PROYECTO DE TP
Expediente 4477-D-2015
Sumario: "KM 0 DEL FEDERALISMO". SE DECLARA COMO TAL A LA CIUDAD DE OLTA, PROVINCIA DE LA RIOJA.
Fecha: 20/08/2015
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 105
El Senado y Cámara de Diputados...
ART. 1.- Declárese "KM 0 del
Federalismo" a la ciudad de OLTA, en la provincia de La Rioja
ART. 2.- De forma
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El Chacho Peñaloza combatía por el pueblo,
por sus libertades y por los derechos que creía conculcados. Aquel prodigio asombroso que
lo hacía reunir diez mil hombres que lo rodeaban sin preguntarle jamás dónde los llevaba ni
contra quién, había hecho del Chacho una personalidad temible, que mantenía en pie a todo
el poder de la nación, por años enteros, sin que lograra quebrar su influencia ni acobardar al
valiente caudillo.
El 12 de noviembre de 1863 moría asesinado
el caudillo riojano general Ángel "Chacho" Peñaloza luchando contra el centralismo del
entonces presidente Bartolomé Mitre. Mitre desarrolló una política de alianzas con los
sectores conservadores del interior a fin de subordinar las provincias a los intereses
porteños. Esto provocó numerosos levantamientos armados. En junio de 1863, Peñaloza fue
derrotado por el ejército nacional. El caudillo huyó entonces a Los Llanos, en La Rioja.
Más tarde invadió San Juan, pero el coronel Irrazábal lo derrotó en Los Gigantes. Peñaloza
volvió a refugiarse en Los Llanos y, pese a que se rindió, fue asesinado por Irrazábal quien
hizo que sus soldados lo acribillaran a balazos. Su cabeza fue cortada y clavada en la punta
de un poste en la plaza de Olta.
Con la muerte del Chacho Peñaloza, muchos
historiadores dicen que termina el proyecto federal de los caudillos montoneros de las
provincias. Con el Chacho muere el último caudillo montonero, pero su muerte dio a luz la
mística y la fuerza a un pueblo militante hasta nuestros días para luchar por el
fortalecimiento del proyecto federal y quedara en nuestra memoria la sangrienta e
impiadosa persecución de la oligarquía unitaria contra la lucha de nuestro pueblo por la
conquista de derechos y libertades.
En el noroeste argentino, los
pueblerinos todavía recuerdan aquella frase que estaba grabada en uno de los puñales que
tenía el Chacho: "No me vendo ni me doy, de Ángel Vicente Peñaloza soy". Acaso sea la
fiel síntesis, tan paisana como orgullosa, de uno de los mejores exponentes del federalismo
argentino del siglo XIX. Porque Peñaloza fue un justiciero en tiempos adversos, cuando el
futuro de las milicias montoneras se avizoraba oscuro y asfixiante, con el unitarismo
cediéndole un amplio margen de maniobrabilidad al liberalismo extraño y de recetas
británicas.
Su asesinato es cruel, despiadado y cobarde,
pero contiene elementos románticos que la sabia revisión historiográfica supo encontrarle,
porque el Chacho no se entregó. Y porque su muerte se produce en un típico rancho
riojano, en la aridez más absoluta de una mañana de Olta, provincia de La Rioja.
Ángel Vicente "Chacho" Peñaloza nació en
1789 en Guaja, un rancherío de los Llanos riojanos, los mismos pagos de Juan Facundo
Quiroga, mentor del Chacho en su posterior relación con los gauchos y los federales de su
tierra. Un tío de Peñaloza había sido comandante de las milicias de los Llanos, que tuvo a
un joven Facundo Quiroga como subalterno. El Chacho pronto supo ganarse la amistad y el
respeto del Tigre de los Llanos, y esto quedará demostrado cuando la batalla del Tala, en
1826, donde Peñaloza recibe el grado de Capitán. En las acciones Peñaloza resulta herido
de gravedad, y entonces Facundo Quiroga le escribe una carta a su esposa en donde le
sugiere que "si el capitán Peñaloza falleciere de una herida que le ha tocado en suerte, tener
consideración a su familia, socorrerla en cuanto puedas, que por sus méritos se lo debes en
justicia".
Incorporado, años más tarde, a la legendaria
División Auxiliar de los Andes, Ángel Vicente Peñaloza se dirige a Tucumán donde
participó en la batalla de la Ciudadela, ocasión donde resulta vencedor el Tigre de los
Llanos. El Chacho ya era teniente coronel. Pero el vil asesinato de Quiroga, en febrero de
1835, traerá confusión a Peñaloza. Desde entonces, estará influenciado por la maliciosa
desinformación unitaria, como la fomentada por Marco M. de Avellaneda, el cual dirá que
la causa por ellos emprendida entablaba una "lucha interna de la libertad contra la tiranía".
Es decir, los unitarios dijeron que la desaparición de Juan Facundo Quiroga fue promovida
por el mismo Rosas, lo cual jamás resultó cierto ni mucho menos probado. Incluso un hijo
de aquél, el teniente Juan Facundo Quiroga, participó en las fuerzas patriotas federales
cuando la batalla de Vuelta de Obligado, en 1845.
Ya en la Coalición del Norte, y bajo los
mandos de los unitarios Lavalle y Aráoz de Lamadrid, lucha en los combates de Algarrobo
Largo y Rodeo del Medio, entre otros. El desastroso planteo de Lamadrid en ésta última
batalla, hizo que Peñaloza emigrara hacia Chile. Tras un furtivo retorno al país, en abril de
1842, prosiguió en intermitentes escaramuzas hasta que, finalmente, el 8 de febrero de
1843, y tras ser derrotado en Leoncitos por fuerzas del general Nazario Benavidez, regresó
al país trasandino.
Será en mayo de 1845 que el Chacho regresa
a la Confederación Argentina, más precisamente a ponerse a disposición del gobernador de
San Juan, el general rosista Benavidez, y en 1848 vuelve a su rancho de Guaja, La Rioja,
tranquilo y respetado. Ungido con los despachos de coronel, el Chacho goza de una
inmejorable situación hasta el final de los tiempos del Restaurador de las Leyes. Y
sobreviene Caseros, donde la traición y los intereses foráneos cometerán, desde entonces,
innumerables estragos en contra de los pueblos criollos del interior patrio.
Puede decirse que la última gran satisfacción
militar de Ángel Vicente Peñaloza se dio el 7 de julio de 1855, cuando recibió los galones
de Coronel Mayor del Ejército Nacional, grado equivalente al generalato. Como tal tuvo
bajo su mando las guardias nacionales de La Rioja capital y de los Llanos. Hay que decir
que Urquiza y Peñaloza jamás se vieron personalmente, y que acorde avanzaban los años,
el entrerriano, fiel a su actitud ambigua, jamás le prestó ayuda de ningún tipo al Chacho, ni
cuando éste se batía heroicamente, y en nombre del federalismo más leal, contra los
experimentados regimientos "nacionales" que Bartolomé Mitre envió después de la batalla
de Pavón, en 1861, para aniquilar a los caudillos federales que resistían. En la tranquilidad
de su palacio de San José, Urquiza mezquinó sus influencias a cambio de una comodidad
llena, no obstante, de traiciones y beneficios particulares, siempre en detrimento de la
patria. Allí, hay que decirlo, encontraría su muerte a manos del caudillo federal Ricardo
López Jordán.
La situación luego de Pavón modifica la
geografía política de los pagos aledaños a La Rioja: el "civilizado" Domingo Faustino
Sarmiento ocupa la gobernación de San Juan, y el clan unitario liberal Taboada se hace
cargo de Catamarca. El peligro del nuevo orden acechaba al noroeste acriollado y federal.
Todos los gobernadores serán impuestos por la implacable acción de los regimientos que se
enviaban desde Buenos Aires y con el beneplácito de la autoridad presidencial. Militares de
experiencia como el uruguayo Wenceslao Paunero, los coroneles Arredondo y Sandes y el
mayor Pablo Irrazábal -de nacionalidad chilena-, le habían puesto precio a la cabeza del
Chacho, lo mismo a sus colaboradores Severo Chumbita y Felipe Varela.
En 1862 la única provincia que no había
sucumbido al yugo liberal era La Rioja, y Peñaloza entendía perfectamente bien aquella
situación. El coronel Sandes logra dar con varios de sus oficiales cerca de Aguadita de los
Valdeses, y los fusila sin misericordia, pero el Chacho sigue sin ser atrapado. Bartolomé
Mitre y Paunero, sorprendidos por su supervivencia, instruyen a Marcos Paz para que
consiga un armisticio con el caudillo federal. Así nacerá, el 30 de mayo de 1862, el Tratado
de La Banderita, suerte de pacificación entre las autoridades porteñas y La Rioja del
Chacho. Mandó decir el general Peñaloza a los coroneles mitristas Sandes, Arredondo y
Rivas: "Es natural que habiendo terminado la lucha, por el convenio que acaba de firmarse,
nos devolvamos recíprocamente los prisioneros tomados en los diferentes encuentros que
hemos tenido; por mi parte, yo voy a llenar inmediatamente este deber". Y así fue, el
Chacho devolvió los reos que tomó a sus adversarios, alegando lo siguiente: "Aquí tienen
ustedes los prisioneros que yo les he tomado, ellos dirán si los he tratado bien, ya ven que
ni siquiera les falta un botón del uniforme". En cambio, los prisioneros que los mitristas
liberales tomaron en sus incursiones y batallas contra Peñaloza fueron pasados por las
armas, sin piedad. Así de "bárbaro" era uno y así de "civilizados" eran los otros...
Un aparentemente resignado Wenceslao
Paunero le decía en una misiva a Mitre, allá por junio de 1862: "Nuestros amigos son
incapaces de conservar el orden en La Rioja sin la cooperación del Chacho". Unos meses
más tarde, en noviembre del mismo año, el masón Paunero exclamará: "[Peñaloza] no
solamente ha disuelto las partidas de bandoleros que andaban con Ontiveros y demás, sino
que se ha fusilado uno de los caudillejos. Su lema es: Obediencia al Gobierno
Nacional".
Pero muy pronto, y una vez más, aquella
apacible tranquilidad riojana se esfumará. Sarmiento prendió la mecha repetidas veces, al
denunciar que partidas de cuatreros provenientes de La Rioja saqueaban ciudades
sanjuaninas de tanto en tanto. El clima enrarecido, pues el último bastión hispánico y
auténticamente federalista se conservaba en pie ante las provincias limítrofes ya sometidas
a las directivas porteñas, volvió a desencadenar la última rebelión de Ángel Vicente
Peñaloza.
Sus enemigos no pierden tiempo: se aprestan
a darle caza y muerte al Chacho, cueste lo que cueste. La sublevación chachista en
Catamarca (por Felipe Varela, Chumbita y Carlos Ángel) es diezmada rápidamente, y desde
San Juan, un furioso Sarmiento le pide encarecidamente al coronel Sandes que ataque La
Rioja. ¿Y el Chacho? Él sigue sin ser localizado, y en junio de 1863 hace su entrada con
400 hombres nomás, en la ciudad capital de Córdoba, para sorpresa de muchos. Lo
ayudarán, sin embargo, elementos que le son afines a la causa federal, incorporándosele un
total de 2.000 paisanos mal armados.
Tras permanecer dos semanas en Córdoba, sin
que se produzcan atropellos de ninguna naturaleza, el 27 de junio tiene lugar la batalla de
Las Playas, donde 4.000 experimentados soldados de los ejércitos mitristas destrozan a las
fuerzas chachistas que huyen hacia todas las direcciones. Los fusilamientos estuvieron a la
orden del día.
Luego de una veintena de días de periplo
ecuestre, donde el Chacho escapa de sus perseguidores, busca refugio en Olta la noche del
11 de noviembre. Al día siguiente, una partida al mando del mayor Irrazábal lo sorprende y
le sugiere que se rinda. El capitán Vera desarma al Chacho y, finalmente, Irrazábal le asesta
varios bayonetazos en el pecho hasta asesinarlo. Enseguida nomás, y ante la presencia de su
señora esposa, doña Victoria Romero, lo decapitan y le cortan una de las orejas, macabro
'trofeo' que, envuelto en un sobre, se la obsequiarán al gobernador riojano liberal Natalio
Luna. Era el 12 de noviembre de 1863. Como funesto corolario, su cabeza fue exhibida en
una pica en la plaza principal de Olta. Una leyenda que corrió de voz en voz entre los
habitantes llanistos, presagiaba que Olta sería desgraciada "hasta donde llegara el hedor de
la cabeza del Chacho"...
José Hernández, la pluma más brillante de la
poesía gauchesca nacional, dirá vindicando al Chacho: "La historia tiene para el general
Peñaloza el lugar que debe ocupar el caudillo más prestigioso y más humano y el guerrero
más infatigable. El asesinato del general Peñaloza es obra de los salvajes unitarios; es la
prosecución de los crímenes que van señalando sus pasos desde Dorrego hasta hoy. Que la
maldición del cielo caiga sobre sus bárbaros matadores. Los millares de argentinos a
quienes el general Peñaloza ha salvado la vida, rogarán por él".
Así, el proyecto federalista se intentó derrotar
por el proyecto liberal unitario. La lucha continuó y continua, ya que su muerte dio a luz la
mística y la fuerza a los continuadores hasta nuestros días para luchar por el fortalecimiento
del proyecto federal, por ello solicitamos a nuestros pares nos acompañen con su voto
positivo declarar "KM 0 Cuna Nacional del Federalismo" a la ciudad de OLTA, en la
provincia de La Rioja en honor a nuestros caudillos que entregaron su vida por el
federalismo en nuestra patria
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
HARISPE, GASTON | BUENOS AIRES | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
MADERA, TERESITA | LA RIOJA | FRENTE PARA LA VICTORIA - PJ |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
LEGISLACION GENERAL (Primera Competencia) |
Giro a comisiones en Senado
Comisión |
---|
EDUCACION Y CULTURA |
Trámite en comisión (Cámara de Diputados)
Fecha | Movimiento | Resultado |
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26/11/2015 | DICTAMEN | Aprobado por unanimidad sin modificaciones |
Dictamen
Cámara | Dictamen | Texto | Fecha |
---|---|---|---|
Diputados | Dictamen Sin Nro. /2015 | 26/11/2015 | |
Senado | Orden del Dia 0650/2016 | 15/09/2016 |
Trámite
Cámara | Movimiento | Fecha | Resultado |
---|---|---|---|
Diputados | SOLICITUD DE SER COFIRMANTE DE LA DIPUTADA MADERA (A SUS ANTECEDENTES) | ||
Diputados | CITACION SESION ESPECIAL | 26/11/2015 | |
Diputados | MOCION SOBRE TABLAS (AFIRMATIVA) | 26/11/2015 | |
Diputados | CONSIDERACION Y APROBACION | 26/11/2015 | MEDIA SANCION |
Diputados | INSERCION DE LOS DIPUTADOS DEL CAÑO Y BREGMAN SOBRE SENTIDO DE SU VOTO | 26/11/2015 | |
Diputados | INSERCION DEL DIPUTADO LOPEZ SOBRE SENTIDO DE SU VOTO | 26/11/2015 | |
Diputados | PASA A SENADO - | ||
Senado | CONSIDERACION Y SANCION | 19/10/2016 | SANCIONADO |