de Pittsburg , a iniciar una serie de investigaciones que continúan hoy en día con financiamiento de la N.A.S.A.

También, como no podía ser de otra manera, despertó la codicia de los oportunistas de siempre, tal es el caso de Robert Haag detenido en la frontera chaco-santiagueña, en el año 1.990, al intentar contrabandear El Chaco transportándolo en un camión.

El interés generado por estos testigos, tan mudos como milenarios, no sólo implicó la atención de los hombres de ciencia, también justifica la consecuente actividad turística y cultural que se traduce en visitantes que llegan desde las más distantes geografías.

De hecho, existe un hotel cuya singular arquitectura se inspira en el diseño estético de las estaciones espaciales o, si se quiere, en el imaginario colectivo que al respecto se impone.

Se desarrolla también cada año la Fiesta Nacional del Meteorito, con presencia de destacados investigadores que hacen de ella un acontecimiento muy original, ya que a la vez que se efectúan los divertimentos esperables, seminarios y conferencias científicas aportan un elemento novedoso.

Como puede advertirse, la importancia de esta región es enorme y sus posibilidades científicas, culturales y turísticas más considerables aún.

El hecho de que la primera estampilla en tercera dimensión de la historia de nuestro país se inspire en el meterorito El Chaco, no puede ser más acertada. En primer término, la imagen adoptada nos remite a la información extraterrestre, aquel territorio sólo penetrado por una ciencia de ambiciones mayores. Proyecta, en un formato tan sugestivo, el deber ser que debemos perseguir después de tantos años de abandono y abierto desprecio por la actividad científica y espacial. Actualmente, con un plan que prevé una sólida política hasta el año 2.015, con la puesta en órbita de nuevos satélites y la creación de estaciones en tierra para la recepción de los datos, la formación de nuevos científicos y la repatriación de muchos otros, las perspectivas son, afortunadamente para el destino de nuestro país, sustancialmente distintas.

Desde un juicio estrictamente terrenal y local, la publicidad a través de una estampilla, servirá, como bien señaló Nicolás Goldberg en reportaje que le fue realizado por Página 12, para instalar Campo del Cielo en la esfera nacional.

Sirva también este proyecto como justo homenaje a la actividad desarrollada por Goldberg y Faivovich, incansables investigadores y difundidores de todo lo vinculado con el reservorio chaqueño. La empresa iniciada hace años por ellos, que continúa hoy en día en un proyecto artístico llamado Una guía a Campo del Cielo, encuentra corolario visible y permanente en esta estampilla que sólo es otra de sus innumerables iniciativas.

Nada mejor que terminar empleando palabras de Goldberg que, aludiendo al meteorito que lleva el nombre de la provincia, resume poéticamente el sentido de la propuesta ya concretada: " Poner al Chaco en una estampilla, es volver a ponerlo en el aire. Echarlo a volar al espacio en miles de sobres...una manera simple de devolver los meteoritos al cielo."

Es por lo expuesto que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.