La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

Solicitar al poder Ejecutivo que a través del organismo que corresponda, se requiera y exija a las empresas prestadoras de telefonía celular, adopten las soluciones tecnológicas necesarias que permitan evitar los robos de celulares.

Señor presidente:

Pareciera que el robo de aparatos de celulares en nuestro país se instaló como para quedarse. Esta modalidad de delito no es nueva y lo más preocupante es que se está convirtiendo en una tendencia que va en aumento y que, como una verdadera enfermedad, ataca y afecta a todos los estratos sociales por igual.

De esta manera y atento las estadísticas, se roban en la Argentina unos 2.2 millones de celulares al año, lo que significa aproximadamente unos 6.000 casos de robos por día, según se desprende de un informe producido por la Consultora especializada Carrier y Asociados que investiga el uso y consumo de productos y servicios de Internet, Telecomunicaciones e Informática.

Debemos destacar que el uso de telefonía celular en nuestro país, creció en forma exponencial en los últimos años y esta tendencia sigue en alza. Hoy por hoy existen en el país unos 57 millones de líneas activas, es decir, casi más de una línea por habitante, conforme se desprende de un informe de CICOMRA (Cámara de Informática y Comunicaciones de la República Argentina). También, según esta fuente, son los más jóvenes los usuarios que más usan y usufructúan este servicio, como así también los que más sufren y padecen los robos de celulares (atento a que son precisamente, los jóvenes quienes se inclinan a utilizar de las nuevas tecnologías como los smartphones, celulares de mayor costo y por ende, los más buscados por los delincuentes).

De esta manera, podemos observar que mientras las ventas de celulares aumentan, también ascienden los robos de estos, mientras tanto las empresas telefónicas que brindan estos servicios se hacen las distraídas (habida cuenta que da la impresión que estos delitos se convierten para ellas, en un verdadero "canto de sirenas") ya que esta situación deriva en un incremento de ventas de equipos.

La falta de compromiso de estas empresas contra los robos, nos lleva a plantear la necesidad de que las mismas deberían adoptar imperiosamente las tecnologías anti delitos pertinente que contribuya a debilitar y disminuir esta modalidad de ilícitos.

Solamente en los EE UU el mercado de celulares resulta excesivamente lucrativo y redituable para las empresas. En el año 2012, la venta de estos aparatos alcanzó casi los U$s70.000 millones de Dólares (considerando los datos de la consultora IDC), lo que llevó a la preocupación de las autoridades que le están reclamando a las empresas explorar las tecnologías que ayuden a evitar estos robos.

Expertos en seguridad sostienen que ya hay soluciones posibles, desde un software para evitar que un teléfono siga funcionando después de robado y denunciado a las prestadoras de servicio, como también, la instauración de un interruptor de apagado de emergencia para cuando se reporte el robo del teléfono y que este sea inoperable en cualquier configuración o telefónica. Según los expertos del tema, existen maneras de encontrar la solución a este conflicto, pero si las compañías logran que la reactivación de un celular robado tarde mucho tiempo y sea muy cara, se lograría que se roben menos aparatos.

En este sentido, en los EE UU ya existen proyectos legislativos tendientes a modificar la pasividad, apatía y desidia de las empresas para contrarrestar esta conducta delictiva que lesiona los intereses de los usuarios. Razón por la cual, es que solicito a mis pares acompañen con su voto el presente, a fin de que nuestro gobierno, requiera a las empresas prestatarias de telefonía celular, contribuyan a frenar esta cuestión de inseguridad que les compete.