La Cámara de Diputados de la Nación

DECLARA:

A 70 años de su asesinato por tropas insurrectas del franquismo, su reconocimiento al gran poeta y al ciudadano republicano, Federico García Lorca (España, 1898-1936).

La voluntad de este Congreso de reafirmar, para todo tiempo y lugar, el valor de la memoria histórica y el respeto irrestricto por la soberanía del pueblo y los Derechos Humanos.

Señor presidente:

Federico García Lorca representa la conjunción del talento y de la sensibilidad por el ambiente. Se cumplen 70 años de su asesinato y aunque el mejor homenaje es leerlo, nos parece propicio que este Congreso haga un reconocimiento merecido.

García Lorca no es ajeno a la Argentina. Durante 1933 y 1934 su paso por nuestro país tal vez haya significado su momento más destacado. En Buenos Aires dictó conferencias y asistió a las representaciones de Bodas de Sangre y de la Zapatera Prodigiosa. Fueron más de 100 funciones, algo arrollador en ese entonces.

En 1936 concluyó la escritura de La Casa de Bernarda Alba, obra que por la represión franquista no pudo representarse sino hasta 1945 y en Buenos Aires.

El alzamiento militar del fascismo en España, el 18 de julio, pondría en guerra a la República. El 16 de agosto es secuestrado y el 19 asesinado a sangre fría en Víznar, en su querida Granada.

Desde la llegada de la República, en abril del ´31, la intelectualidad moderna y García Lorca, desplegaron una intensa actividad para acercar la cultura a las masas populares. En un país pobre y rural, estos artistas fueron en busca de un público que no acudía habitualmente a los teatros porque carecía de recursos para pagarse la entrada. Ese era el público que perseguía Federico García Lorca: El público de obreros, gente sencilla de los pueblos... y estudiantes y gentes que trabajan y estudian. A los señoritos y a los elegantes, sin nada dentro, a esos no les gusta mucho, ni nos importa a nosotros, decía.

Sus biógrafos apuntan que, con el apoyo de Fernando de los Ríos -Ministro de Educación- Garcia Lorca crea el teatro universitario ambulante La Barraca con el que montan obras del teatro clásico español. La primera actuación tuvo lugar en julio de 1932 en Burgo de Osma, donde se representaron dos entremeses de Cervantes. Esta fue una de las preocupaciones constantes de Lorca: acercar la cultura, y el teatro en particular, a las gentes del pueblo en las que se inspiraba. Como él mismo reconoció: El teatro es algo muy serio... si el teatro está en decadencia, para volver a adquirir su fuerza debe volver al pueblo del que se ha apartado. Además, el teatro es cosa de poetas... Sin sentido trágico no hay teatro... y el pueblo sabe mucho de eso. El pueblo es el origen y el destino de la cultura.

En febrero de 1936 participó en los actos políticos a favor del Frente Popular, demostrando que su alineamiento no era sólo sobre el papel. En un viaje a Barcelona asistió a un acto de homenaje a los presos políticos.

En diciembre de 1934 en una entrevista concedida al diario madrileño El Sol dijo:

"Yo espero para el teatro la llegada de la luz de arriba siempre, del paraíso. En cuanto los de arriba bajen al patio de butacas todo estrá resuelto... Hay millones de hombres que no han visto teatro. Ah, y cómo saben verlo cuando lo ven (...) Yo en este mundo siempre soy y seré partidario de los pobres. Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega. Nosotros (me refiero a los hombres de significación intelectual y educados en el ambiente medio de las clases que podemos llamar acomodadas) estamos llamados al sacrificio. Aceptémoslo. En el mundo ya no luchan fuerzas humanas, sino telúricas. A mi me ponen en una balanza el resultado de esta lucha: aquí tu dolor y tu sacrificio, aquí la justicia para todos, aún con la angustia del tránsito hacia el futuro que ya se presiente pero se desconoce, y descargo el puño con fuerza en este platillo."

Despues de 40 años de dictadura franquista, la amnesia y el silencio parecieron ser el precio a pagar por el confort. Hoy España rediscute su pasado y todo de cuanto este a nuestro alcance para contribuir a ese sano proceso que toda sociedad democrática emprende alguna vez, debe ser hecho. Algo de eso vislumbro Lorca cuando en Canción Otoñal escribió:

¿Se deshelará la nieve cuando la muerte nos lleva? ¿O después habrá otra nieve y otras rosas más perfectas? ¿Será la paz con nosotros como Cristo nos enseña? ¿O nunca será posible la solución del problema?

Señor Presidente, por todo lo expuesto solicito el pronto tratamiento y sanción del presente proyecto.