La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su beneplácito por el llamado a licitación pública, efectuado por el Poder Ejecutivo Nacional, en el marco del programa Provisión del Servicio de Generación de Energía Eléctrica Distribuida, para la instalación de dos turbinas generadoras en las localidades de Saénz Peña y Castelli, ambas pertenecientes a la provincia del Chaco.

Señor presidente:

La situación energética en nuestro país suele ser tema de amplio debate en los últimos tiempos. Se trata de un fenómeno sumamente complejo y, mal que pese a tantos simplificadores que conciben la realidad social con una inalterabilidad inexistente, es esencialmente pluricausal.

La falta de inversiones durante muchos años previos limitó la capacidad generadora, limitándose las empresas del rubro a una actividad meramente extractiva. Ese fue el modelo energético que, irresponsablemente se adoptó en la década pasada.

Es claro que dicho modelo exigía dos elementos fundamentales para su consolidación. En primer término renunciar a cualquier pretensión de industrialización del país, por el contrario, estimuló la destrucción de la infraestructura industrial existente ya que postulaba la valoración de los activos financieros y el virtual enriquecimiento rentístico, sin aporte alguno a la "economía real".

El crecimiento del desempleo alcanzando índices históricos y el consiguiente empobrecimiento de amplios sectores de la población, fueron consecuencias necesarias para el mantenimiento de tan singular modelo económico.

De lo dicho se advierte entonces algunas de las causas que posibilitaron el actual momento energético. Actividad extractiva de recursos sin exploración para la obtención de nuevas fuentes; falta de estímulos para producir infraestructura industrial, destrucción de la existente, inversión en esta materia, cuando la hubo, sólo destinada a exportar recursos; nula demanda de energía por parte del sector industrial, al que como se señaló, se despreciaba como actor económico de relevancia; empobrecimiento de la población, caída del poder adquisitivo y restricción de la demanda, que también incluía la de energía, lo que impedía advertir el agotamiento de las fuentes de recursos.

A lo dicho cabe destacar la renuncia del Estado a todo horizonte planificador, dejando en manos del mercado la regulación de un servicio tan fundamental para la satisfacción de las primeras necesidades.

En los últimos años estos índices se revirtieron. La industria crece segura y sólidamente, con parques industriales en diversas provincias, reactivación de astilleros, una producción automotriz que bate record (y con autopartes nacionales, que también exportamos) , crecimiento sostenido de una industria tecnológica más que interesante, recuperación de la actividad agropecuaria con enormes con sus derivados industriales que incluyen los modernos bio-combustibles y los mayores complejos aceiteros del mundo.

El empleo se recupera vigorosamente y el consumo, como efecto lógico de todo lo señalado, crece como no sucedía desde hace años (muchos de estos elementos deben ser considerados en el juicio al efecto inflacionario, la historia económica mundial enseña que siempre existe elevación de precios en tiempos de crecimiento vigorosos, a no ser que se opte por deprimir la demanda, "desacelerando" el crecimiento.

El Estado renuncia a ser testigo "bobo" y acepta su rol planificador, introduciendo una empresa con la ambición de alterar el tablero de los jugadores energéticos. Sin embargo no es una tarea sencilla, y no hallará completa solución en cuestión de días.

De allí la importancia de instrumentar todos los elementos necesarios para atender el nuevo escenario económico, especialmente demandante de recursos energéticos, por la recuperación, tan sorprendente como poco esperada por muchos, de los sectores industriales y ciudadanos consumidores en general ( tampoco debe omitirse la demanda generada por la industria del turismo que concentra miles o cientos de miles de visitantes en lugares que no estaban "energéticamente" preparados para semejante "aluvión" humano).

El Poder Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio de Planificación, decidido a continuar interviniendo en el mercado energético, sin esperar mano invisible alguna que atienda las necesidades humanas más fundamentales, creó el programa de Provisión del Servicio de Generación de Energía Distribuida, con actuación de la novel empresa ENARSA, que definirá las formas contractuales mas convenientes llegado el momento.

En virtud de este plan la región del NEA se verá beneficiada con la instalación de tres turbinas, una de ellas en Formosa y dos en el Chaco. En esta última provincia, la central a instalarse en Castelli sumará 15MW, en tanto la de Saénz Peña aportará 20MW.

La restricción en el Chaco en el último invierno fue de 8MW, lo que fue apreciado por las autoridades nacionales, ya que con la instalación de las centrales se multiplica por tres esa restricción, garantizando la provisión de energía para la futura demanda.

Es oportuno siempre destacar actuaciones de esta naturaleza por varios motivos. En primer lugar por la tranquilidad que esto depara a las familias chaqueñas, en segundo punto por la continuidad de una política económica que desafía los dogmas de los funestos tiempos pasados. Finalmente porque proyecta un espíritu verdaderamente federal que no margina a una provincia, como es el Chaco, tan golpeada por el desamparo en que se hallan sumidos cientos de miles de sus ciudadanos, por parte de las autoridades locales y de muchos otros que afirman representarlos.

Es por lo expuesto que solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto.