La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

1.- Solicitar al Secretario de Energía de la Nación Ingeniero Daniel CAMERON, la inmediata intervención en la problemática energética de la Localidad de Virasoro en la Provincia de Corrientes.

2.- Solicitar a la Secretaría de Energía que desarrolle y elabore en lo inmediato una propuesta y la ejecute en el marco de la política nacional en materia de energía, con un amplio criterio de coordinación federal con la jurisdicción provincial, supervisando su cumplimiento y proponiendo el marco regulatorio destinado a facilitar su ejecución.

3.- Solicitar a la Secretaría de Energía que arbitre los medios para proveer de un transformador de 30 MW para la localidad aludida.

Señor presidente:

La situación en la Localidad de Virasoro ha sido por todos conocida por la amplia difusión mediática; los cortes de ruta, las marchas, los enojos y protestas, la falta de agua, las pérdidas comerciales, los cierres de comercios y de escuelas, son apenas parte de lo que se vivió y se vive la localidad correntina, desde que se quemó el transformador de 30 MW, el 8 de abril.

Hoy ya se cumplen casi dos meses del inicio de la crisis energética que afecta a la localidad y que se originó con el cese de funcionamiento del transformador de 30 MW que abastecía a la población y a la industria. El colapso energético, producido supuestamente por una explosión en el tablero de electricidad el martes 8 de abril, paralizó a la localidad y a las localidades vecinas de Garruchos, San Carlos y Colonia Levi. Estas últimas localidades, al ser más pequeñas solucionaron relativamente rápido su problema, pero en Virasoro el enojo fue creciendo porque además de la luz también faltaba el agua, que es suministrada por la Cooperativa de Servicios Públicos, la cual sin corriente no podía bombear el líquido. A la fuerza, la gente fue cambiando algunas costumbres. En lo cotidiano se optó por comprar leche en polvo, porque no se podían usar las heladeras. El consumo de carne descendió notablemente; y un sinnúmero de inconvenientes fácilmente imaginables debido a que en la actualidad no es posible vivir sin energía.

Algunos negocios debieron cerrar sus puertas, como también las escuelas y oficinas. Inmediatamente, el Hospital Miguel Sussini se proveyó de un grupo electrógeno, que funcionó por unas dos semanas. La industria dio vacaciones anticipadas a sus empleados, ya que la incertidumbre era generalizada. Algunos comercios invirtieron en comprar o alquilar un generador para no perder su mercadería, ya que las maquinarias de las fábricas son eléctricas.

El viernes 11 de abril, tres días después del colapso, hubo una reunión en el gimnasio de la Escuela Normal con funcionarios, vecinos, empresarios y representantes de las empresas Electroingeniería y Trasnea, responsables del suministro en la ciudad. Allí se conformó un comité de crisis. La reunión terminó sin muchas novedades, pero con los ánimos bastante exaltados. Esa misma noche, vecinos autoconvocados se dieron cita en la plaza Libertad de Virasoro con linternas, celulares y luces de los autos para protestar por la situación. Luego de juntarse unos 100 vehículos, se dirigieron a los bocinazos a la estación de Electroingeniería, sobre la ruta 14, lugar donde se quemó el transformador original, todos eran pobladores y protestantes pacíficos.

Bajo la lluvia, los virasoreños permanecieron firmes para protestar y bloquearon el tránsito. Camiones y colectivos debieron esperar hasta casi la medianoche para seguir su camino. También se hicieron presentes concejales, con sus familias. A última hora llegó un transformador y, con los ánimos algo aliviados, los manifestantes volvieron a sus casas, con la esperanza de una solución.

Pero el enojo se acrecentó cuando supieron que el equipo que llegó no funcionaba. Y a partir de ese día, decidieron reunirse todos los días para cortar la ruta nacional, en ocasiones sobre el camino de circunvalación y otras a la altura de la estación de Electroingeniería, como una clara protesta. Uno de los momentos cumbres de la protesta fue con la llegada de Semana Santa. El miércoles 16 de abril, día clave para quienes deseaban pasear en los feriados, el reclamo sobre la ruta 14 arrancó pasado el mediodía. Se cumplía el octavo día sin energía eléctrica y los vecinos arrancaron la protesta temprano.

Había medios de Buenos Aires en el lugar. Cacerola en mano, y con cubiertas, carteles, volantes y botellones de agua a los costados para los manifestantes, la protesta se realizó de manera pacífica. Hubo algunos momentos de tensión durante la jornada, pero no pasaron a mayores, ya que el único pedido era una solución.

Los días siguientes también hubo cortes de ruta. Los generadores móviles que empezaban a llegar abastecían rotativamente algunos barrios, como también se empezó a recibir luz desde Apóstoles, aportada por Emsa, y desde Santo Tomé. Pero las líneas no estaban en buenas condiciones y colapsaban. También se empezó a dudar de la calidad del agua, ya que salía turbia de las canillas y había familias con problemas intestinales. Por la falta de energía, las bombas potabilizadoras no funcionaban, y cuando volvía, de a ratos, demoraban mucho en arrancar. Por otro lado, la Municipalidad envió a sus agentes de Bromatología a los negocios que lograron mantener sus puertas abiertas para controlar la calidad de la mercadería que vendían, ya que había rumores de que muchos productos habían perdido la cadena de frío.

En ese ínterin, enviado por la Nación, llegó un nuevo transformador destinado exclusivamente a la industria. Tardó un par de días en accionarse y allí el sector maderero comenzó nuevamente a trabajar, aunque nunca al cien por ciento. El casco urbano continuaba siendo asistido por generadores móviles (12 de los 16 en funcionamiento). Estos equipos gastan un promedio de 40.000 litros de combustible a diario. Con este sistema hasta se reactivó la actividad nocturna de la ciudad. Pero este alivio no duró demasiado. En la noche del martes 29 de abril, una semana y media después de puesto en funcionamiento el transformador de 15 MW destinado a la industria, un cortocircuito lo sacó de línea. Al día siguiente, tras confirmarse mediante laboratorio que estaba quemado el equipo, hubo otra caldeada reunión del comité de crisis. Participó la intendenta Betty Pintos y el viceintendente Gustavo Sabio, quienes informaron que ese mismo día el Senado de la Nación había declarado la Emergencia Social, Económica y Energética para Virasoro, lo que hacía temer decisiones drásticas por parte de las empresas. Le siguieron los días feriados, y la industria continuaba paralizada. Para completar, el camión cisterna que provee combustible a los generadores móviles tuvo un retraso, lo que provocó un apagón de varias horas el 1º de mayo. Los empresarios anunciaron que iban a comenzar a licenciar al personal si no se podía retomar la producción, la mayor empresa Establecimiento Las Marías, presento ante la Subsecretaria un pedido de Procedimiento de Empresa en Crisis, solicitando autorización para suspender a todo el personal. . Un nuevo transformador, procedente de la localidad bonaerense de Campana, llegó a Virasoro. Es de 15 MW y estaría en funcionamiento a la brevedad posible, pero como se ve es una solución provisoria y no definitiva.

Por otra parte, resta esperar la llegada del equipo de 30 MW, prometido por el secretario de Energía de la Provincia, Marcelo Gatti, que no tiene fecha de arribo aún y solucionaría definitivamente el problema.

De tal manera que es necesario e imprescindible que el Secretario de Energía de la Nación, como parte de las funciones que le corresponden por ley, tome intervención en forma inmediata en el lugar del hecho, a los efectos de que pueda de esa manera cuantificar los daños y la gravedad del hecho y en ese sentido aporte o ayude para lograr una solución a la mayor brevedad posible, máxime cuando estamos tratando de vidas humanas, es decir lo necesario e inmediato es la provisión del Equipo de 30 Mw.

Por todo lo expuesto solicito a mis pares acompañen el presente proyecto de resolución.