PROYECTO DE TP
Expediente 4689-D-2007
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO SOBRE EL ESTUDIO DE LA AGENCIA DE NOTICIAS "RENA" DONDE ADVIERTE LA POSIBILIDAD DE INGRESAR EN UN ESPIRAL DESCENDENTE DE MAS CONTAMINACION, MAS POBREZA Y MENOS CALIDAD DE VIDA SI NO SE REVIERTE EL HIPERCONSUMISMO DE LAS ECONOMIAS DEL NORTE.
Fecha: 21/09/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 130
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:
Solicitar al Poder Ejecutivo
y por su intermedio a quién corresponda, en virtud que un estudio publicado por
la Agencia de noticias RENA advierte que Latinoamérica se encuentra en una
encrucijada, a punto de ingresar en un espiral descendente de más contaminación,
más pobreza y menos calidad de vida, si no se revierte el hiper-consumismo de las
economías del norte, o se establece a nivel nacional incluso regional una estrategia
para contrarrestar el efecto que esto produce, de lo contrario no habrá solución
posible para el cambio climático, el agotamiento de los recursos vitales como el
agua y el aumento descontrolado de la pobreza, se sirva informar sobre lo
siguiente:
- ¿Cuál es la Política que la
Autoridad de Aplicación tiene establecida en la materia, ante la información de
referencia?
- ¿Si a nivel nacional se están
tomando los recaudos técnico-científicos, para contrarrestar el efecto negativo
generado por el consumo descontrolado de papel?
- ¿Si estos recaudos, planes,
proyectos, y evaluaciones especificas, en el caso de haber sido efectuados, se
encuentran a disposición de organismos o personas físicas interesadas en el
tema?
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Las preguntas
efectuadas precedentemente, se fundan en un trabajo de Juan Ignacio Manchiola
y publicado por la Agencia de noticias RENA, donde refiere que ante la presencia
de un oscuro panorama en el Hemisferio Sur por el descontrolado consumo de
papel en los países del hemisferio Norte, advierte que Latinoamérica se encuentra
en una encrucijada, a punto de ingresar en un espiral descendente de más
contaminación, más pobreza y menos calidad de vida, Si no se revierte el hiper-
consumismo de las economías del norte, no habrá solución posible para el cambio
climático, el agotamiento de los recursos vitales como el agua y el aumento
descontrolado de la pobreza
Con Botnia como último antecedente,
se espera que Sudamérica se convierta en importante productora de papel y
cartón para satisfacer el enorme crecimiento del consumo de los países del norte.
La voracidad de los estados más ricos de la Tierra demandaría, según informes de
Greenpeace, la construcción de dos plantas como la de Fray Bentos por año hasta
2020, con crecientes impactos ambientales y socioeconómicos.
En la actualidad, los
grandes consumidores ya no producen su propia celulosa. En los últimos
15 años comenzaron a definirse zonas de consumo y otras que se perfilan como
enormes productoras de papel y pulpa. En su búsqueda de áreas con mejores
condiciones climáticas y económicas, la industria se expandió hacia Asia y América
Latina. y Sudamérica se convirtió en un espacio "prioritario".
Según un documento difundido en
2006, si bien en Argentina no se verifica un crecimiento importante de la
capacidad productiva de celulosa, para antes de 2010 "las ampliaciones serán
motorizadas por el crecimiento del mercado interno y por la exportación".
De acuerdo con el Movimiento
Mundial por los Bosques Tropicales, ese consumo excesivo "genera graves
impactos sobre la vida de millones de personas en el sur": para el papel se
necesita madera, esta proviene de enormes monocultivos de árboles instalados
donde la tierra es fértil y barata, la mano de obra menos costosa, se otorgan
subsidios y apoyos estatales, y el control ambiental es escaso.
El resultado es el mismo para cada
país. "Latifundización y extranjerización de la tierra, concentración del poder,
expulsión de la población rural, pérdida neta de empleos locales, agotamiento de
suelos y recursos hídricos, pérdida de biodiversidad". Y el problema "se agrava aún
más cuando se instalan fábricas de celulosa para exportación en la cercanía de las
áreas plantadas, con los consiguientes impactos socioambientales".
"Botnia en Uruguay, Celco en Chile y
Aracruz en Brasil, no son más que la punta de lanza de lo que se viene aquí. Hay
que estar también atentos a lo que se haga sobre el río Paraná, donde el
abundante caudal 'diluye' falazmente la contaminación.
Una vez instaladas una, dos o tres
megapasteras, inevitablemente se creará un polo de industrias sucias en la región,
se expulsarán las industrias y servicios amigables con el medio ambiente y las que
necesitan agua y suelos de alta calidad, generando una ola de migración y
desempleo", aseveró Jorge Cappato, director general de la Fundación PROTEGER y
coordinador nacional del Comité Argentino de la Unión Mundial para la naturaleza
(UICN), en diálogo con RENA.
Según el experto de PROTEGER, con
la excusa de que "el río ya está contaminado", y con la luz verde de controles
políticos endebles, "las industrias sucias -y de producción masiva y barata, porque
comparativamente generan poco empleo y porque poco les importa el ambiente-,
vendrán como moscas a la miel. Entraremos en un espiral descendente de más
contaminación, más pobreza y menos calidad de vida. Esta es la encrucijada y el
punto de inflexión en que nos encontramos precisamente en este momento en el
Cono Sur".
Un crecimiento
insostenible
En su informe de 2006, Greenpeace
Argentina asegura que el índice de consumo de papel en el mundo a comienzos
del siglo XXI se calculaba en 300 millones de toneladas anuales, mientras que en
2005 ascendió a 366 millones y se espera que para 2020 alcance los 566 millones.
Del 9 por ciento de la producción global en 2005, se prevé que Latinoamérica
expanda su producción al 25 por ciento para 2010.
Según el trabajo, la demanda mundial
de pulpa de celulosa blanqueada en el mercado crecerá de 45 millones de
toneladas en 2005 a 74 millones de toneladas en 2020. Ese incremento de 29
millones de toneladas implicará una ampliación del mercado en 1,9 millones por
año hasta 2020, equivalente a dos plantas como la de Botnia por año.
Para abastecer una papelera con una
capacidad de producción de 300 mil toneladas son necesarias 50 mil hectáreas de
plantaciones de monocultivos. Plantas como las previstas en Fray Bentos (1,5
millón de toneladas al año) requieren superficies cultivables de más de 250 mil
hectáreas.
En su trabajo presentado en agosto
del año último, la organización se refiere a la escalada de la producción de celulosa
en Latinoamérica y a la posibilidad que tienen las empresas y los gobiernos de
transformar esa industria contaminante en otra limpia, al fijar criterios ambientales
que se sostengan en el tiempo y promover el reciclado en los países del norte, que
son los máximos consumidores.
"Durante las próximas décadas habrá
una importante presión para ampliar las zonas de plantaciones y la radicación de
fábricas de pulpa de celulosa en gran escala. Uruguay y Argentina aparecen como
dos países con gran potencial para el desarrollo de ambas necesidades", comenta
el informe, titulado "La escalada de la celulosa en la región; industria sucia o
producción limpia".
El documento propone, como
alternativa para un desarrollo sostenible de la industria en una región en la que
avanzan las inversiones extranjeras, un Plan de Producción Limpia, con un
conjunto de criterios para que Uruguay y Argentina incluyan límites a la escala
productiva, certificación para las plantaciones forestales y sistemas de producción
libre de cloro y contaminante.
"En particular, en Argentina no se
verifica una ampliación importante de la capacidad productiva de celulosa para
antes de 2010; las ampliaciones serán motorizadas principalmente por el
crecimiento del mercado interno y en menor medida por las exportaciones",
anticipa el informe.
"Considerando la llegada de capitales
chilenos en los últimos años y el potencial existente, es de esperar que hasta el
2010 la actividad se centre en ampliar la superficie de plantaciones, y sólo a partir
de ese año se procure la radicación de plantas de fabricación de celulosa destinada
principalmente al mercado internacional", alerta.
El informe de Greenpeace sigue la
línea del documento europeo "Una visión común para transformar la industria
europea del papel", acordado en la reunión del Movimiento Forestal Europeo
(FME,) el 2 de octubre de 2005.
El documento, signado por 48
organizaciones, establece: "queremos ver una Europa que reduzca radicalmente su
consumo de papel, que éste sea fabricado por una industria que dependa menos
de la fibra virgen de árboles, maximice el uso de los materiales reciclados, respete
los derechos territoriales de la población local, ofrezca empleo y tenga impactos
sociales que sean beneficiosos, no tengan conflictos y sean justos".
"Queremos ver que todo el papel de
Europa se fabrique de fibras de fuentes responsables y sostenibles utilizando
energía completamente renovable, con agua que esté igual de limpia antes y
después de la producción del papel y que no produzca ningún desecho ni emisión",
agrega el texto.
Unos en exceso, otros casi nada
Según datos del Instituto para los
Recursos Mundiales, el consumo anual per cápita mundial de papel y cartón fue de
52 kilos en 2004. Pero, como sucede con todos los promedios, "éste esconde la
desproporción entre quienes consumen mucho y quienes consumen poco", explica
el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (World Rainforest Movement).
"En efecto, los ciudadanos de los
llamados países 'desarrollados' consumieron en promedio 175 kilos, en tanto que
los de los llamados 'en vías de desarrollo', consumieron apenas 20", revela la
organización.
Y continúa: "esos promedios
esconden la realidad de que en algunos países del norte el consumo es muy
superior -como en los casos de Finlandia (334 kgs), Estados Unidos (312) y Japón
(250)- y que un consumo supuestamente 'bajo' -por ejemplo, de 20 kilos- puede
alcanzar perfectamente para cubrir las necesidades básicas de papel".
Ese consumo excesivo, agrega,
genera graves impactos sobre la vida de millones de personas en el sur. "Ese papel
y cartón se produce a partir de celulosa, para cuya elaboración se requiere
madera, que crecientemente proviene de enormes monocultivos de árboles, en
particular eucaliptos, pinos y acacias".
Esos monocultivos se instalan en
regiones que reúnen varias condiciones: rápido crecimiento de los árboles, acceso
a amplias áreas de tierra fértil y barata, bajo costo de mano de obra, disponibilidad
de subsidios y apoyos estatales, escaso control ambiental. "es decir: básicamente
en el Sur".
"El resultado es el mismo en país tras
país: latifundización y extranjerización de la tierra, concentración de poder,
expulsión de la población rural, pérdida neta de empleos a nivel local, agotamiento
de suelos y recursos hídricos, pérdida de biodiversidad. Pese a las promesas de
'desarrollo' que acompañan a las plantaciones, los impactos no hacen más que
agravarse a medida que se incrementa el área plantada, como es fácilmente
percibido en países con millones de hectáreas de plantaciones como Sudáfrica,
Brasil, Chile e Indonesia".
"El problema se agrava aún más
cuando se instalan fábricas de celulosa para exportación en la cercanía de las
áreas plantadas, con los consiguientes impactos socioambientales. Aracruz y
Veracel en Brasil, Arauco en Chile y Argentina, Sappi y Mondi en Sudáfrica y
Swazilandia, Advance Agro en Tailandia, Asia Pulp and Paper en Indonesia son
ejemplos conocidos de los graves impactos de esta industria".
¿Y todo para qué? "Para que la
industria del papel pueda disponer de celulosa abundante y barata para seguir
ampliando sus mercados y aumentando sus ganancias mediante la permanente
invención de nuevas 'necesidades'", responde el World Rainforest Movement.
"El resultado -en particular en el
norte pero también replicado crecientemente en el sur- es la imposición de un
consumo desmedido de papel. Los ejemplos abundan. Existe una cantidad
impresionante de artículos descartables de papel y cartón como vasos, platos,
bandejas, servilletas y hasta manteles que están sustituyendo -a nivel masivo- a
sus similares duraderos".
Esa realidad, por ejemplo, se ve
cuando una persona adquiere un par de zapatos. Este viene envuelto en papel,
dentro de una caja de cartón y es entregado al comprador en una bolsa de papel,
o en la publicidad por correspondencia no solicitada que cada mañana invade los
hogares de la gente. "En definitiva, toda persona es forzada a consumir una
dosis diaria de papel y cartón que nunca pidió ni quiso consumir".
"El tema trasciende entonces a la
responsabilidad del consumidor individual y se enmarca en el plano más
amplio de la sociedad de consumo. Por tanto, no se resuelve simplemente
culpabilizando al individuo, sino que se trata de un tema que debe ser resuelto a
nivel de la sociedad en su conjunto".
En ese plano, "las sociedades del
Norte deben llegar a comprender que su estilo de vida -en el que el consumo
ocupa un lugar exagerado- está afectando las posibilidades de supervivencia de
personas con sus mismos derechos en otras partes del mundo. Al mismo tiempo,
deben entender que ese consumo desmedido está llevando al planeta al desastre
ambiental, que ya se evidencia en el cambio climático, el agotamiento y
contaminación del agua, la pérdida de biodiversidad, entre otros".
Consumo, consumismo,
Norte y Sur
"No hay solución posible a las tres
grandes amenazas para la supervivencia de la civilización actual (el cambio
climático global, el agotamiento de los recursos vitales y el crecimiento irrefrenable
de la pobreza) sin que se revierta el hiper-consumismo de las sociedades y las
economías del hemisferio norte", dijo Jorge Cappato, titular de PROTEGER, a
RENA.
Y dio un ejemplo: "Mientras China y
Europa sigan demandando soja para su industria o para alimentar a los cerdos
será muy difícil terminar con la deforestación causada por el avance de la frontera
agrícola. Esto es lo que llamamos 'convertir nuestros bosques en jamón'",
sentenció.
"¿Hasta cuándo se podrá resistir la
presión sobre los ecosistemas naturales y sus recursos cuando la demanda de los
mercados mundiales crece en todos los órdenes?", se preguntó. "Hoy, la
producción mundial se ha acelerado tanto que se produce en 10 días lo que hace
un siglo tardaba un año; y esto no es un eufemismo".
"Imagínense el impacto brutal que
esto tiene en la atmósfera y en los sistemas ecológicos agrarios y urbanos que -
justamente- son los que deben asegurar los recursos esenciales para la gente y
para la producción misma: como el agua, el suelo, los peces, los bosques, la
calidad del aire y la estabilidad del clima".
Para Cappato, un cambio en el actual
furor consumista hacia hábitos responsables y sustentables de consumo en los
países centrales "es imposible sin una fuerte alianza y una sana pero creciente
presión desde los países pobres o en desarrollo del sur hacia las sociedades,
gobiernos y sectores políticos lúcidos de los países ricos del norte".
"La tendencia hiper-consumista del
norte y su correlato en el sur con su paquete tecnológico insustentable nos llevan
a un punto de no retorno, de colapso ambiental, de agotamiento, de tensión social
en aumento, de ingobernabilidad. La vida se vuelve insegura en todos los órdenes,
basta prestar atención al top ten de los noticieros".
Según su visión, "vamos camino de la
inestabilidad y el caos global. Aunque mucha gente consciente parece mirar al
costado, los indicadores de hacia dónde vamos son contundentes, incontrastables.
Cuando esta clase dirigente entregue el poder a la generación que viene, ésta no
podrá manejar el huracán social de la indigencia, ni afrontar el costo impagable de
los 'desastres naturales'. ¿Cuántos Katrinas más hacen falta para que el Norte
reaccione?", volvió a preguntarse.
En el caso específico del papel, "se
sabe muy bien lo que hay que hacer: reducir el consumo superfluo y el derroche,
reciclar, implementar una producción efectivamente limpia", dijo.
"También se sabe que el crecimiento
ilimitado del consumo de papel en los países ricos tiene como contrapartida
inevitable la instalación de decenas de nuevas megaplantas pasteras y papeleras
en los países del sur. Botnia en Uruguay, Celco en Chile y Aracruz en Brasil no son
más que la punta de lanza de lo que se viene aquí", aseguró.
"Hay que estar atentos a lo que se
haga sobre el Paraná, donde el abundante caudal 'diluye' la contaminación. Una
vez instaladas una, dos o tres megapasteras, inevitablemente se creará un polo de
industrias sucias en la región, se expulsarán las industrias y servicios amigables
con el medio ambiente y las que necesitan agua y suelos de alta calidad,
generando una ola de migración y desempleo".
"Con la excusa de que 'el río ya está
contaminado' y con la luz verde de controles políticos endebles las industrias sucias
-y de producción masiva y barata, porque comparativamente generan poco
empleo y porque poco les importa el ambiente-, vendrán como moscas a la miel.
Entraremos en un espiral descendente de más contaminación, más pobreza y
menos calidad de vida. Esta es la encrucijada y el punto de inflexión en que nos
encontramos precisamente en este momento en el Cono Sur.
Firmante | Distrito | Bloque |
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BIANCHI, IVANA MARIA | SAN LUIS | FRENTE DEL MOVIMIENTO POPULAR |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
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RECURSOS NATURALES Y CONSERVACION DEL AMBIENTE HUMANO (Primera Competencia) |