La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo, a través de los organismos correspondientes, disponga en forma inmediata una partida extra destinada a la reparación integral de la Parroquia de San Antonio de Padua, ubicada en la localidad de San Antonio, departamento Fray Mamerto Esquiú, provincia de Catamarca.

Señor presidente:

El Noroeste argentino atesora un valioso patrimonio cultural, expresado en un sinnúmero de obras arquitectónicas entre las que cobran relevancia las antiguas edificaciones religiosas. Precisamente, en el Departamento catamarqueño de Fray Mamerto Esquiú, se encuentra la parroquia franciscana de San Antonio de Padua, a la espera de la decisión político-administrativa que la recupere de un deterioro inexorable.

Enclavada en un agradable paisaje rural del valle, el edificio original, que data del año 1802, fue refaccionado en varias ocasiones. Frente a la pequeña plaza provista de una arboleda con araucarias, jacarandaes, gomeros, naranjos, y palos borrachos, la parroquia alberga la esperanza popular que ha establecido a San Antonio como el "Santo Universal" reconocido por los fieles de todo el mundo. Durante los siete siglos ya transcurridos desde su muerte, millones de personas se han sentido atraídas a este gran "Franciscano Milagroso".

Valorada por quienes profesan veneración al patrono local y destinada al culto, esta iglesia comprende el conjunto de templos que conforman el circuito turístico, o de visitas, denominado 'Torres y Campanas', con características edilicias que no difieren mucho de las otras iglesias ubicadas en cada localidad norteña.

Provista de una nave central con galerías laterales paralelas de piso de baldosas de ladrillos, se albergaban allí durante las festividades los feligreses y peregrinos provenientes de lugares lejanos, donde compartían el alimento y las rondas de mate, canto y payadas a la espera de la procesión dominical.

Con el correr del tiempo su nave central no pudo albergar a los numerosos feligreses razón por la cual se cierran las galerías y se abren los arcos que conectan la nave central con las otras dos que surgen de las galerías cerradas. Esta es la razón por la cual hoy la iglesia de San Antonio posee tres naves, una central y dos laterales con acceso desde el exterior por el frente de cada una de ellas, estructuras que esperan reparaciones inmediatas para volver a recuperar la belleza y calidez de antaño.

Por distintas circunstancias, en todos los santuarios catamarqueños han acontecido hechos históricos relevantes, Por ejemplo, en la Iglesia del Señor de los Milagros se guarda la pila de cobre donde fue bautizado el Padre Esquiú; en la Iglesia de San José se conserva el púlpito que pertenecía a la Iglesia Catedral de la Ciudad de Catamarca, desde el cual, el 9 de Julio de 1853 Fray Mamerto Esquiú pronunció el célebre sermón de nuestra Carta Magna.

A pesar que las parroquias tienen problemas para afrontar los gastos de mantenimiento, la Iglesia analiza dejar de recibir fondos del Gobierno aún cuando el artículo 2º de la Constitución Nacional establece que:.. "El Gobierno Federal sostiene el culto católico, apostólico, romano".

Esta situación proviene desde la época colonial, cuando la Santa Sede había cedido a los reyes de España el cobro del diezmo y de las primicias (impuestos) a condición de dar a la Iglesia el sustento económico. En 1822, la Iglesia perdió este beneficio y, a cambio, se impuso al Estado la obligación de sostener económicamente al clero y pagar los gastos del culto. Por eso se incluyó ese compromiso en la Constitución argentina.

Si bien las parroquias, como todas las instituciones sin fines de lucro, están exceptuadas del pago de impuestos, deben pagar los servicios que consumen: luz (aunque cada parroquia gestiona una reducción de la tarifa), gas, teléfono, Internet -esencial para los curas del interior de la provincia-, personal para el mantenimiento y limpieza del templo y otros gastos.

En el actual Presupuesto se asigna a la Secretaría de Culto, para el sostenimiento de la Iglesia Católica, una partida de 18.100.000 de pesos, lo que significa un 0,011% del Presupuesto Nacional. En este sentido y en términos porcentuales, el aporte de Gobierno Nacional disminuyó en un 52% entre los años 2004 y 2008. Como dato relevante, durante el año 2007, el aporte estatal fue de 0,43 centavos por habitante.

Del total de 2.711 parroquias, sólo el 15% recibe un aporte para el sostenimiento de su obra evangelizadora incluidas las 421 parroquias de frontera.

Si observamos nuevamente el Presupuesto vigente, en el programa 25 de Ejecución de Obras de Arquitectura de la jurisdicción correspondiente al Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, la Parroquia catamarqueña de San Antonio de Padua no integra aún el proyecto denominado "Restauración de Monumentos Históricos Nacionales".

Significativamente, a comienzos de agosto de 2007 la Cámara de Diputados de Catamarca otorgó media sanción y envió al Senado, para la continuidad del tratamiento legislativo, el proyecto de ley que la declara monumento histórico provincial y que impone al Poder Ejecutivo provincial el cumplimiento de las prescripciones establecidas en la ley 4.831 de Preservación del Patrimonio Cultural e Histórico de la provincia de Catamarca.

Por las razones expuestas, señor Presidente, que otorgan a la parroquia de San Antonio de Padua los valores arquitectónicos e históricos que ameritan su urgente reparación para perdurar en el orgullo de la comunidad catamarqueña y como tesoro histórico de todos los argentinos, solicito el acompañamiento de mis pares para la aprobación de la presente iniciativa.