La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional, que por medio de las autoridades correspondientes, tenga a bien informar sobre las siguientes cuestiones vinculadas al vertiginoso aumento de los caudales de los ríos Iguazú y Paraná, y su posible vinculación con la construcción de la Represa Baixo Iguazu por parte de la República Federativa del Brasil, y sobre los eventuales perjuicios ambientales y económicos para la zona:

¿Qué relación existe entre la repentina crecida de los ríos Paraná e Iguazú, que amenazan con graves inundaciones a la región del litoral argentino, y la construcción de la Represa Baixo Iguazu por parte de la República Federativa del Brasil?

¿Pidió Argentina datos del impacto ambiental de dichas obras? En caso afirmativo provéalos, en caso negativo indique las razones.

¿Se han realizado estudios del impacto ambiental, en territorio argentino, de la obra antes mencionada?

¿Cuál es la normativa aplicable sobre el uso de los recursos hídricos compartidos en lo referido al río Iguazú?

¿Qué medidas ha adoptado el gobierno argentino ante la advertencia dada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) acerca de la posible inclusión de las Cataratas del Iguazú como "Lista de Patrimonio Mundial en Peligro" ante las consecuencias de la construcción de la represa Baixo Iguazu?

¿Se ha estimado la magnitud del daño ambiental y económico de la reducción del caudal de agua de las Cataratas del Iguazú a partir del momento en que esté en operatividad dicha represa?

¿Se ha establecido algún mecanismo de compensaciones ante los eventuales perjuicios para la Argentina por la obra referida?

Señor presidente:

Hace poco el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco advirtió del riesgo de la construcción de la central hidroeléctrica Baixo Iguazu a 70 kilómetros aguas arriba de las Cataratas -patrimonio de la Humanidad- y a tan solo 500 metros del inicio del parque brasileño, entre Capanema y Capitão Leônidas Marques. La preocupación quedó plenamente justificada: la creciente del río Iguazú arrasó con las obras y al menos una balsa y un remolcador fueron arrastradas por el río aguas abajo.

"Una balsa que llevaba a trabajadores de la usina se desprendió y se fue para abajo, junto a un remolcador", confirmó Jorge Pegoraro, jefe del Parque Nacional Iguazú, lado brasileño.

La rede O Globo se hizo eco de la noticia e informó que "el diluvio inundó la construcción de la represa del Baixo Iguazu, en la región de Capanema, y arrastró maquinarias dentro del Parque Nacional Iguazú".

Las obras comenzaron en agosto del año pasado y el mes pasado el gobernador de Paraná, Beto Richa elogió las obras, pese a que la Unesco pide al gobierno brasileño su paralización y la realización de un profundo estudio de impacto ambiental. De lo contrario, la UNESCO amenaza con incluir el año que viene a las Cataratas en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.

La represa es la sexta que Brasil construye sobre el río pero esta es la más próxima a las Cataratas. Población, operadores turísticos, grupos ecologistas y autoridades de Puerto Iguazú y Foz do Iguaçu, las localidades más cercanas al monumento natural y que viven prácticamente del turismo, están preocupadas porque temen que el caudal de agua se reduzca drásticamente. En los últimos años, y aparentemente producto de las otras cinco represas, la media del caudal ha pasado de los casi 1800 metros cúbicos por segundo a los 1500 metros cúbicos por segundo.

En el río Iguazú ya son operadas cinco hidroeléctricas de gran porte: Foz do Areia, Segredo, Salto Caxias - propiedad de Copel - más Salto Osório y Salto Santiago, de la empresa Tractebel. Juntas totalizan 6.674 megawatts de potencia instalada. La represa de Salto Caxias también fue noticia porque ante la crecida del río, abrió las compuertas e inundó a cientos de familias costeras.

"Baixo Iguaçu es el último emprendimiento energético previsto para el Iguazú,, principal río paranaense", dijo el presidente de Copel, Lindolfo Zimmer. Pese a las quejas de ambientalistas, la usina tienen la anuencia del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBio), organismo gestor del Parque Nacional do Iguaçu brasileño. "Se tomaron todas las medidas necesarias para la preservación del medio ambiente", dijo Zimmer.

El grupo Neoenergia, de Río de Janeiro ganó la licitación de la obra en la que se espera una inversión de R$ 1,6 billones -unos cinco mil millones de dólares- que se esperaba terminar en 2016.

La usina tendrá una potencia de 350 megawatts, suficiente para atender el consumo de 1 millón de personas.

La mega-represa conocida como Baixo Iguaçú podría afectar a las Cataratas y al Parque Nacional Iguazú (PNI) en Misiones. Así lo advirtió el referente de la Mesa Provincial por el No a las Represas, Eduardo Luján, quien consideró que la afectación de este proyecto que pone en riesgo a la Maravilla Natural de Misiones, incluso ya fue advertida por un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Luján puso el énfasis en la inacción del Estado Argentino frente a esta situación, que según él, estaría ligada al lobby y los intereses de las empresas constructoras de represas, que también proyectan nuevas represas en Misiones, con la anuencia del gobierno nacional y provincial.

La represa que se construiría a 50 km al norte del límite con Argentina, y afectará directamente al río Uruguay y al PNI, como lo detalla un informa de la ONU. "Estamos poniendo en riesgo el Parque Nacional, una de las reservas naturales más importantes del mundo", alertó Luján en diálogo con misionescuatro.com. El ambientalista explicó que "quedaría condicionado el caudal del río, que de por sí, (como sucede con otros ríos en Misiones) ya están condicionados por las represas del Brasil. Esto lo va a empeorar", aseguró Luján, quien recordó que "quienes construyen deben retener la mayor cantidad", mermando el caudal de los ríos.

Consultado al respecto, Luján reveló que si bien el mega-emprendimiento "no está en obras, ya está aprobado, incluso están los presupuestos."

Sin embargo, frente a este peligro potencial para las Cataratas del Iguazú, "la Argentina hizo muy poco. Participó de algunas asambleas pero no influyó en la decisión", consideró el ambientalista, quien remarcó los fuertes intereses económicos en juego, que explicarían en parte, el acuerdo tácito entre Brasil y Argentina para la construcción de más represas. "Creo que esto es algo intencional. No se discute porque hay intereses y por los lobbys de las empresas constructoras. Oponerse a Baixo Uruguay por parte de Argentina, es oponerse a Garabí y Panambí y a cuanto otro emprendimiento (hidroeléctrico) exista (en un futuro)", sintetizó Luján, dando cuenta de la postura de Argentina y Brasil frente a las represas.

"La afectación es el problema. El (tema) no es dónde se hace la obra sino a quién afecta", comentó Luján, consultado sobre la necesidad de una consulta binacional en el caso de ríos compartidos por dos países. En este sentido, el ambientalista puso como ejemplo "el convenio firmado con Uruguay", que dispone que "cualquier obra, sea dónde sea que se construya si afecta al río Uruguay, debe ser consultada la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) Estamos en la misma situación con la diferencia de que Brasil no integra la CARU", opinó Luján, quien reiteró que "por eso surge la preocupación de la ONU."

"Se está poniendo en riesgo una reserva natural reconocida a nivel mundial; me parece que no se puede tomar a la ligera esto", insistió Luján.

"Tuvimos una reunión de la Mesa provincial. Analizaremos más profundamente y fijaremos una postura. Desde ya vamos a estar en contra, porque al margen de cuál sea el efecto más importante hoy, estamos convencidos de que tanto el río Paraná como el río Uruguay ya no soportan más este tipo de mega- obras", finalizó el ambientalista.

Por todo lo antes expuesto, invito a los señores diputados a aprobar al presente proyecto.