La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su más profundo pesar por la muerte de la periodista y escritora tucumana Julia "Chiquita" Constenla. Figura del periodismo que en vida demostró un gran compromiso con las instituciones, los valores democráticos y con los principios éticos del periodismo, determinando que su partida sea una sensible pérdida para la profesión y la cultura democrática del país.

Señor presidente:

Aunque le decían Chiquita tuvo una trayectoria enorme. Julia Constenla, periodista, escritora, productora radial, se había iniciado como periodista en las revistas Chicas de Divito y Damas y Damitas. Luego trabajó en las revistas Gente y Mundo Argentino. En la década del 60 integró la redacción de la mítica revista Crisis, y dirigió los 29 títulos de los legendarios Cuadernos de Crisis, junto con Aníbal Ford. También fue redactora de Mundo Argentino, de Cuadernos del Tercer Mundo, dirigió la editorial Tiempo de Ideas y la colección Crónicas de editorial Jorge Alvarez. Junto a su marido Pablo Giussani (ya fallecido) protagonizó la experiencia de la revista Che, en 1961. Estuvieron exiliados en Italia hasta el retorno de la vida institucional, cuando Alfonsín la nombra directora de Radio Belgrano (1985-1989).

Fue autora de varios libros (Sábato, el hombre; Anibal Troilo Pichuco (en colaboración con María Esther Gilio) y El ser social, el ser moral y el misterio (diálogos con Monseñor Laguna), este último editado por Sudamericana.

Julia Constenla organizó el Primer Encuentro Internacional: Mujer, Comunicación y Desarrollo en América Latina, en Roma, en 1982, auspiciado por las Naciones Unidas y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia, y el segundo Encuentro sobre este tema, con auspicio de la Unesco y de la Secretaria de Cultura de la Nación, que se realizó en Argentina en 1986. Fue madre de cuatro hijos y, aunque no le gusta decirlo a ella misma, le legó al movimiento feminista italiano una frase que hizo historia: "Hay que feminizar la política y politizar el feminismo".

En 2004 presentó su libro sobre su amiga Celia de la Serna, Celia, la mamá del Che (Editorial Sudamericana). Sus últimos libros fueron Che Guevara, la vida en juego (Edhasa) y Michelle Bachelet: digo lo que pienso, hago lo que digo (Lumière).

A sus 83 anos, "Chiquita" Constenla, como se la conocía, viuda del periodista Pablo Giussani, además de amiga y biógrafa de Ernesto Sabato y de Celia de la Serna -la madre del Che Guevara-, falleció el día 14 de septiembre en el hospital Italiano de la Capital Federal. Según se informó desde el centro de salud, su muerte se produjo por complicaciones durante una operación intestinal a la que se había sometido.

Es innegable reconocer que gracias a su una amplia y destacada trayectoria en diversos medios gráficos durante varias décadas ha dejado una huella muy importante en la historia del periodismo argentino.

Como homenaje final transcribimos las palabras preparadas especialmente por el periodista Carlos Ulanovsky, cuando FOPEA le realizó un homenaje a "Chiquita" el pasado 7 de junio de 2011, en el día del periodista donde se la nombró socia honoraria: "Con un singular sentido de la ubicuidad podríamos afirmar que Chiquita estuvo en los lugares que había que ocupar en los momentos justos. Y podríamos afirmar exactamente lo contrario, porque el haber estado en algunos de esos lugares le generó una cantidad de sobresaltos que bien se podría haber ahorrado. En ninguno de ambos casos le fue mal, de hecho lo viene haciendo desde los años 40, siempre quilombera, nunca tranqui, en Tucumán, Buenos Aires, Francia, Italia, Estados Unidos, Buenos Aires, el mundo (...) libros por doquier, proyectos y más proyectos. Claro, sin frenar nunca la esmerada atención de su estandarte afectivo, familiar y amistoso. Crió cuatro hijos, le enseña a sus nietos, plantó árboles de dignidad, escribió muchos libros.

Constel, Consteleishon, Julita, la Constela, la inefable Chiquita ha sido en los últimos años figura emblemática de la democracia recuperada. Es la biógrafa del Ché Guevara y de su madre Celia. Hizo hablar a monseñor Laguna así como siguió hasta el final la vida y obra de Ernesto Sábato. Glosó a Raúl Alfonsín y reseñó la vida italiana en el país pero a mí el libro suyo que más me gusta es aquél en donde se reescribe a si misma y nos cuenta que "Vivir vale la pena".

Su comprometida lucha por los derechos humanos, la democracia y la libertad de expresión la colocan entre las personalidades más comprometidas con la ética y los derechos humanos en nuestra historia reciente. Por todo lo expuesto aquí es que solicito la aprobación del presente proyecto.