La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Su preocupación ante los reiterativos ensayos experimentales de vacunas realizados con niños de las provincias de Santiago del Estero, San Juan y Mendoza y los mecanismos utilizados para lograr el consentimiento de las familias de aquéllos.

Señor presidente:

Fue de público conocimiento, en el mes de diciembre de 2007, que en las provincias de San Juan, Mendoza y, principalmente, Santiago del Estero, comenzaron a realizarse ensayos de una nueva vacuna que prevendría infecciones causadas por la bacteria del neumococo. Dicha vacuna fue promovida por el laboratorio GlaxoSmithKline y los estudios fueron aceptados por las distintas provincias.

En el caso de Santiago del Estero, el Gobernador declaró a la investigación como una "política de Estado", creándose una comisión de ética y autorizando la experimentación respecto de dos vacunas, rotavirus y neumococo. También fue declarado de interés provincial en Mendoza y San Juan.

Es claro que para este tipo de investigaciones, donde se encuentra en riesgo la salud de las personas, se deban prever mecanismos por los cuales el consentimiento prestado sea completamente voluntario y con total conocimiento de los procedimientos y sus implicancias. Es así que una de las pautas a seguir era la de contar con un testigo independiente que diera fe de que los padres del menor habían entendido todas las explicaciones que los médicos investigadores les daban. Según el testimonio de distintos padres, fuentes periodísticas y mismas declaraciones de Juan Carlos Smith (ministro de Salud de la provincia de Santiago del Estero al momento de la autorización) y Miguel Tregnaghi (Director del Cedepap), no siempre se cumplió con esta pauta (1) .

Actualmente se conoce, por varias declaraciones públicas, que han fallecido, al día de la fecha, 14 niños sobre los cuales se realizó el experimento -2 en San Juan, 5 en Mendoza y 7 en Santiago del Estero-. El 10 de Julio, Enrique Smith (uno de los pediatras más comprometidos con la investigación y, a su vez, hermano de Juan Carlos Smith) declaró en un medio gráfico: "Sólo murieron doce en todo el país, lo que representa una cifra mínima si la comparamos con las muertes que se producen por enfermedades respiratorias causadas por el neumococo" (2) , confirmando que hay muertes en el haber de este ensayo.

No debemos dejar de resaltar que estos ensayos siempre fueron realizados sobre niños cuyo núcleo familiar corresponde a un nivel socioeconómico bajo. Aprovechándose de la falta de comprensión por parte de los padres o generando una expectativa de mejoría en la salud del niño, en los hospitales se logró obtener la firma que autorizó la colocación de estas vacunas.

No se dieron detalles de las consecuencias en la salud de los niños al someterse a este tipo de vacunas experimentales, no se respetaron las medidas que se establecieron como garantías de un consentimiento que denotara la libre expresión de la voluntad, es decir que no existieron las condiciones que implicaría un total conocimiento.

La Convención del Niño, ratificada por nuestro Estado y de jerarquía constitucional, sostiene, en su Art. 24 in1.1, que "Los Estados Partes reconocen el derecho del niños al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios".

Por lo expuesto, solicito a mis pares de esta Cámara la aprobación del presente Proyecto.