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Prohibición del Bromuro de Metilo para Fumigación de Suelos

Artículo 1º.- Prohíbase en todo el territorio de la Nación el uso de Bromuro de Metilo para la fumigación de suelos y para la desinfección de todo tipo de sustrato de uso agrícola, en un plazo máximo de 3 años a partir de promulgación de la presente ley.

Artículo 2º.- Será Autoridad de Aplicación de la presente ley el Ministerio de Economía y Producción de la Nación, a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, en conjunto con los organismos descentralizados competentes en la materia.

Artículo 3º.- La Autoridad de Aplicación deberá elaborar en un plazo no mayor a 90 días de la promulgación de la presente ley, un plan de eliminación del Bromuro de Metilo. El mismo deberá incluir un programa de capacitación a los usuarios del mismo indicando las alternativas para la sustitución, y un cronograma para cada una de las actividades afectadas que garantice el cumplimiento de la presente ley.

Artículo 4º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional.

Señor presidente:

El presente proyecto tiene como objetivo la prohibición del uso de bromuro de metilo para la fumigación de suelos y sustratos agrícolas, aplicación que constituye el 90% del uso total de este compuesto. De este modo, su utilización queda autorizada solamente para los tratamientos de cuarentena y preembarque de productos de exportación (principalmente frutas y madera), debido a que constituye un requerimiento sine qua non para ingresar en algunos mercados internacionales.

Introducción

El bromuro de metilo o bromometano (en el texto aparece abreviado como BrMe) es un gas incoloro e inodoro más denso que el aire, que se utiliza como pesticida de amplio espectro para el control de insectos, nematodos, malezas, enfermedades y roedores. Su principal aplicación es sin dudas la desinfección de suelos y sustratos para la producción agrícola, pero también es usado en tratamientos preembarque y cuarentenas de productos biológicos, como pueden ser frutos y madera, y en menor medida para la fumigación de estructuras. Este producto representa uno de los pesticidas más utilizados y más ampliamente distribuidos en el mundo durante las últimas décadas, siendo su uso comparable con el que alguna vez se le dio al DDT, prohibido hace más de 30 años.

A mediados de los '90, en el mundo se consumían anualmente unas 72.000 toneladas de BrMe, destacando el mayor uso en Norteamérica (38%), seguida de Europa (28%), Asia (22%) y Sudamérica combinado con África (12%). Solamente Estados Unidos consume 21.000 toneladas anuales de BrMe, de las cuales el 85% se utiliza para la fumigación de suelos, 10% para tratamiento de commodities y cuarentenas, y 5% para fumigaciones de estructuras (Fuente: U.S. EPA, 2001). En Argentina, el consumo anual tuvo un pico en 1998 de 893 TN. Según el INTA, la fumigación de suelos representó el 91% del total, el 3% corresponde a tratamientos post-cosecha y el 6% restante se utilizó para tratamientos de cuarentena y preembarco. Desde entonces, el consumo mundial de BrMe fue disminuyendo en forma progresiva debido a que se tomó conciencia de los efectos terriblemente nocivos para la salud del hombre, y fundamentalmente, del enorme daño que le produce a la capa de ozono. En ese contexto, buena parte del motivo de la merma en su consumo se debe a que el BrMe fue reconocido oficialmente en 1992 en el Protocolo de Montreal, firmado por más de 180 países, como uno de los mayores responsables en el deterioro de la capa de ozono. En este aspecto se profundizará más adelante.

La totalidad del BrMe utilizado en el país es importado, fundamentalmente de Estados Unidos e Israel. Se comercializa en tubos que contienen el gas licuado a alta presión, o en pequeños recipientes descartables con el contenido adecuado para el tratamiento único de una superficie de dimensiones establecidas. Antes o inmediatamente después de la aplicación del BrMe en el suelo, éste debe ser cubierto con polietileno o algún otro tipo de cobertura plástica, a efectos de disminuir la velocidad de difusión del BrMe a la atmósfera. Esta cobertura se puede remover entre las 24 a 72 horas luego de la aplicación, lo que garantiza una esterilización efectiva del suelo, matando la inmensa mayoría de los organismos del suelo, incluyendo semillas de malezas. Es importante resaltar que por ser un gas, entre el 50% y el 95% del bromuro de metilo inyectado al suelo puede alcanzar la atmósfera antes de degradarse.

Problemas ecológicos

Debido a su carácter biocida (fungicida, herbicida, insecticida, nematicida y rodenticida), el BrMe elimina eficazmente cualquier organismo patógeno (y no patógeno) del suelo, previo a la implantación de cultivos intensivos como por ejemplo tomates, pimientos, frutillas, tabaco y flores. Este criterio de matar toda la vida del suelo "por si acaso" va en contra de los conceptos actuales sobre el manejo integrado de plagas y el desarrollo sustentable, ya que también se eliminan especies nativas y organismos benéficos que pueden promover el crecimiento vegetal y que controlan naturalmente muchas enfermedades, produciendo un desastre ecológico en los suelos que puede causar pérdida de biodiversidad.

Toxicidad en el Hombre

La exposición del hombre a elevadas concentraciones BrMe puede resultar en trastornos respiratorios y en el sistema nervioso central, además de severos daños en los pulmones, piel y ojos. Los síntomas iniciales más comunes incluyen debilidad, depresión, dolor de cabeza, alteraciones en la vista, nauseas y vómitos. Posteriormente emergen los síntomas del sistema nervioso, incluyendo entumecimiento, falta de coordinación, temblor, espasmos musculares, perdida del equilibrio, agitación extrema, estado de coma y convulsiones. La exposición de mujeres embarazadas puede causar defectos en el feto, desde torios, gastrointestinales y neurológicos, incluyendo inflamación de nervios y órganos, y degeneración de los ojos. Estudios de trabajadores expuestos durante la fumigación revelaron en forma muy significativa una gran incidencia de irritación en garganta

y ojos, lesiones en la piel, acortamiento de la respiración, dolor en el pecho, nauseas, fatiga, mareos, entumecimiento y debilidad de las extremidades. Incluso se han registrado muertes por exposición a grandes concentraciones. El Ministerio de Salud de la Nación, tomando conciencia de los perjuicios que el BrMe ocasiona en el ser humano, ha resuelto mediante la Resolución 280/98, la prohibición de este químico para campañas sanitarias y de control de plagas domiciliarias y urbanas.

Daños a la capa de ozono

Tanto los gases clorofluorcarbonados de los aerosoles (CFC's) como el bromuro de metilo, llegan a la atmósfera y actúan como catalizadores de la reacción que destruye la capa de ozono que protege a nuestro planeta de los rayos UV. Estos productos catalizan muchas reacciones porque después de la destrucción de las moléculas de ozono, estos productos se recombinan y vuelven a ser activos. El bromuro de metilo tiene una vida media en la atmósfera de 2 años. Si bien es más corta que la los CFC, la destrucción de las moléculas de ozono es 50 veces superior a la que realizan estos últimos.

La disminución de la capa de ozono conlleva un aumento de las radiaciones ultravioletas de tipo B que llegan a la corteza terrestre. Este aumento de las radiaciones es perjudicial para el hombre ya que aumenta el riesgo de cáncer de piel y la aparición de enfermedades oculares. Si aumentan estas radiaciones supondría el incremento de la temperatura media de la tierra, acelerando el proceso conocido como calentamiento global (el clima cambiaría radicalmente: se derretirían los polos y subiría el nivel del mar, se alteraría el balance hídrico y térmico de todas las regiones del planeta, y las consecuencias serían catastróficas para la vida del hombre y de todas las especies de la biósfera).

Protocolo de Montreal y el compromiso de Argentina

El Protocolo de Montreal es un acuerdo firmado en 1987 con el objeto de disminuir el uso de los compuestos oficialmente reconocidos como responsables del deterioro de la capa de ozono. En la actualidad unas 180 naciones se han comprometido a cumplir con sus metas de reducción en la producción de gases CFC (clorofluorocarbonados), halones y bromuro de metilo, cuya presencia en la atmósfera es considerada la principal causa del adelgazamiento en la capa de ozono. El bromuro de metilo se incluyó dentro de la lista de sustancias controladas por el Protocolo de Montreal recién en 1992, en la llamada Enmienda de Copenhague. En 1995, los países industrializados dejaron fijada su disposición de interrumpir la producción y el consumo del bromuro de metilo para el año 2005 en el marco del Protocolo de Montreal de las Substancias que agotan la Capa de Ozono.

Estados Unidos, Europa y Japón acordaron reducir el uso de BrMe, tomando como base los niveles registrados en 1991, según el siguiente cronograma:

25% de reducción en 1999

50% de reducción en 2001

70% de reducción en 2003

100% de reducción en 2005

Quedan exceptuados los tratamientos de cuarentena y preembarque.

Se podrán asignar cupos en casos de crisis agrícola.

Los usos de emergencia quedan exceptuados.

Las naciones en desarrollo se han mostrado más renuentes a comprometerse a calendarios de eliminación debido a la importancia de esa sustancia química para sus economías agrícolas. Sin embargo, en 1997 se acordó la eliminación total del bromuro de metilo para el año 2015.

La Argentina, firmante del Protocolo y sus posteriores enmiendas, en el entendimiento que el bromuro de metilo tiene efectos perjudiciales sobre la salud y el medio ambiente, adhirió inicialmente a su eliminación gradual en un calendario que finalizaba, originariamente, el 1 de enero del año 2015.

En la trigésima Reunión del Comité Ejecutivo del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, en el año 1998 se aprobaron fondos no reintegrables para nuestro país por una suma del orden de los tres millones de dólares, como contraparte la República Argentina se compromete a erradicar para el 2007 el bromuro de metilo empleado en sus cultivos. Estos fondos están siendo utilizados por Argentina para completar la eliminación progresiva de bromuro de metilo tanto en el cultivo de tabaco, como en el de frutillas, flores de corte y hortalizas protegidas.

De esta manera, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos a través del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), junto a la Oficina del Programa Ozono de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y con apoyo de organismos de las Naciones Unidas (PNUD y ONUDI), está ejecutando "Proyectos Demostrativos" para ajustar el uso de alternativas al bromuro de metilo en los sectores de mayor traron la viabilidad económica, ambiental y social de diversas alternativas para la desinfección de suelos u otros métodos (vapor de agua, hidroponia, otros químicos alternativos, solarización, etc.). Este organismo además es el encargado de implementar las acciones concretas de experimentación, transferencia tecnológica, capacitación y extensión de las tecnologías alternativas de reemplazo.

Teniendo en cuenta los resultados de estas demostraciones y luego de un diálogo con los sectores involucrados, el Gobierno Argentino, tal como ya se señaló, decidió anticipar la

eliminación el calendario de eliminación del bromuro de metilo, gracias a la aplicación de un Programa nacional que garantice la reconversión tecnológica para la producción de los almácigos de tabaco con financiamiento del FET. De esta forma se podría adelantar la fecha para la eliminación total del bromuro de metilo para fumigación de suelos al 1 de enero del año 2007.

Sobre la base de este compromiso, el Gobierno ha obtenido la aprobación de dos proyectos de inversión del mismo Fondo Multilateral en carácter de donación para financiar la reconversión de los sectores productivos usuarios de bromuro de metilo hacia las alternativas homologadas. De esta forma, en la trigésima sexta Reunión del Comité Ejecutivo, se aprobó otra suma similar de tres millones y medio de dólares adicionales a fin de lograr una eliminación gradual pero completa del uso de bromuro de metilo en almácigos de tabaco y hortalizas protegidas.

Las reducciones que resultan de la implementación de este proyecto, junto con las reducciones acordadas en el proyecto aprobado para las frutillas, las hortalizas protegidas y la producción de flores de corte (trigésima Reunión del Comité Ejecutivo) asegurará el cumplimiento por parte de la Argentina del cronograma de reducciones establecido más abajo.

En el marco de este proyecto destinado al sector tabacalero, se han realizado reuniones entre la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, los directivos del Proyecto PROZONO del INTA y los representantes de los Gobiernos Provinciales y las entidades gremiales y comerciales del sector tabacalero con el fin de iniciar un intercambio de propuestas de implementación con el fin de avanzar en conjunto hacia el cumplimiento de los compromisos nacionales con el ambiente y, a la vez, mejorar la competitividad internacional de nuestras exportaciones tabacaleras. Para completar el financiamiento del Protocolo de Montreal, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos ha decidido destinar recursos del FET que permitirán completar la eliminación del bromuro de metilo, con el fin de llegar al año 2007 con lo acordado a nivel internacional.

En el entendimiento de que los plazos antes mencionados se aproximan, y ante la actual incertidumbre de lograr el objetivo propuesto, resulta necesario dar una señal de buena fe para demostrar que la Argentina es un país consciente de los problemas ambientales y que está dispuesto a cumplir con sus compromisos internacionales.

Por todo lo expuesto, solicito a mis pares la pronta aprobación del presente proyecto.