La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su adhesión al "DIA NACIONAL DE LA CONSERVACION DEL SUELO", el 7 de Julio de 2014, fecha instituida mediante Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 154/63. Este año con motivo de conmemorarse el 51º Aniversario, el Instituto de Suelos (INTA) y la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo (AACS) organizan una Jornada de Conservación de Suelos 2014. El encuentro científico tendrá como principales protagonistas a los estudiantes de Ciencias Agropecuarias. El objetivo de la Jornada es propiciar el encuentro de los estudiantes como los principales actores del futuro productivo y precursores de la comunidad científica, en el intercambio de experiencias y actualizando los conocimientos en nuevos conceptos que se implementan a escala global, promoviendo la reflexión, el debate y la construcción de soluciones viables que permitan avanzar sobre la conservación de los suelos.

Señor presidente:

El 7 de julio de cada año se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo, establecido en 1963 por decreto de la Presidencia de la Nación N° 154/63 en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet. El Dr. Bennet fue un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación y la integridad del recurso natural suelo, dedicó sus esfuerzos a lograr un aumento de la producción de la tierra a través de su mayor protección y trabajó incesantemente para concientizar de los beneficios de su adecuado manejo y resguardo.

El uso irracional del suelo genera una alteración de sus propiedades que puede hacer que pierda parcial o totalmente su capacidad de cumplir con su función. Este fenómeno de disminución o pérdida de calidad del suelo se denomina degradación. El suelo funciona como una "esponja" de tal manera que mantiene el agua de lluvia durante mucho tiempo, y las plantas pueden usarla. Sin él el agua corre rápidamente sin posibilidad de aprovechamiento. La destrucción de la cubierta vegetal por incendios, aclaramiento del bosque para pastos y la actividad agrícola acelera los procesos de desertización, puesto que sin ella se pierde el suelo y se desencadenan los procesos de aridez. La perdida de las especies vegetales hace que el agua de lluvia primero, y el viento después, arrastre los nutrientes del suelo inutilizándolo para el desarrollo de las plantas. Otras formas de destrucción de la cubierta vegetal son el sobrepastoreo, la deforestación y las prácticas de una agricultura no sustentable.

El uso desequilibrado del suelo y el mal uso de la mecanización llevan sin duda a una inminente desertificación, es así que a medida que aumenta la degradación de las tierras, también se degrada la calidad de vida de quienes la habitan sumiéndolos en la pobreza. La desertificación se expande tan rápidamente que muchas veces la población, en su intento por sobrevivir intensifica la explotación de los recursos naturales o emigra en forma masiva a áreas más densamente pobladas, los que generalmente terminan asentándose, en la periferia de las grandes ciudades, con los costos sociales que ello trae aparejado. La desertificación y la sequía afectan el desarrollo sostenible por la relación que guardan con importantes problemas sociales, tales como la pobreza, la seguridad alimentaria y los problemas derivados de la migración.

En la Argentina, el octavo país más extenso del mundo, las zonas áridas, semiáridas, y subhúmedas secas representan el 75% de la superficie total, donde se asienta el 30% de la población. Las regiones de la Puna, el Chaco, los Valles Áridos, el Centro Oeste y Patagónica, el proceso de desertificación está avanzando de manera preocupante, (portal de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación).

Según datos aproximados y estimativos se reconoce un avance de la desertificación en el país de hasta 650.000 Ha/año conforme datos aportados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Este es dato importante si se tiene en cuenta que la superficie continental del país es de 280 millones de Ha. Las provincias más comprometidas por el proceso de desertificación, y en las cuales se deberían priorizar las medidas de atenuación y/o control, son en orden prioritario: Santa Cruz, Neuquén, Chubut y Río Negro.

En 1996, se aprobó la Convención de las Naciones Unidas de Lucha sobre Desertificación, a la que adhirieron más de 180 países -actualmente son 191-, entre ellos la Argentina, con el reconocimiento de que se trataba de un "gravísimo problema socio-económico y ambiental". Esta Convención se fijó como objetivo principal promover acciones efectivas orientadas al mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación y ordenación de los recursos hídricos y de las tierras, por medio de programas locales y la cooperación internacional, con la participación popular y la creación de condiciones que ayuden a la población local a evitar la degradación de los suelos

En la Argentina, el 75 % del territorio está sujeto a procesos erosivos causados por las actividades agrícolas- ganaderas y forestales, es así que la Dirección de Conservación del Suelo y Lucha contra la Desertificación, dependiente de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nacion, implementa en la actualidad el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la Desertificación (PAN), que consiste en luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía, a fin de contribuir al logro del desarrollo sostenible de las zonas afectadas, todo ello con miras a mejorar las condiciones de vida de la población. El PAN incluye tareas de investigación, seguimiento, alerta temprana de sequías, educación, concientización y articulación de políticas con los Estados provinciales para implementar un manejo responsable de los recursos naturales. Además propone un fortalecimiento del marco institucional, jurídico y económico- financiero para afianzar acciones orientadas a combatir la desertificación y la sequía. Estos planes de lucha y concientización comienzan a rendir frutos y Convenios internacionales también empiezan a brindar un marco de interacción a nivel técnico es así que algunos productores demandan asesoramiento técnico y actúan en consecuencia.

Este año 2014 se realizara una Jornada el 11 de julio en el Instituto de Suelos (INTA Castelar) con actividades que incluirá la presentación de reconocidos científicos nacionales, con charlas de intercambio y recorridas por el Instituto de Suelos con estaciones a cargo de los especialistas responsables del Instituto abiertas a toda la comunidad. El objetivo de la Jornada es propiciar el encuentro de los estudiantes como los principales actores del futuro productivo y precursores de la comunidad científica, en el intercambio de experiencias y actualizando los conocimientos en nuevos conceptos que se implementan a escala global, promoviendo la reflexión, el debate y la construcción de soluciones viables que permitan avanzar sobre la conservación de los suelos.

El Instituto está organizado en un área de Reconocimiento y Evaluación de Tierras con un tradicional rol de liderazgo en la cartografía de suelos del país, y un área de Edafología. Esta segunda incluye diversas disciplinas tales como Química y Fertilidad, Física, Microbiología, Mineralogía y Micromorfología. Además de los laboratorios propios de cada una de estas especialidades, el Instituto cuenta con un Laboratorio común de Química y Física de suelos, también con tradición y liderazgo en el ámbito nacional. Por otra parte el Instituto realiza actividades de extensión y capacitación, y varios de sus miembros cumplen roles docentes de grado y posgrado en diversas Universidades.

El problema de la erosión del suelo existe y no puede ser negado; las alternativas no son muchas: o se deja que nuestros suelos vayan perdiendo gradualmente su capacidad de producir, o se decide conservarlos para asegurar la subsistencia de las generaciones futuras. Por precedentemente expuesto resulta más que importante que la comunidad en general tome conciencia de los riesgos que implica la pérdida de un recurso natural de tan vital importancia como lo es el suelo.

Señor Presidente, por lo todo expuesto solicito a mis pares el acompañamiento en la aprobación del presente proyecto de Declaración.