La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Resuelve declarar su profundo desacuerdo respecto del Convenio firmado entre el Gobierno de la Ciudad de Autónoma Buenos Aires y varias Universidades Privadas para que los alumnos de Ciencias Médicas que cursan sus estudios en estas últimas realicen su entrenamiento en los Hospitales Públicos pertenecientes a la CABA a sabiendas de que estos alumnos no sólo pueden acceder a las Instituciones Médicas Privadas sino que, además, este Convenio agravará la ya existente insuficiencia de plazas en los Hospitales Públicos, las cuales resultan imprescindibles para la formación práctica y el entrenamiento de los estudiantes de Ciencias Médicas de la UBA y en el entendimiento de que tal Convenio resulta en una transferencia gratuita e injustificada de recursos públicos al sector privado.

Señor presidente:

En la actualidad, los 32 hospitales de la Ciudad de Buenos Aires no tienen plazas suficientes para los miles de alumnos -tanto a nivel de estudios de grado como de pos grado- de disciplinas científicas relacionadas con la Salud y la Medicina de la UBA.

A pesar de ello, en el mes de mayo, el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, firmó un Convenio con universidades privadas mediante el cual se les otorga a estas la posibilidad de cursar materias de grado y pos grado así como realizar residencias médicas, en los servicios de los hospitales públicos que están bajo la órbita del gobierno de la Ciudad, a cambio de un arancel correspondiente al 10 % del sueldo de un residente.

Esta suma demandada por el GCBA por cada estudiante de las universidades privadas que se forme en los hospitales públicos, resulta irrisoria en comparación de las cuotas que estos pagan a sus universidades.

Además implica un uso indebido de la infraestructura y de los recursos humanos de los hospitales dependientes del sistema público de salud, generando una transferencia directa del sector público al privado. Lo cual resulta agravado por la carencia de recursos asistenciales para atender a la población más desprotegida socialmente. Escribe en el matutino Página12 (28/8/08) la Dra. Silvia Quadrelli, docente del Instituto de Investigaciones Médicas de la UBA y ex presidente de la ONG "Médicos del Mundo": "La práctica de las habilidades clínicas no puede adquirirse sin, en algún momento, realizarlas sobre pacientes reales. Sin embargo, los pacientes sobre los cuales se realizan estas intervenciones con el puro propósito de entrenamiento no reciben ningún beneficio directo de las mismas y pueden inclusive padecer cierto grado de daño (...) Generalmente prefieren descansar en silencio que contestar por décima vez las mismas preguntas o someterse a nuevas manos inexpertas que buscarán su hígado o su bazo".

Es razonable inferir que si lo hacen es porque tienen conciencia de que ello servirá para la atención de los pacientes futuros. Lo hacen porque, en función de lo anterior, sienten una obligación moral. Lo hacen, en definitiva, por solidaridad.

Ahora, en coincidencia con el pensamiento de Quadrelli, nos preguntamos: "¿cuántos de los graduados de las universidades privadas servirán en el sector público? El verdadero sentido de que un paciente"preste" su cuerpo a estudiantes de una universidad pública es reforzar esa rueda de solidaridad que justifica la educación universitaria gratuita (...) Pero en las universidades privadas: ¿dónde se teje esa trama de solidaridad? Los graduados han pagado por su educación, no sienten deuda moral y quizá legítimamente no aceptarán trabajar en condiciones poco favorables en el sistema público".

Resulta evidente que este convenio -el cual no fue siquiera consultado con la Legislatura Porteña ni Con el Ministerio de Educación de la Nación como tampoco con la UBA- desprecia los conceptos vertidos anteriormente y agravará aún más la falta de plazas para los estudiantes de Ciencias Médicas de la UBA en los hospitales públicos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

De más está decir, que el gobierno no tomó ni previó ninguna medida tendiente a preservar los espacios que garanticen que los estudiantes de Ciencias Médicas de la UBA puedan continuar desarrollando las actividades que históricamente realizaban.

Como resulta obvio, el Consejo Directivo de la Facultad de Medicina, a fines de julio, rechazó la firma del Convenio e intenta articular directamente con los hospitales para que los mismos den prioridad a la formación de los estudiantes de la UBA. También fue rechazado por las entidades representativas de los estudiantes de Ciencias Médicas que ven amenazada y/o dificultada la continuidad de sus estudios.

El Convenio fue firmado con las universidades siguientes:

1. U. Austral

2. Fundación Barceló

3. Fundación Iberoamericana de Estudios Superiores

4. Fundación Universitaria René Favaloro

5. Universidad Maimónides

6. Instituto Universitario de Ciencias de la Salud

7. Universidad Adventista de la Plata

8. U. del Salvador

9. U. Abierta Interamericana

10. U. De Ciencias Empresariales y sociales (UCES)

Como puede observarse, todas ellas no sólo cuentan con recursos suficientes para la formación de sus estudiantes sino que podrían gestionar el pleno acceso de su alumnos a las instituciones médicas privadas para el entrenamiento de los mismos. Sobre todo si tenemos en cuenta que en la CABA el sector privado cuenta con una gran cantidad de camas. Cabe entonces preguntarse, tal como lo hace la Dra. Silvia Quadrelli, "¿Por qué las

universidades privadas no establecen contratos con las muchas instituciones (médicas) privadas en las que seguramente trabajarán a futuro sus graduados?".

Por lo anteriormente expuesto, considero que tal Convenio debe ser repudiado por lo cual solicito que sea aprobado el presente Proyecto de Resolución así como el acompañamiento de mis pares.