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PROYECTO DE TP


Expediente 4665-D-2011
Sumario: REITERAR EL RECLAMO POR EL ESCLARECIMIENTO DEL CASO JORGE JULIO LOPEZ, A 5 AÑOS DE SU DESAPARICION.
Fecha: 16/09/2011
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 134
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


- Reiterar el reclamo por el esclarecimiento del caso Jorge Julio López, a cinco años de su desaparición.
-Adherir a los actos y marchas organizados con motivo de cumplirse el quinto aniversario de la desaparición de Julio López.
-Expresar su solidaridad a los familiares de Julio López, desaparecido luego de atestiguar en el juicio contra el genocida Miguel Etchecolatz.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Se cumplen 5 años de la desaparición de Jorge Julio López, el sobreviviente de la dictadura desaparecido luego de testimoniar contra el genocida Miguel Etchecolatz, quien fuera condenado a prisión perpetua.
El segundo secuestro de López ocurrió el 18 de septiembre de 2006, cuando salía de su domicilio de la localidad bonaerense de Los Hornos para concurrir a los alegatos del juicio. No existen imputados ni procesados, y la causa continúa paralizada desde hace dos años.
Recordemos que al momento de desaparecer Julio López tenía 76 años, era uno de los querellantes y había atestiguado contra el represor Etchecolatz, que fue condenado por el homicidio calificado de Diana Teruggi de Mariani y por la privación ilegal, tormentos y homicidio calificado de Ambrosio De Marco, Patrcia Dell`Orto, Elena Arce, Nora Formiga y Margarita Delgado. Además, el tribunal lo responsabilizó por la privación ilegítima de la libertad y aplicación de tormentos a Jorge Julio López y Nilda Eloy.
La familia de Jorge Julio López y organismos de Derechos Humanos han organizado una serie de actos para recordar aquel fátidico día:
La Comisión Provincial por la Memoria, de la que Perez Esquivel es co-presidente, realizará una marcha en la sede de la calle 54 Nº487, en la ciudad de La Plata. En esa misma ciudad se ha instalado un inflable en la Plaza Moreno, con la figura del albañil y la consigna "A 5 años de impunidad, acá falta López".
También habrá una radio abierta y la proyección del testimonio de López durante el juicio a Etchecolatz, en pantalla gigante desde la Muncipalidad de La Plata hacia la Plaza Moreno.
El acto principal será el domingo 18 con una movilización que partirá a las 17 horas desde la Plaza Moreno a la Plaza San Martín de la capital bonaerense, para recordar el día en que se cumplen cinco años de la desaparición. También ese día habrá un festival folklórico en la plaza que lleva el nombre Jorge Julio López, en 66 y 52, organizado por la Asamblea de Autoconvocados por el Ensanche de la avenida 66 para pedir justicia por López y por la construcción de un hospital, en el lugar donde funcionó una fábrica de tomates.
En Capital, la agrupación Encuentro, Verdad y Justicia, que agrupa a organizaciones de derechos humanos, convoca a una marcha desde Congreso a Plaza de Mayo, que finalizará con un acto. En Berisso, se nombrará "Jorge Julio López, por la verdad, la libertad y la justicia" a la plazoleta ubicada en 18 y 156. También se presentará "Desaparecido en Democracia", un libro de fotografías que reúne cinco años de intervenciones urbanas por López.
Con motivo de cumplirse el 5° aniversario de su desaparición, los familiares, amigos, y la Asociación de Ex Detenidos han hecho una reconstrucción de la vida de López. Y aún, con lo terrible de lo sucedido su hijo está convencido de que su padre hizo muy bien en declarar como testigo en la causa Etchecolatz.
Sus compañeros de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos le rindieron homenaje con una edición especial de su revista, en la que reconstruyeron los detalles de su militancia y su cautiverio, y que completa el relato familiar de quien sobrevivió a los sicarios del Estado hace más de treinta años, y desapareció en democracia tras acusarlos por los delitos de lesa humanidad que cometieron.
Lo recuerdan como una persona callada, tranquila, Jorge Julio López había nacido el 25 de noviembre de 1929 en Elordi, un pueblo cercano a General Villegas. "Ahí pegó mucho la desaparición, cuando fui sin avisar se armó un revuelo enorme", cuenta su hijo mayor sobre uno de los tantos operativos de búsqueda de los que participó, en ese caso con la Policía Federal y la Secretaría de Inteligencia. Sus padres eran cuidadores de un campo de la zona, y Jorge Julio dejó los estudios primarios en cuarto grado para ayudarlos. Tenía cuatro hermanas y un hermano. Hizo el servicio militar en San Martín de los Andes y cuando terminó se fue a las afueras de La Plata, a trabajar en la zona de quintas. Allí conoció a quien sería su mujer, Irene, tras dos años de noviazgo se casaron en 1962 y tuvieron dos hijos, Rubén y Gustavo. Para entonces ya trabajaba en la construcción, oficio que aprendió de su primer patrón, el dueño de una empresa que hacía remodelaciones. Irene también tiene cinco hermanos y, al igual que su marido, trabajaba en las quintas. Pero sus habilidades iban más allá, cosía y tejía por encargo.
Su esposa Irene lo recuerda "No era muy conversador, no contaba cosas del trabajo, era muy cerrado. Después de que le pasó eso empezó a renegar más, a enojarse con la situación, pero no mucho, yo no quería que me hablara de esas cosas, de política nunca supe nada, y menos después de que pasó eso", cuenta sobre su esposo.
Julio tenía 47 años cuando se acercó a la Unidad Básica Juan Pablo Maestre, en Los Hornos. Un grupo de jóvenes platenses de la Juventud Peronista y de Montoneros, entre ellos Ambrosio de Marco y Pastor Asuaje, la habían creado en junio de 1973 con el nombre de ese militante de las FAR, secuestrado y asesinado. Para Irene, "no era una unidad básica de otra cosa, por lo que yo sé, nunca fui, aunque a lo mejor era política, él iba un rato los fines de semana, cuando podía". El recuerdo de su hijo es que "iba a una unidad de ayuda social, hacían carreras de embolsados y daban chocolate y juguetes para el Día del Niño". Ruben agrega que "de ahí se llevaron a 10 o 12 personas la misma noche y los días siguientes". Se refiere al 27 de octubre de 1976, cuando López fue secuestrado por primera vez. "Serían las 10 de la noche, los chicos, que tenían 11 y 8 años, estaban durmiendo. Entraron por la puerta a la fuerza", dice Irene. Rubén le vio la cara a uno de la patota del represor Miguel Etchecolatz. La mujer cuenta que la pusieron contra la pared, que les pidió por los chicos y le dijeron que se quedara tranquila, que no les iba a pasar nada. "No sé por qué se lo llevaron, era un hombre de trabajo", agrega.
La familia fue al Ex Regimiento 7, a Tribunales, a la comisaría de Los Hornos, pero no tuvo noticias de López durante seis meses. Según Rubén, cuando pasó por la comisaría 8ª, "donde los ponían bien para blanquearlos", supieron que estaba vivo por el cuñado de un vecino que era policía. El hijo apela una vez más a sus vivencias: "Cuando lo pasaron a la Unidad 9 lo visitábamos, era una sensación horrible ir a la cárcel, sólo nos daban media hora." Irene acota que su familia la ayudó durante esos tiempos, que hizo tareas de limpieza en una panadería porque "había que comer". Una vez que lo liberaron, dice, los patrones lo recibieron como si nada hubiera pasado. "Yo tenía miedo de que volviera a pasar lo mismo, entonces no quería que hable, así que muchas cosas se las guardó. Por eso muchas cosas no las sé, lamento haber sido así porque quizá tenía cosas para contar. Nosotros tampoco preguntábamos, era como un acuerdo", resume.
Los 160 días que estuvo detenido-desaparecido pudieron ser reconstruidos a partir de sus testimonios, que tenían un alto nivel de detalle. López estuvo en silencio muchos años, pero cuando se jubiló empezó a escribir lo que había vivido en papeles sueltos, hojas de publicidad, boletas y hasta bolsas de cal. Así armó carpetas que su familia sabía que existían pero no dónde estaban, hasta su segunda desaparición. Eran tres y las había guardado en una caja, en el doble fondo de una valija. Rubén confiesa que pudo leer apenas una parte porque le resultó "muy doloroso". Irene nunca quiso siquiera mirar el material con que López había hecho su catarsis. El paso que va del rompecabezas de textos y dibujos de su puño y letra, con las caras de represores y detenidos hasta la decisión de declarar ante la Justicia lo pudo dar cuando lo contactaron los familiares de Patricia dell'Orto, a fines de los años '90, y por la motivación de la promesa que le había hecho a ella cuando ambos estaban en cautiverio: si López salía tenía que decirle a su hija, Mariana, que su mamá la quería.
En los reconocimientos judiciales de la causa Etchecolatz, López fue muy preciso y, junto a la sobreviviente Adriana Calvo, fallecida en 2010, identificó el recorrido de su calvario. Estuvo detenido junto a Francisco López Muntaner, uno de los chicos de la Noche de los Lápices, y con sus ex compañeros de la unidad básica, Ambrosio y Patricia. López pudo ver por un agujerito de su celda el fusilamiento de ambos. "Patricia pidió que no la mataran porque quería criar a su hijita", declararía años después. De Arana pasó a la comisaría 5ª de La Plata, luego a la 8ª y en marzo de 1977 a la Unidad 9, donde estuvo 812 días a disposición del PEN.
En 2006, cuando declaró ante el Tribunal 1 de La Plata estuvo acompañado por sus dos hijos, su sobrino y su nuera. "Ahí entendimos que aunque hubiéramos intentado convencerlo de que no declarara no lo habríamos logrado. Al haberlo escuchado me pareció perfecto lo que hizo, más allá de las consecuencias que tuvo. Cumplió su deber como ciudadano, hoy la gente tiene miedo hasta de salir de testigo de un choque", dice Rubén. Tras aquella audiencia, que se proyecta en cada aniversario y vuelve a estremecer, López planeaba festejar su cumpleaños y la condena a Etchecolatz con una gran comida a la canasta, en la que quería juntar a la familia y los compañeros. Pero el 18 de septiembre de 2006, cuando tenía que presentarse para los alegatos, no apareció. Fue su segunda desaparición.
Entonces volvió a profundizarse la distancia entre la familia y los organismos de derechos humanos que lo sostuvieron durante el juicio. Mientras Rubén López decía en TV que su papá podía estar extraviado, Adriana Calvo, Nilda Eloy y sus abogadas supieron casi de inmediato que no estaban ante una averiguación de paradero, como se caratuló la causa durante los primeros años, sino ante una nueva desaparición forzada. López había identificado y acusado a Etchecolatz y a otra media docena de genocidas.
Sr. Presidente, exigimos que el expediente judicial sea impulsado, pues no se trata de un caso más. El Estado Argentino debe actuar y no permanecer indiferente si sigue vigente el aparato represivo de la dictadura, que a través de las fuerzas policiales sigue amedrentando a los más débiles. Por ello es que exigimos la aparición con vida de Jorge Julio López, el esclarecimiento del hecho y la condena a los responsables de tamaña atrocidad.
Por lo expuesto es que solicito a mis pares me acompañen en la aprobación de este proyecto de Resolución.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
BARRIOS, MIGUEL ANGEL SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
FEIN, MONICA HAYDE SANTA FE PARTIDO SOCIALISTA
PERALTA, FABIAN FRANCISCO SANTA FE GEN
VIALE, LISANDRO ALFREDO ENTRE RIOS PARTIDO SOCIALISTA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
DERECHOS HUMANOS Y GARANTIAS (Primera Competencia)