La Cámara de Diputados de la Nación

RESUELVE:

Solicitar al Poder Ejecutivo Nacional que, a través de los organismos correspondientes, informe a ésta Cámara Legislativa:

a) Si actualmente se está desarrollando el programa de modernización de los transportes de personal M113 y, de ser afirmativa la respuesta, en qué etapa de ejecución se encuentra el mismo, cuántas unidades se han entregado ya al Ejército Argentino, cuantas más están proyectadas para ser entregadas en el año 2010 y cuántas restan, de la totalidad existente, para ingresar en dicho programa.

b) Si actualmente se está desarrollando el programa de modernización de los helicópteros Bell UH-1H anunciado por el Ministerio de Defensa durante el año 2009 y, de ser afirmativa la respuesta, en qué etapa de ejecución se encuentra el mismo, cuántas naves de este tipo fueron ya reconvertidas, cuantas están proyectadas para ser entregadas en el año 2010 y cuántas restan, de la totalidad existente, para ingresar en dicho programa.

c) La cantidad de aeronaves del tipo Douglas Fightinghawk A-4AR y OA-4AR versión biplaza, IAI Finger, AMD M-5 Mara, Mirage AMD M-IIIEA y AMD M-IIIDA versión biplaza, FMA IA-58 Pucará, FMA IA-63 Pampa y Lockheed C-130 Hércules en sus diferentes versiones, que se encuentran en servicio activo en la Fuerza Área Argentina.

d) La cantidad de buques destructores, fragatas, corbetas, lanchas rápidas, lanchas patrulleras y avisos de la Flota de Mar de la Armada Argentina y la cantidad de naves que integran el Comando de la Fuerza de Submarinos de la misma, que se encuentran, en todos los casos, en servicio activo. Asimismo, informar su tipo, destino y misión.

e) Cuáles son los calibres de la munición de Artillería utilizada por el Ejército y la Armada Argentina, que sea de fabricación nacional.

Señor presidente:

La Defensa Nacional es concebida como "la integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de aquellos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o efectiva, para enfrentar las agresiones de origen externo", mientras que su objetivo implica "garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación; proteger la vida y la libertad de sus habitantes." Así lo dispone el Artículo 2º de la Ley 23.554; norma principal sobre Defensa Nacional. Y debemos tener presente que, como lo señalan los considerandos del Decreto 1729/07, "la Defensa Nacional es una obligación esencial e indelegable del Estado, donde deben coincidir todos los esfuerzos necesarios para preservar los intereses vitales de la República."

Por su parte, la Ley 24.948 establece en su Artículo 2º que "La política de defensa implica la protección de los intereses vitales de la Nación Argentina, de acuerdo a lo determinado en el artículo 2º de la ley 23.554. Se sustenta en lograr consolidar e incrementar las capacidades espirituales y materiales que tomen eficaz una estrategia disuasiva, coadyuvando, además, al mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, en particular, las de nuestro continente."

Por la importancia estratégica y central que en la vida del país tiene la Defensa Nacional, es imperioso que los legisladores conozcamos aspectos acerca de las capacidades y la disponibilidad de los medios materiales que la integran, en el ámbito de las Fuerzas militares que la componen: Ejército, Armada y Fuerza Área, siendo ellas "el instrumento militar de la Defensa Nacional", y las que "se integran con medios humanos y materiales orgánicamente estructurados para posibilitar su empleo en forma disuasiva y efectiva." (Ley 23.554, Art. 20)

En 1998, con la sanción de las dos leyes mencionadas, se abre un nuevo capítulo en la concepción de la Defensa Nacional que cambiaría ciertos paradigmas tradicionales y adecuaría a los componentes de la misma, principalmente a las tres Fuerzas Armadas, a una nueva concepción militar. La idea central de unas fuerzas más pequeñas, abocadas a tareas, misiones y objetivos específicos, así como a una más rápida capacidad de respuesta reforzaba al nuevo paradigma militar, que también preveía la actualización de los medios materiales, mediante su "modernización" (reciclaje o puesta en valor) ante las limitaciones presupuestarias - mucho más graves a partir de la crisis del año 2001- que impedían la adquisición de materiales nuevos. El proceso de modernización, fue comunicado por la Ministra de Defensa Nilda Garré (1) , en relación a dos elementos específicos: la conversión de la flota de helicópteros Bell UH-1H en un modelo más avanzado, y en el mismo sentido, la flota de vehículos de transporte de tropas y combate M113 en sus diferentes versiones. Pero al día de la fecha desconocemos, al menos oficialmente y sólo enterándonos por algunos medios alternativos, en qué estado de ejecución se encuentran los programas; su efectividad y el cumplimiento de sus objetivos, teniendo en cuenta lo dispuesto por la Ley 24.948, Artículo 19, Inc. b): "Para analizar el equipamiento se considerarán en el orden indicado, las siguientes alternativas: (...) b) Modernizar el material disponible, cuando resulte apto, factible y aceptable para satisfacer las capacidades operativas previstas."

La misma norma establece, en su Artículo 4º, Inc. d) que "La reestructuración y modernización de las fuerzas armadas, en esta etapa de la vida nacional, asegurará fundamentalmente: (...) d) Previsiones políticas, estratégicas, logísticas y de movilización que permitan, ante situaciones de conflicto, incrementar en plazos cortos las capacidades operativas de nuestras fuerzas armadas." Queda claro que las previsiones políticas y logísticas deben tener íntima relación con un proceso de puesta en valor y adecuación de los materiales que hacen a la Defensa Nacional para responder ante cualquier contingencia que así lo requiera, más aún cuando "la reestructuración considerará el empleo del instrumento militar propio en las siguientes modalidades: Operaciones convencionales en defensa de los intereses vitales de la Nación (...) Operaciones en apoyo de la seguridad, encuadradas en la ley 24.059." (Ley 24.948, Art. 6)

Debemos describir brevemente el escenario internacional y regional en el cual hoy nos ubicamos, que nos demanda repensar una política de defensa actualizada. La región sudamericana atraviesa un auspicioso proceso de cooperación entre los Estados nacionales que la componen, y avanza gradualmente hacia una mayor integración política, económica, cultural con instancias institucionales cada vez mas presentes: UNASUR, MERCOSUR, ALBA como modalidades colectivas, y también una mayor cooperación bilateral entre los Estados. En el aspecto militar no es menor la iniciativa de creación del Consejo Sudamericano de Defensa en el marco de UNASUR. Actualmente, la Argentina no posee hipótesis de conflicto y de guerra con Estados de la región, lo que no implica que no se deban mantener los estándares de defensa adecuados, más aún ante la posibilidad de cooperación con las demás naciones de Sudamérica, para estar a la altura de los desafíos.

Sin embargo, en el escenario internacional, la cuestión se modifica. El dilema de la seguridad y la Defensa Nacional, orientada a la protección de soberanía en un sentido lato, se impone. Los nuevos desafíos importan nuevas formas de pensamiento estratégico, considerando la actual coyuntura: incertidumbre, escenarios complejos, el paso de un período unipolar global a uno multipolar, la aparición de bloques regionales cada vez más fuertes y de Estados con perspectivas de desarrollo como potencias globales y/o regionales (Brasil, Rusia, India y China, BRIC), la creciente demanda de recursos naturales y energéticos no renovables, la aparición de nuevos actores y factores supranacionales y subnacionales (terrorismo, crimen organizado, narcotráfico, separatismo, radicalismo político-militar en diferentes modos).

Inserta en este escenario global, la Argentina mantiene una disputa de soberanía centenaria con el Reino Unido por los territorios que éste usurpó en el Atlántico Sur (Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur), que condujo a un enfrentamiento bélico en 1982. Hoy, la potencia usurpadora, que también reclama como suyo nuestro Sector Antártico, se encuentra explotando unilateralmente los recursos naturales que pertenecen por derecho a nuestros país, en flagrante violación y desafío al orden jurídico internacional y poseyendo una fuerza militar de gran capacidad y recursos apostada en su enclave colonial; en territorio argentino, lo que contribuye a ser -por lo menos- un factor amenazante al equilibrio de la región. Recordemos que la Ley de Defensa Nacional dice en su Artículo 5º: "La Defensa Nacional abarca los espacios continentales, Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y demás espacios insulares, marítimos y aéreos de la República Argentina, así como el Sector Antártico Argentino (...)"

Por otro lado, nuestro país recientemente presentó ante la ONU la extensión de sus derechos soberanos sobre 150 millas más de su plataforma continental submarina, llegando a las 350 millas de acuerdo a lo dispuesto por la Convención Internacional del Derecho del Mar (CONVEMAR) Por supuesto, ello implica ejercer una futura soberanía sobre los recursos naturales que allí se encuentran, cuyo potencial es casi incalculable y extendería el dominio territorial del país de forma abrumadora. Se suma a este panorama, el hecho de que las nuevas hipótesis de conflicto se centran en la disputa por el apoderamiento de fuentes de recursos naturales y energéticos (Michael Klare) que incluyen hidrocarburos, alimentos, agua potable, minerales, etc. y ya no tanto en diferendos exclusivamente territoriales, en cuestiones ideológicas, civilizacionales (Samuel Hunttington) o culturales. Las zonas antes aludidas, en el marco del Atlántico Sudoccidental y en relación con nuestro país, son ricas en esos recursos, lo que en un futuro puede generar mayores tensiones, crisis, conflictos y hasta enfrentamientos militares. Esto sin perjuicio de considerar como estratégica la protección de los recursos continentales que la Argentina posee en casi toda su extensión: alimentos, hidrocarburos, agua potable y minerales.

Ante estos nuevos desafíos -que nada obsta que en un futuro puedan volverse amenazas- es fundamental conocer las capacidades disuasivas y defensivas con las que el Estado nacional cuenta para la protección del espacio marítimo y aéreo, así como la ejecución y efectividad de los programas de modernización sobre recursos materiales. Necesitamos una eficiente política de Defensa Nacional acorde a los escenarios regionales y globales, teniendo siempre como guía la promoción y protección de los Intereses Nacionales vitales, a través del cumplimiento de objetivos estratégicos.

Por todo ello, solicito el acompañamiento del presente proyecto por parte de los Sres./as. Diputados/as.