La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Expresar su categórico repudio a los hechos acaecidos en las elecciones para Gobernador en la Provincia de Tucumán; en la cual hubo urnas quemadas, bolsones con comida y compra de votos.

Señor presidente:

Comicios provinciales en Tucumán

Peleas de punteros y escenas de clientelismo marcaron el día. A un camarógrafo lo molieron a patadas por filmarlas.

Sedes partidarias baleadas, un camarógrafo golpeado por filmar una entrega de bolsones de comida, una urna con unas 30 boletas del Frente para la Victoria antes de que arrancara la votación, otras dos quemadas por la mañana y 27 más incendiadas por la noche, cuando se iniciaba el escrutinio, en medio de peleas cuerpo a cuerpo entre punteros. La lista de episodios de violencia, clientelismo y trampas en la elección en esta provincia se acumularon durante toda la jornada y en muchos casos cobraron visibilidad por su difusión por las redes sociales. La disputa por la gobernación y también dentro del propio oficialismo fue a todo o nada, encarnizada, sin pudor y con clientelismo explícito.

El ocultamiento o los robos de boletas quedaban casi como una travesura en ese contexto. A diferencia de las primarias nacionales, los punteros ayer libraron una guerra por conservar o ganar poder local de sus jefes políticos. Gabriela Basso, militante del Acuerdo para el Bicentenario, denunció en la comisaría 5° que la sede de Monteagudo al 2.200 fue baleada luego de que dos personas en moto le gritaran que "dejara de movilizar". Un rato antes María Monachesi, del mismo espacio, denunció que balearon un auto estacionado en la puerta de su casa, en Madrid 120.

La elección se suspendió en la comuna de Sargento Montoya, al sur de la provincia, por la quema de dos urnas en la escuela Francisca Bazán de Laguna. Allí deberá realizarse una elección complementaria.

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Desde temprano fue una complicación conseguir un taxi o un remís: la gran mayoría estuvo contratado desde las 7 (cobraron entre $800 y $1500) primero

para llevar a los fiscales y después a los electores a votar: un "movilizador", por una tarifa entre $500 y $1.000, indicaba las casas con las direcciones.

Hubo entrega de bolsones y dinero en plena capital y en los barrios periféricos: en muchos casos como metodología daban $100 pesos antes y la mercadería después, con la exigencia de que fotografiaran la boleta ingresando en el sobre. También entregaron chapas, cemento, planes, y dirigentes del PRO aseguraron que en algunos municipios el "pago" por el voto alcanzó los $1000. El camarógrafo Jorge Ahualli fue agredido a patadas por registrar el reparto de bolsones del oficialismo en el barrio Echeverría.

Imposible contar todas las maniobras. En una mesa descubrieron que había unos 30 votos antes de que se abriera la votación.

Fuente: Clarín 24-8-2015

Por todo lo expuesto, invito a mis pares que me acompañen en la aprobación del presente proyecto.