PROYECTO DE TP
Expediente 4683-D-2013
Sumario: MISION DE ESTABILIZACION DE LAS NACIONES UNIDAS EN HAITI - (MINUSTAH). DEROGACION DE LA LEY 26841 - POR LA CUAL SE AUTORIZO LA SALIDA DEL TERRITORIO NACIONAL DE MEDIOS, PERSONAL MILITAR Y DE SEGURIDAD DESTINADOS A HAITI.
Fecha: 11/06/2013
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 68
El Senado y Cámara de Diputados...
ARTÍCULO 1° - Deróguese la Ley N°
26.841, mediante la cual se autorizó la salida del territorio nacional de medios,
personal militar y de seguridad, como también personal destinado a actividades de
ayuda humanitaria y de desarrollo institucional, social y de infraestructura, para
que participen en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití
(Minustah) por el plazo de dos (2) años a partir del 1° de julio de 2012.
ARTÍCULO 2° - Comuníquese al
Poder Ejecutivo nacional.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El presente proyecto de ley tiene
como objetivo la derogación de la Ley 26.841 -sancionada el 19 de diciembre de
2012- por medio de la cual se autorizó la salida de la República Argentina de
medios, personal militar y de seguridad para la participación en la Misión de
Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) por un plazo de dos (2)
años a partir del 1° de julio de 2012 hasta mediados de 2014.
La situación de Haití configura una
grave anomalía a la luz del derecho internacional público, ya que bajo el ropaje de
la legalidad internacional dada por las resoluciones del Consejo de Seguridad de la
ONU -que desde 2004 hasta la actualidad han prorrogado los alcances de la
presencia militar en territorio haitiano para asegurar la paz, la seguridad y la
estabilidad institucional luego de la crisis política que terminó con la caída del
entonces Presidente René Preval-, se han producido una serie de hechos
preocupantes que han vulnerado la soberanía, integridad territorial y la garantía y
tutelaje de los derechos humanos fundamentales de la población haitiana.
La crisis descrita se ha agravado aún
más en el último trienio 2010-2012, a partir del trágico terremoto y las desastrosas
consecuencias políticas, sociales y económicas del mismo, lo cual terminó por
configurar una política de doble standard a través de un tipo de intervención
neocolonial monitoreada en los hechos por los Estados Unidos.
Asimismo, es importante mencionar
que a partir de la "normalización institucional" haitiana -con el proceso electoral
de 2011 pero bajo la férula de la MINUSTAH- el Senado de aquel país se
pronunció unánimemente reclamando el retiro gradual de las fuerzas de la misión
de la ONU y el establecimiento de reparaciones e investigaciones concretas de los
múltiples abusos y violaciones a los derechos humanos cometidos por miembros de
las fuerzas de la misión contra población civil haitiana. Además, las desastrosas
consecuencias de la epidemia de cólera que desde 2010 ha asolado al pueblo
haitiano, configuró otro grave episodio aún no debidamente esclarecido, ya que
distintas investigaciones encaradas con posterioridad atribuyeron la directa
responsabilidad por este desastre sanitario a las autoridades de la misión de
estabilización.
Muchas organizaciones políticas y
sociales de América Latina, se han expresado con contundencia en los últimos
años, denunciando la continuidad de una misión internacional que se ha convertido
en el velo legalista detrás del cual se asienta la ocupación del territorio y la
destrucción de la soberanía nacional haitiana.
En tal sentido, es importante recordar
que la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) fue
aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 30 de abril de
2004, mediante la Resolución 1542 y por un período de seis (6) meses,
prorrogable por tres (3) períodos de igual plazo, lo cual implicaba que su mandato
podría extenderse como máximo por dos años. En este plazo, y en el marco del
Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas que pauta las denominadas
operaciones de mantenimiento de la paz, se establecían una serie de objetivos
políticos, estratégicos y operativos que la Misión de Estabilización debía desarrollar
a los efectos de coadyuvar a la consolidación del Gobierno de Transición, al que le
cabía la responsabilidad de conducir el proceso de normalización político-
institucional haitiano mediante la convocatoria a elecciones para conformar un
nuevo gobierno que fuera expresión legítima de la voluntad popular de todos los
ciudadanos haitianos.
Sin embargo, a pesar de lo que se
establecía en la mencionada Resolución, las Naciones Unidas -con el apoyo
explícito de buena parte de los países americanos- prorrogaron desde 2006 en
adelante el mandato de la Misión de Estabilización declamando los mismos
objetivos iniciales y pretextando la continuidad de la grave crisis político-
institucional, social y económica como los fundamentos a partir de los cuales era
necesario extender el período y alcances de la misión de estabilización.
En ese marco, la República Argentina,
Brasil, Uruguay, Chile y otros países de la región -con las notables excepciones de
Cuba y Venezuela- han aprobado en reiteradas ocasiones la renovación de la
participación a través del envío de personal militar, de seguridad, medios y
logística para la misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití
(MINUSTAH), a pesar de las múltiples voces que en la misma región comenzaban a
alertar sobre las consecuencias de la perpetuación de una misión de estas
características.
Como expresábamos anteriormente, a
partir del trágico terremoto de 2010 y los subsiguientes hechos vinculados a
violaciones de los derechos humanos perpetradas por personal afectado a la
misión de las Naciones Unidas y las deplorables consecuencias sanitarias causadas
por el cólera y otras enfermedades, se produjo un serio deterioro de la situación
política, social y económica del país, que fue virtualmente ocupado por los Estados
Unidos bajo el pretexto de la necesidad de atender la grave crisis humanitaria y los
estragos de todo tipo causados por el terremoto.
Simultáneamente, la Misión de
Estabilización y el Gobierno de Transición avanzaron con un controvertido proceso
de normalización democrática a través de la convocatoria a elecciones que se
realizaron entre noviembre de 2010 y marzo de 2011. En efecto, luego de una
dificultosa primera vuelta electoral plagada de irregularidades y violencia política,
en marzo de 2011 se realizó la segunda vuelta electoral de resultas de la cual fue
electo el hoy Presidente Michel Martelly, cuya legitimidad se vio seriamente
comprometida a partir de las irregularidades denunciadas.
Asimismo, a fines de 2012 el gobierno
haitiano y el Parlamento anunciaron un acuerdo para la conformación de un
tribunal electoral a los efectos de encarar el demorado proceso de elecciones
distritales y comunales durante el transcurso de 2013. Todo este proceso ha sido
reiteradamente denunciado por sectores de la oposición política y por movimientos
sociales, tal como lo ha corroborado el Senador Jean Charles Moise, quien participó
de una Audiencia Pública en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación el
pasado 23 de abril de 2013.
El constante deterioro de la situación
política, sumada a la referida solicitud del Senado haitiano para el retiro gradual de
las tropas ocupantes de la Misión de Estabilización, han sido virtualmente
desconocidas por el actual Presidente, ahondando aún más la crisis de legitimidad,
cuya causa estructural se asienta en la perpetuación de una ocupación que ha
avalado en los hechos las mencionadas decisiones.
El saldo de esta inadmisible situación
es claro: más de 350.000 haitianos muertos en el sismo de 2010, alrededor de
10.000 fallecidos por el cólera y otras enfermedades y 1,5 millones de ciudadanos
que perdieron todo en los últimos tres años, son la espantosa contracara que nos
habla de un país históricamente saqueado por el colonialismo y las élites locales
que han sido funcionales a los intereses foráneos en los últimos 200 años.
A partir de estos hechos, y ante el
agravamiento de la situación político-institucional haitiana, sólo queda apoyar
decididamente todos los esfuerzos en la región de cara a que nuestros países
latinoamericanos dejen de ser socios en la continuidad de un esquema de
ocupación bajo el disfraz de la misión de estabilización llevada adelante por la ONU
en Haití. En ese sentido, es importante que tanto la Unión de Naciones
Sudamericanas (UNASUR) como la Conferencia de Estados Latinoamericanos y del
Caribe (CELAC) -expresión de una institucionalidad naciente en la región-
asuman el urgente tratamiento de esta grave crisis política, social y económica que
vulnera la soberanía, la integridad territorial y los derechos humanos del pueblo
haitiano.
Finalmente, no debe dejar de
señalarse que la mencionada Ley 26.841 -que prorroga por dos (2) años la
participación de la Argentina en la misión y cuya derogación se solicita en el
presente proyecto de ley- ha sido sancionada en un trámite veloz sin debate
alguno en diciembre de 2012 durante las Sesiones Extraordinarias, seis meses más
tarde del vencimiento del plazo estipulado a la misión anterior, lo cual deja en
evidencia la inadmisible falta del Poder Ejecutivo Nacional que, según marca
nuestra Constitución, debe requerir en tiempo y forma el debido permiso del
Honorable Congreso Nacional para la autorización de la salida de personal militar y
de seguridad para su participación en este tipo de misiones.
Por todo lo expuesto anteriormente,
solicitamos a los señores diputados que acompañen la aprobación del presente
proyecto de ley.
Firmante | Distrito | Bloque |
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LOZANO, CLAUDIO RAUL | CIUDAD de BUENOS AIRES | UNIDAD POPULAR |
DE GENNARO, VICTOR NORBERTO | BUENOS AIRES | UNIDAD POPULAR |
RIESTRA, ANTONIO SABINO | SANTA FE | UNIDAD POPULAR |
ALFONSIN, RICARDO LUIS | BUENOS AIRES | UCR |
PARADA, LILIANA BEATRIZ | CIUDAD de BUENOS AIRES | UNIDAD POPULAR |
ZABALZA, JUAN CARLOS | SANTA FE | PARTIDO SOCIALISTA |
NEGRI, MARIO RAUL | CORDOBA | UCR |
DONDA PEREZ, VICTORIA ANALIA | BUENOS AIRES | LIBRES DEL SUR |
ITURRASPE, NORA GRACIELA | BUENOS AIRES | UNIDAD POPULAR |
VILLATA, GRACIELA SUSANA | CORDOBA | FRENTE CIVICO - CORDOBA |
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Comisión |
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