Proyectos »

PROYECTO DE TP


Expediente 4622-D-2012
Sumario: PEDIDO DE INFORMES AL PODER EJECUTIVO NACIONAL SOBRE DIVERSAS CUESTIONES RELACIONADAS CON LAS MUERTES Y PATOLOGIAS OCURRIDAS EN EL PAIS COMO CONSECUENCIA DEL USO DE AGROTOXICOS.
Fecha: 04/07/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 82
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
RESUELVE:


Solicitar al Poder Ejecutivo, tenga a bien informar, a través de las autoridades competentes, cuestiones relacionadas con las muertes acaecidas en nuestro País, a causa de los agrotóxicos.
1.- Informe cuántas muertes a consecuencia de los agrotóxicos se registraron en el período 2007 hasta la actualidad.
2.- Informe cómo se distribuyeron esos fallecimientos por jurisdicción en todo el País.
3.- Informe el nombre y apellido, la edad y el sexo de las personas fallecidas.
4.- Informe qué porcentaje de muertes fueron por cáncer; qué tasa de abortos espontáneos, el porcentaje de aumento de la infertilidad, cantidad de malformaciones, de trastornos inmunitarios y de problemas inmunitarios, a causa de las fumigadas sistemáticas por agrotóxicos.
5.- Informe qué medidas ha tomado ó tomará el Poder Ejecutivo, ante la comprobación científica acerca de que los agrotóxicos provocan patologías que llegan a provocar hasta la muerte.
6.- Informe si se han realizado investigaciones tendientes a determinar la peligrosidad de los agrotóxicos. En caso afirmativo indique cuales. En caso negativo indique los motivos.
7.- Informe qué actividades y medidas ha tomado la Comisión Nacional de Investigación sobre la contaminación por el uso de plaguicidas, creada por el Decreto 21/2009 16-01-09.
8.- Informe si se han remitido los trabajos realizados y conclusiones de la Comisión Nacional de Investigación a la autoridad que corresponda.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Médicos del Hospital Garrahan denunciaron la muerte de un niño por contaminación con agrotóxicos. Aseguran que no es el único caso que reciben y denuncian la falta de políticas que regulen a las fumigaciones.
"Primero se murieron los pollos, luego el perro y los chanchos (...), fue entonces cuando tuvimos que mudarnos, pero era difícil porque no tenía quién me ayudara". Así recuerda David Rivero la trágica semana en la que los químicos a los que tanto les temía entraron de manera silenciosa a su casa. Se llevaron primero la vida de los animales y luego la de su hijo, de cuatro años.
José, el menor de los cuatro hijos de don David, empezó a vomitar un lunes a la tarde. Su padre lo llevó a la salita de Lavalle, desde donde lo remitieron a Santa Lucía. De allí pasó a Goya y luego, en ambulancia, a Corrientes. Los médicos correntinos lo remitieron el jueves al Hospital Garrahan, cuando lograron estabilizarlo, pues el niño sufría continuas convulsiones. "Llegó a Buenos Aires debatiéndose entre la vida y la muerte, no era mucho lo que podían hacer", recuerda David.
José se fue la segunda semana de mayo de este año. Antes de morir su hígado dejó de funcionar y tuvo muerte cerebral.
Mercedes Méndez, enfermera del Hospital Garrahan y miembro de la fundación Médicos de Pueblos Fumigados, aclara que no se trata de un caso aislado.
Gladys Arévalo, vecina de la Valle Corrientes, vivió el mismo drama que David en abril de 2011. Su hijo Nicolás, con tan sólo 4 años, y su sobrina Celeste de 5 fueron hospitalizados el mismo día por intoxicación.
Tenían idénticos síntomas, les diagnosticaron hepatitis fulminante. Los dos pequeños fueron remitidos al Hospital Goya y de ahí al Hospital Juan Pablo II. Celeste entró en coma profundo y la trasladaron al Hospital Garrahan, donde estuvo 17 días en Terapia intensiva, 30 más en sala y tres meses más bajo estrictos controles médicos que incluían estudios y tratamientos diarios en Buenos Aires. Nicolás no alcanzó a ser remitido. Murió el 4 de abril de 2011.
Un año después con el resultado de la autopsia de su hijo, la cual certifica que murió a causa del envenenamiento provocado con los químicos usados en la chacra vecina, la familia de los niños tiene claro que quiere : "Nosotros queremos justicia y que se deje de fumigar, porque nos están matando lentamente" reclama Josefina Arévalo, tía de los niños.
El doctor Medardo Ávila, investigador de la Universidad Nacional de Córdoba, ha adelantado estudios en provincias con alta exposición a las fumigaciones. Su informe revela que el aumento de la utilización de químicos para la producción del campo - un 1.000% en los últimos 10 años - ha ocasionado que en estas poblaciones se presenten casos agudos con consecuencias inmediatas "Vemos complicaciones respiratorias, irritación en la piel y en los ojos, intoxicaciones hepáticas y problemas neurológicos".
Sin embargo, no son estos casos los que más llaman la atención del médico cordobés "Hemos notado, que como consecuencia a mediano y a largo plazo, las poblaciones expuestas están manifestando un cambio de patrón de enfermedad (...) es muy frecuente encontrar una serie de cánceres, enfermedades inmunológicas y endocrinológicas que antes no veíamos" Asegura el doctor Medardo, y agrega: "Llama la atención el gran número de abortos espontáneos y niños nacidos con malformaciones, entre 3 y 4 veces más que en ciudades como Buenos Aires"
En enero de 2012, la Defensoría del Pueblo de la Nación publicó un informe que estudiaba la relación entre la exposición a los agroquímicos con la discapacidad. Allí aseguro que: "resulta apremiante pedir a las autoridades públicas nacionales y provinciales, la toma de medidas de resguardo y cautelares, para evitar la discapacidad producida por el uso de agrotóxicos".
El informe, aunque enfocado exclusivamente a la problemática de la discapacidad, hace recomendaciones relacionadas a la regulación de uso de químicos agrícolas a varias entidades gubernamentales. A la Comisión Nacional de Investigación de Agroquímicos (CNIA), creada en 2009 por Presidencia de la República, le pide que se hagan y publiquen investigaciones más frecuentemente - La última publicación se hizo en 2009- y que se organice internamente de una manera que haga más eficaz su trabajo.
En el informe también se pide al Ministerio de Salud que tome medidas preventivas y eficaces que garanticen el bienestar de la población en riesgo. Al SENASA, lo cuestiona por otorgar un permiso de importación y comercialización de productos elaborados con Endusolfán, a pesar de que en 2010 se haya comprobado las graves consecuencias del químico para la salud humana.
Hoy 12 millones de argentinos conviven a diario con las consecuencias de los agrotóxicos, y el número aumenta a medida de que avanza la frontera agrícola. "Cuando viene la fumiga a mi me duele la cabeza, me hace mal. Tengo miedo por mi hijo de 2 años que se la pasa jugando", confiesa Gladys Arévalo, que con el dolor de haber perdido a un hijo a causa de los agroquímicos, se consume en la impotencia de no tener recursos para irse de la zona.
A partir de la década de 60 se implementó en América Latina un nuevo modelo agrícola relacionado a la tecnología genética y al uso de químicos para obtener mejores rendimientos. Más de cuarenta años después, este modelo está lejos de ser un instrumento de desarrollo o de soberanía alimentaria y, muy por el contrario, se ha convertido en una maquinaria de dominación, muerte y beneficios para unos pocos.
Sucede que las grandes corporaciones del agro, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), han logrado, con la complicidad de los estados neoliberales, imponer el monocultivo para la exportación a modo de una nueva distribución internacional del trabajo.
Los beneficios para ellos no son pocos: las corporaciones que venden semillas transgénicas y agrotóxicos tienen ganancias millonarias, al tiempo que la renta de las exportaciones sirve para pagar la deuda externa de los agobiados países latinoamericanos. Ni la soja de Argentina, Brasil y Paraguay, ni las bananas o el algodón de los países centroamericanos sirven para calmar el hambre de los pueblos, más bien sirven para alimentar las arcas del sistema.
Mucho se ha dicho sobre los perjuicios que este modelo trae para Latinoamérica y para los campesinos. Normalmente se habla de la concentración y el agotamiento de las tierras, de la proliferación de los transgénicos, de la baja rentabilidad y de la intromisión de las grandes corporaciones en las políticas nacionales. Mientras tanto, un asesino silencioso recorre América Latina, cobrándose miles de vidas al año: los agrotóxicos, piezas esenciales de un modelo al que no le importa matar a los pobres, mientras pueda extraerse de ellos y de sus tierras hasta la última gota.
Según la FAO (Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) los plaguicidas son causantes de 20 mil muertes accidentales al año, y 200 mil suicidios. Otro dato publicado por la OIT (Organización Internacional del Trabajo) en 1994 afirma que ese año hubo entre dos y cinco millones de casos de envenenamientos por plaguicidas, en sólo 40 mil establecimientos relevados. Por otra parte, cabe destacar que no hay forma de relevar las peligrosas intoxicaciones crónicas, o bien las que son tratadas por sus síntomas sin saber nunca cuales fueron las causas. De la misma forma, es imposible saber la cantidad de envenenamientos por los que no se hace una consulta médica.
La precariedad en la que trabajan los campesinos pobres de América Latina, los expone aún más a los perjuicios de los agrotóxicos. En principio, no utilizan el equipo de aplicación necesario para no mojarse con los productos, y prevenir así envenenamientos cutáneos. Muchos de ellos son analfabetos, y se ven imposibilitados de leer los marbetes o rótulos que indican las formas de aplicación y los cuidados que debe tenerse. A pesar del riesgo al que están expuestos, los campesinos, quinteros o chacareros optan por comprar productos como el Glifosato, debido a la necesidad imperante de tener altos rendimientos, cosa que en muchos casos ni siquiera ocurre. Mientras ellos gastan cientos de dólares en agrotóxicos e invierten su salud para lograr mantener a sus familias, los ejecutivos de Monsanto ganan cientos de miles de dólares al año, y sin tocar una gota del veneno que producen.
Los agrotóxicos están diseñados para destruir determinados organismos vivos, siendo muchas veces no selectivos al cumplir su función, pudiendo ocasionar efectos no deseados en otros seres vivos, incluyendo al ser humano.
Algunos agrotóxicos son persistentes y pueden permanecer largos períodos en el ambiente antes de desintegrarse, acumulándose así en los tejidos de la mayoría de los organismos vivos cuando estos respiran, ingieren alimentos o beben líquidos.
Hay agrotóxicos persistentes que pueden viajar rápidamente largas distancias arrastrados por el viento y el agua, produciendo intoxicaciones a grandes distancias de donde fueron aplicados.
Estos productos contaminan:
-La Tierra: destruyendo los organismos que forman la materia orgánica
-El Agua: dañando la vida acuática en las aguas superficies y contaminando las napas profundas
-El Aire: contaminado por las fumigaciones áreas y terrestres, la quema de envases y el polvo arrastrado por el viento desde el suelo.
Todos los agrotóxicos utilizados en este cultivo transgénico producen efectos en la salud de las personas, produciendo tanto intoxicaciones crónicas como agudas.
En lo que respecta a intoxicaciones crónicas, algunos son cancerígenos, como es el caso del insecticida cipermetrina, en tanto que otros producen daños neurológicos, respiratorios, en desarrollo reproductivo, inmunológico, endocrinos hormonales, hepáticos y renales.
Las intoxicaciones agudas ocurren inmediatamente o algunas horas después de la exposición a agrotóxicos. Los síntomas que se observan con mayor frecuencia en trabajadores que manipulan agrotóxicos son: cefaleas (dolor de cabeza), mareos, náuseas, vómitos, enrojecimiento y erupciones en la piel, dificultad para respirar y tos.
Son altamente peligrosos para peces, abejas, organismos del suelo y acuáticos.
En Misiones denuncian que el uso de glifosato provoca retraso mental.
Casi 87% de los niños de hasta dos años de edad que habitan en la Colonia Alicia, en la provincia de Misiones, padecen retraso mental, denunció el científico Hugo Gómez Demaio, en la presentación de un proyecto de ley para prohibir los agrotóxicos.
"El 86.6% de los niños de hasta dos años de la Colonia Alicia padece algún retraso mental demostrable como consecuencia de la aspersión de agrotóxicos", reveló Gómez Demaio, jefe del Laboratorio de Biología Molecular de Misiones.
El científico reveló que en dicha provincia "se detectan 60 niños por año con malformaciones" y alertó que el contacto con el plaguicida (glifosato), provoca "modificaciones en su genoma humano", que se transmitirán a sus descendientes.
Gómez Demaio hizo las afirmaciones durante el encuentro "Observatorio del glifosato" realizado en Buenos Aires en la Cámara de Diputados, donde se presentó un proyecto de ley para prohibir el uso y venta de agrotóxicos.
El profesional precisó que los niños no sólo padecen retraso mental sino malformaciones físicas, diferente tipo de cáncer e insuficiencias renales, respiratorias o hepáticas, entre otras enfermedades. El glifosato es utilizado para la eliminación de hierbas y arbustos en extensos territorios donde se cultiva soja transgénica, que cubre el 60% del área cultivable de Argentina.
El glifosato (N- fosfonometilglicina, C3H8NO5P, CAS 1071-83-6) es un herbicida no selectivo de amplio espectro, desarrollado para eliminación de hierbas y de arbustos, en especial los perennes.
Es un herbicida total. Es absorbido por las hojas y no por las raíces.
Se puede aplicar a las hojas, inyectarse a troncos y tallos, o asperjarse a tocones como herbicida forestal. La aplicación de glifosato mata las plantas debido a que suprime su capacidad de generar aminoácidos aromáticos.
El glifosato es el principio activo del herbicida Roundup (nombre comercial de Monsanto) (su patente expiró en 2000).
Monsanto patentó en algunos países el evento "40-3- 2" en soja, el cual confiere resistencia al glifosato. Las plantas resistentes a glifosato se han obtenido por medio de transgénesis. Es el herbicida más usado en EE.UU usándose, 2.000- 4.000 t/año en lawns, y 40.000-50.000 t/año en su agricultura.
El modelo agroindustrial imperante en Argentina desde hace más de una década, en base a monocultivos, transgénicos y uso de agrotóxicos: intoxica, enferma y mata. Los niños son las primeras víctimas. El Estado, principal responsable: mira para otro lado.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares que me acompañen con la firma del presente proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
BIANCHI, IVANA MARIA SAN LUIS FRENTE PERONISTA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
ACCION SOCIAL Y SALUD PUBLICA (Primera Competencia)