Proyectos »

PROYECTO DE TP


Expediente 4604-D-2012
Sumario: EXPRESAR BENEPLACITO AL EQUIPO DE "INVESTIGACION DEL INSTITUTO DE MEDICINA EXPERIMENTAL (IMEX)", DEPENDIENTE DEL "CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Y TECNICAS (CONICET)", QUIENES DESARROLLARON UNA PROTEINA CAPAZ DE GENERAR ANTICUERPOS QUE LOGRAN NEUTRALIZAR LA ENTRADA DE LA TOXINA SHIGA, CAUSANTE DE LA ENFERMEDAD DEL "SINDROME UREMICO HEMOLITICO".
Fecha: 04/07/2012
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 82
Proyecto
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:


Su beneplácito por el equipo de investigación del Instituto de Medicina Experimental (IMEX), dependiente del CONICET, que ha desarrollado una proteína capaz de generar anticuerpos que logren neutralizar la entrada de la toxina Shiga, causante de la enfermedad Síndrome Urémico Hemolítico.

FUNDAMENTOS

Proyecto
Señor presidente:


Investigadores argentinos probaron con éxito una vacuna contra el Síndrome Urémico Hemolítico.
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) constituye uno de los grandes temores de los padres de niños pequeños, y con razón.
El SUH es una enfermedad endémica de Argentina, grave, causada por una bacteria que puede estar presente en carnes poco cocidas o verduras mal lavadas. Los más afectados son los menores de cinco años, en quienes la enfermedad puede dejar severas secuelas a nivel renal, o incluso a producir la muerte.
Como no existen tratamientos específicos -una vez diagnosticado el SUH, sólo resta tratar los síntomas y esperar que evolucione bien-, las esperanzas están puestas en la ciencia médica y en las posibilidades de desarrollar alguna vía preventiva.
En este punto cobra importancia la experiencia de los científicos del Instituto de Medicina Experimental (IMEX - CONICET) que han comenzado a desarrollar una proteína capaz de generar anticuerpos que logren neutralizar la entrada de la toxina Shiga (Stx), causante de esta enfermedad, según lo demostraron ensayos in vitro e in vivo, que arrojaron altos niveles de anticuerpos capaces de neutralizar dicha toxina.
Esta toxina es producida usualmente por la bacteria Escherichia coli O157:H7, pero no es la única. Por eso, en diálogo con la Agencia CTyS, la doctora en Bioquímica Marina Palermo, investigadora principal del CONICET a cargo del desarrollo, aclara: "El agente etiológico necesario para que se produzca la enfermedad es la toxina Shiga. Por lo tanto, cualquier vacuna contra el SUH que uno desee desarrollar tiene que contener una versión no tóxica de la Stx".
De ahí, la importancia de desarrollar una vacuna. "Una vez que un niño se infecta con la toxina Shiga, el 90% lo resuelve favorablemente, sin secuelas, pero el 10% restante deriva en SUH. En este caso, la única alternativa es internarlo, realizarles los tratamientos sintomáticos que requiera y esperar que el paciente evolucione espontáneamente. Por ejemplo, si tiene anemia, hacer transfusiones de sangre; o si dejan de funcionar los riñones, realizar diálisis peritoneal, restablecer el equilibrio salino y la presión arterial, entre otras cosas", explica Palermo.
Las vacunas son algo así como agentes secretos que trabajan para la salud. Sus armas están cargadas con micro-organismos atenuados o partes inofensivas de la toxina que producen. Su misión es hacerle creer al cuerpo que está siendo atacado por agentes patógenos (los malos de la película) con el objetivo de obligarlo a fabricar escudos para defenderse: los anticuerpos.
Por supuesto, la idea es que el cuerpo gane la batalla y guarde en sus expedientes la información de los invasores vencidos, para reconocerlos de inmediato si se vuelve a cruzar con esos gérmenes y se desata la "verdadera" guerra.
En este caso, los científicos contaban con dos tipos de toxina Shiga: Stx1 y Stx2. Decidieron utilizar la subunidad B (o sea, la parte no tóxica) de la segunda toxina debido a que ésta es más agresiva y está más asociada a casos de SUH. Sin embargo, había un inconveniente. "El problema de la toxina Stx2 es que es muy poco inmunogénica, es decir, no representa un estímulo suficiente como para generar una respuesta inmune que desarrolle un título de anticuerpo capaz de bloquear la entrada de la toxina", precisa la bioquímica.
Para solucionarlo, los investigadores recurrieron al uso de una proteína transportadora o "carrier". La elegida fue una proteína bacteriana que posee propiedades inmunoestimuladoras incluso en ausencia de adyuvantes (que son sustancias que hacen más efectiva la respuesta inmune).
Así fue como los científicos del IMEX, en asociación con investigadores de la Fundación Instituto Leloir, generaron una proteína de fusión entre ambas proteínas. Luego, elaboraron una vacuna de DNA capaz de producirla, que probaron en ensayos in vitro y en ratones.
Están comenzando los trámites para hacer una patente. Después, se espera que a algún otro laboratorio le interese desarrollar la vacuna para su comercialización, ya el IMEX es sólo de investigación.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la firma de este proyecto.
Proyecto
Firmantes
Firmante Distrito Bloque
BIANCHI, IVANA MARIA SAN LUIS FRENTE PERONISTA
Giro a comisiones en Diputados
Comisión
CIENCIA Y TECNOLOGIA (Primera Competencia)