PROYECTO DE TP
Expediente 4390-D-2007
Sumario: SOLICITAR AL GOBIERNO DE LA CIUDAD AUTONOMA DE BUENOS AIRES DISPONGA DESIGNAR UNA CALLE CON EL NOMBRE DE PRESIDENTE DOCTOR ARTURO FRONDIZI, CON MOTIVO DE CUMPLIRSE LOS CIEN AÑOS DE SU NACIMIENTO, SOLICITAR AL PODER EJECUTIVO DECLARE LUGAR HISTORICO LA VIVIENDA QUE FUERA CONSTRUIDA Y HABITADA POR EL Y SU FAMILIA, UBICADA EN LA LOCALIDAD DE OSTENDE, PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
Fecha: 06/09/2007
Publicado en: Trámite Parlamentario N° 118
La Cámara de Diputados de la Nación
DECLARA:
Que vería con agrado que por gestión
ante las autoridades competentes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se
impusiese a una calle de dicha ciudad el nombre del Presidente Dr. Arturo Frondizi
con motivo de cumplirse los 100 años de su nacimiento.
Que asimismo vería con agrado que el
Poder Ejecutivo, por intermedio de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos
y Lugares Históricos dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, declare
lugar histórico la vivienda que fuera construida y habitada por el doctor Arturo
Frondizi y su familia, ubicada en la costa del océano Atlántico, frente al mar, en la
localidad de Ostende, partido de Pinamar, en la provincia de Buenos Aires. El
mencionado inmueble debe ser objeto de mantenimiento y conservación a efectos
de que guarde el estilo y carácter que tenía cuando eran moradores el señor ex
presidente de la Nación y su familia.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
El Presidente Arturo Frondizi nació en
Paso de Los Libres, Provincia de Corrientes, el 28 de octubre de 1908 y falleció en
Buenos Aires el 18 de abril de 1995. Ocupó la Presidencia de la Nación entre el 1
de mayo de 1958 y el 29 de marzo de 1962, fecha en que fue depuesto por un
golpe militar.
Estamos próximos a cumplir 100 años
del nacimiento y 50 años de su asunción como Presidente de la Nación.
Estos dos hechos son elocuentes por
sí mismos ,para emprender con suficiente anticipación el homenaje que la
Argentina le debe a este preclaro estadista que anticipó el siglo XXI con sus
innovaciones y actos de gobierno.
Ahora, pues, es el momento de hacer
de la política una docencia y expresar el recuerdo de Arturo Frondizi, para que las
próximas generaciones, huérfanas de testimonios y arquetipos, vean en este
argentino político y estadista ejemplar un espacio de reflexión para la acción.
I. Introducción.
Antes de exponer los fundamentos
específicos de esta iniciativa consideramos necesario recordar los trabajos que
hemos desarrollado sobre el Presidente Arturo Frondizi que imprimen el marco
general del presente proyecto. Esas expresiones revisten coherencia, toda vez
que en la sesión del 13 de mayo de 1992 de esta Honorable Cámara de
Diputados, en nombre del bloque de la Unión Cívica Radical expresamos que "el
golpe de estado que puso término al gobierno constitucional del presidente Arturo
Frondizi fue una de las grandes desgracias que ha padecido la República. Como
toda ruptura de las reglas de juego y máxime de las reglas establecidas en la
Constitución Nacional, ese golpe aciago precipitó los desencuentros y favoreció
una disociación de la entidad jurídica y moral que debía presidir los destinos de la
República"
Así pues, estos conceptos traen a
nuestra memoria personal el respeto y admiración con que lo escuchábamos
durante sus sesudos discursos parlamentarios pronunciados en esta H. Cámara
y en las tribunas de la calle.
Este es un sincero homenaje de quien
no lo acompañó en la división partidaria, pero que tuvo el honor de ser candidato
de su partido, a la par que de la agrupación a la que pertenecía, en elecciones
posteriores (1995).
1.- La presidencia de Frondizi
y la legitimidad constitucional
El primero de los trabajos a que
hicimos referencia se titula ".- La presidencia de Frondizi y la legitimidad
constitucional". Fue publicado en "El Cronista", y al releerlo extraigo la idea de no
pulverizar la legalidad detrás de proyectos autoritarios y hegemónicos. En esta
ocasión y en calidad de fundamento general del presente proyecto de Declaración,
consideramos necesario transcribirlo parcialmente:
....Precisamente, los fines inmediatos
de Frondizi apuntaban a concretar un proceso de institucionalización duradera,
integrar a la sociedad argentina, superar divisiones del pasado e iniciar un proceso
de transformación y crecimiento económicos.
Para dar una muestra acabada de la
nueva mentalidad a la que asistía el país, puede citarse a título de ejemplo, que la
Universidad argentina vivió por entonces uno de los períodos más brillantes de su
historia, con verdadera independencia, impulso del desarrollo intelectual y el
pluralismo de ideas.
Algunos años después, la tristemente
célebre "noche de los bastones largos", sepultó el sueño de aquella Universidad
para sumirnos en una de las noches más largas de la historia argentina
contemporánea.
La educación, en consecuencia todas
sus expresiones, y la capacitación profesional, técnica y científica, aparecían por
entonces como los pilares de este proceso de legalidad y como producto de aquel
ejercicio del derecho de resistencia a la opresión que se iniciara unos años antes
con la caída de Perón.
Con este motor, uno de los grandes
desafíos del 58 era tratar de consolidar la integración política-social del país, de
cara a lograr una estabilidad institucional para el futuro, más allá que el comienzo
de este proceso estuviese signado por el síndrome de nuevas divisiones como la
producida en el seno de la UCR: UCRI Y UCRP, y la proscripción del
peronismo.
Al margen de los conceptos que nos
merecieran algunas de las políticas del gobierno de Frondizi, las coincidencias o
disidencias que puedan formularse al respecto, en especial referidas al tema del
petróleo, el transporte y las comunicaciones, o bien los errores cometidos y que,
claro está los hubo, como por ej., la declaración del estado de sitio en todo el país
por un episodio local como fue la huelga de los obreros del SUPE en Mendoza, la
aplicación del plan CONINTES, la movilización ferroviaria, etcétera; su gobierno
inició el camino de la reinstauración de la legalidad, desvelado por la permanente
voluntad de encontrar la conciliación entre todos los sectores.
Las permanentes presiones a las que
fue sometido frustraron aquella posibilidad, y no sería razonable pensar que la
causal única de todos los padecimientos de su gestión esté constituida por una
supuesta violación de un pacto secreto con Perón, que por otra parte nunca se
explicitó acabadamente por sus propios actores, dando pie en consecuencia a las
más variadas suspicacias.
Lo cierto es que su gobierno debía
responder casi al mismo tiempo a planteos militares diarios, motivados en algunos
casos por divergencias dentro de las mismas fuerzas en cuanto al rol que debía
darse al peronismo en este período de consolidación de la legalidad recuperada,
incluyendo la autorización para que el peronismo se presentase como tal en las
elecciones generales de 1962, que a la postre significarían una suerte de partida
de defunción para aquel proceso, o bien vinculados con expectativas diferentes
entre el gobierno y las Fuerzas Armadas en relación al tratamiento que debía
darse a determinadas cuestiones internacionales.
El contexto mundial - guerra fría Este y
Oeste - y principalmente la problemática de Cuba que aparecía por aquellos años,
con la carga de connotación ideológica que traía aparejada, comprometieron
seriamente al gobierno.
La fuerte presión militar anti-comunista
que reinaba en el mundo occidental y que, por cierto, no era excepción en la
Argentina, complicaron a Frondizi, quien acusado de ambigüedad en las
relaciones del país con la Cuba de Castro, fundamentalmente a partir de la célebre
Declaración de Punta del Este donde se condena el marxismo como sistema para
cualquier país americano pero no se vota favorablemente el pedido de exclusión
de Cuba de la OEA - tuvo que ir cediendo terreno ante el poder militar. La visita
del "Che" Guevara a la quinta de Olivos complicó aún más las cosas, pero una
visión retrospectiva de aquella época, fundada en una reflexión serena y lejos del
calor de los acontecimientos, no puede omitir que su gobierno trató por todos los
medios de mantener incólume los principios tan caros para las democracias
americanas independientes: la no intervención y la libre determinación de los
pueblos.
Pese a todo, Frondizi se preocupó
hasta el final de su gestión por mantener la legalidad constitucional, o siquiera un
viso de ella. Puede resumirse lo dicho con un solo ejemplo. Cuando se le ofrece al
Presidente Provisional del Senado José María Guido que se haga cargo de la
Presidencia de la Nación, éste lo consulta inmediatamente a Frondizi y le dice que
para él sigue siendo el Presidente de la República. Acto seguido, Frondizi le indica
que acepte el cargo en la inteligencia que era el único camino para salvar los
últimos resabios de legalidad en el país, y, seguramente, en la convicción que de
perderse, como definitivamente ocurrió pocos años después, graves desgracias se
cernirían sobre la sociedad argentina.
La legalidad a ultranza sostenida por
Frondizi, soportando hasta lo posible las presiones nacionales e internacionales, e
incluso, la "pseudo legalidad" de Guido, explican de alguna manera la continuidad
democrática a través del gobierno de Illía, antes que el país se sumiera
nuevamente en las sombras del autoritarismo.
Frondizi trató de salvar la legalidad,
pero al quedar inconclusa la tarea de integración política que intentó alcanzar -
que de alguna manera se consumaría con la participación abierta y sin
proscripciones del peronismo en 1962 - quedó en la superficie el germen que
retornara violenta y anárquicamente en la década del 70, con las consecuencias
que todos conocemos.
Queda en consecuencia el sabor
amargo de un proceso inconcluso; una sensación de frustración que excede los
marcos partidarios con sus secuelas de divisiones y desencuentros, para
extenderse a la sociedad toda; haciéndola retroceder en un proceso que se
avizoraba como el definitivo restablecimiento institucional de la República.
De todas maneras, es útil recordar que
en una época difícil, signada por graves acontecimientos dentro y fuera del país;
en un contexto internacional desfavorable y, en lo interno, con heridas recientes y
sin cicatrizar, aquél gobierno mantuvo las instituciones contra toda presión y hasta
el extremo -incluso- de utilizar la variante del Presidente Provisorio del Senado en
reemplazo del Presidente destituido, a petición expresa del propio Presidente,
para garantizar el tránsito a otro gobierno democrático.
No hubo proyecto alguno de reformar
la Constitución en beneficio del Presidente en ejercicio. Se hallaba en vigencia
nuevamente la Constitución de 1853/60, con las modificaciones introducidas en
Santa Fe en el año 1957, específicamente el art. 14 bis en relación a los derechos
sociales.
No existió ningún intento de
perpetuación en el poder. Se aceptó republicanamente el mandato constitucional
de seis años, sin caer en reformas impuestas, inconsultas o de espaldas a la
voluntad popular, precisamente por comprenderse que una de las causas de los
odios, desencuentros y derrama- miento de sangre entre argentinos, tuvo su
origen en un proyecto totalitario, que aspiraba a una concentración total del poder
en el marco de un modelo hegemónico.
...La legalidad, aún con sus luces y
sombras, se mantuvo. La integración fracasó y por ello se abrieron las puertas de
futuros desencuentros. Hoy, que tal vez estemos transitando la posibilidad de
afianzar definitivamente un modelo de gobierno democrático, no podemos dejar de
escuchar la voz de la historia y comprender que no hay legalidad constitucional
permanente sin una fuerte integración político-social detrás de un sistema; pero la
integración sola es insuficiente si no estamos absolutamente decididos a respaldar
la legalidad.
Aprendamos de la experiencia; no
repitamos los mismos errores y, hoy que la integración es posible, no la tiremos
por la borda pulverizando la legalidad detrás de proyectos autoritarios y
hegemónicos.
2.- Discurso Homenaje en
Ostende -24 de febrero de 2001
Con relación al segundo trabajo al que
se hizo referencia precedentemente, se trata de un discurso que pronuncié en
Ostende el 24 de febrero de 2001 y del que considero necesaria su trascripción
parcial:
"Todos los aquí reunidos, seres de
buena fe, podríamos referir, con la inocencia de Newton "solo fui un niño jugando
en la orilla del mar". Pero hoy se trata, nada más y nada menos que de recordar a
Frondizi, en este paraje que tanto amó y al que descubrió absolutamente fuera de
toda frivolidad.
El paso del tiempo agiganta su figura.
La serena reflexión sobre su vida y su obra se impone sobre la ceguera y el
apasionamiento de los viejos desencuentros.
Fue un visionario, en el sentido más
cabal de la expresión. Vio la necesidad de conjugar el desarrollo y la inserción de
todos los sectores sociales, abriendo las compuertas para el protagonismo y la
participación.
No abdicó de los fines y de los
objetivos, pero procuró que se reemplazara el camino por una nueva metodología
del quehacer político. Ello desconcertó a muchos, algunos de buena fe o con
ingenuidad, y otros actuaron según la advertencia de Nietzsche: "Hay quienes
enturbian las aguas para que parezcan más profundas".
Es por ello que Arturo Frondizi fue un
innovador, que superada la etapa agonal de la competencia eleccionaria, tomó el
camino arquitectónico de la edificación de un nuevo Estado. Allí demostró coraje y
arrojo; pasando de hombre de gobierno -que administra- a hombre de Estado, que
induce y cambia. Aplicó pues la máxima de Antífanes, según la cual "Emprende
algo nuevo. Una sola cosa nueva, aunque temeraria, vale más que una infinidad
de cosas viejas".
Ello lo puso en su tiempo en la
dimensión de un Pierre Mendes France y del Pandit Nerhu, emprendiendo
caminos nuevos. Correntino como José de San Martín, adoptó y adaptó la
estrategia del Gran Capitán: al ver agotadas las sendas ya transitadas y siendo el
objetivo llegar al Alto Perú, cambió la estrategia y cruzó los Andes por Chile: acá
se trataba de lograr el autoabastecimiento energético, que era otra modalidad de
la independencia.
Hoy, a tantos años, debemos
reconocer que muchos no pudieron o no supieron comprenderlo, y, en
consecuencia, tampoco defenderlo ante los cimbronazos de la conspiración
permanente. Como de costumbre, se interpuso el árbol que no deja ver el
bosque...!
Deseo resaltar el rigor de su estilo de
trabajo. En una Argentina cuyos Partidos se entretienen habitualmente en la
charlatanería vacua, quiso que los grandes problemas nacionales se estudiaran y
abordaran en serio, sin dogmas ni prejuicios. Estaba acostumbrado a la tenacidad,
tal como lo había testimoniado en su época de estudiante (medalla de oro), en su
labor de abogado (reconocida con la merecida presidencia de la Asociación de
Abogados de Buenos Aires, en épocas harto difíciles y riesgosas) y en su fecunda
labor parlamentaria donde debió sumar la tarea proyectista con la conducción
política del bloque, a cuya cabeza quedó luego del desafuero de su presidente, el
Diputado Ricardo Balbín.
Podríamos decir pues, que al llegar a la
Presidencia de la República, la maduración resultante de todo ese cúmulo de
experiencias, hacía consecuentemente lógica de prever la sentencia de Goethe:
"serás lo que has sido". Culminaba así una carrera, con los dotes que siempre
exhibió: humildad y predicamento. El natural rasgo severo de su persona, se
conjugaba con la jerarquizada altura y solidez de su intelecto. Alejado de toda
soberbia y jactancia, antepuso y sobrepuso la Nación a la facción. Su sentimiento
de argentinidad era global e integral; pero quiso la fatalidad que las facciones de
los facciosos se conjugaran para crear las condiciones de la ingobernabilidad.
Cruel paradoja e ironía del destino, que
le ocurriera y padeciera eso a quien -como Frondizi - aún los más enconados
adversarios anteriores en la Honorable Cámara de Diputados escucharon con
respeto sus argumentos en los intrincados debates de la época. A él, que como
afirmaban los griegos en sabia distinción y en diferencia con los mediocres, tenía y
ejercía la fuerza espiritual de la "autoritas" antes del momento histórico de acceder
al uso de la "potestas". Más bien que el poder fue una pesada carga en su
apostolado.
Merece párrafo aparte destacar su
visión del mundo y la ubicación de la Argentina -la obsesión de su vida política- en
la compleja y traumática época de la guerra fría. Para decirlo con palabras más
recientes del Premio Nobel de Letras, José Saramago, el juego se libraba en un
tablero donde se trataba de esquivar la peor de las hipótesis: "Esto ya no es un
país, es un lugar". Cabe preguntarnos hoy, en el 2001, cuál de las dos cosas
somos. Me duele la respuesta posible.
¡Qué hubiera sido de nuestra Patria si
la hubieran dejado gobernar en paz...! A pesar de las adversidades, nunca guardó
rencor o encono hacia los recalcitrantes. Estaba animado de un humanismo
cristiano basado en la virtud del perdón, y su comprensión de las reacciones
ajenas lo hacen acreedor al sabio pensamiento de Lin Yutang: "Ser justos con los
que conmigo son justos, es completamente natural; pero ser justo con los que son
injustos conmigo, es sin duda un signo de superioridad". Siendo el máximo
exponente de una concepción política desarrollista, no se contraponía esa postura
poliédrica con la faz espiritual que enunciaran luego los obispos: "Todo verdadero
desarrollo depende, finalmente, del crecimiento moral" (abril, 1991).
II.- El proyecto de
Declaración
1.- Ahora bien, este proyecto de
Declaración tiene como antecedentes los expuestos y consta de dos partes. En
primer lugar debemos señalar que el Dr. Arturo Frondizi carece de una calle con
su nombre en la ciudad de Buenos Aires. Realmente constituye un verdadero
olvido inmerecido que por medio del presente se intenta restaurar. Por tanto nada
obsta que se imponga a una calle de dicha ciudad el nombre del Presidente Dr.
Arturo Frondizi con motivo de cumplirse los 100 años de su nacimiento.
2.- En segundo lugar, se tata de un
proyecto que intento se apruebe desde hace largos años. En 1988 presenté un
proyecto con idéntica finalidad a este, que tuvo buena acogida, y fue aprobado
mediante Resolución 3888 en diciembre del mismo año. Lamentablemente cayó
en manos de la burocracia y en marzo de 2001, nuevamente instó su despacho y
concreción el Diputado de la Nación Dr. Alfredo Allende.
Los funcionarios alegaron que no se
podía concretar por la escasa entidad de la construcción. En esta ocasión, pues,
vuelvo para que finalmente se redima la deuda que tenemos con el Dr. Arturo
Frondizi. Se trata de declarar monumento histórico Nacional la casa que fuera
levantada y habitada por el señor ex presidente de la Nación y su familia en la
localidad bonaerense de Ostende, situada en la costa atlántica, que ha sido el
escenario de una parte importante de la existencia de este destacado hombre
público que en el año 2008 cumpliría 100 años. En ese lugar transcurrieron los
años de juventud e intensa producción y reflexión del doctor Frondizi; allí, rodeado
de sus familiares más próximos, vio crecer a su hija e, indudablemente, es en esa
vivienda de temporada donde han quedado fijados muchos de los más
entrañables recuerdos del político.
La citada construcción fue realizada en
1935 por su padre, suegro, hermanos, cuñados y el mismo Arturo Frondizi, quien
literalmente trabajó con sus propias manos utilizando materiales provenientes del
taller de la familia. Erigida en la amplitud de los médanos vivos de la playa de
Ostende, el ex decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional
de La Plata, arquitecto Alberto Sbarra, ha opinado sobre ella manifestando que
esta casita, por la forma en que fue cortada y ensamblada, es una construcción
modelo de artesanía en madera que merecería ser conservada por su factura y
originalidad. Sin embargo, los efectos inclementes del clima, el transcurso del
tiempo, el abandono y el olvido de los poderes públicos fueron arruinando ese
recuerdo importante y significativo de la historia de esa zona de nuestro litoral
marítimo, hasta que en 1993 fuera restaurada, lo que produjo gran emoción en el
doctor Frondizi. Creemos que el mantenimiento y conservación de la misma, junto
con la de un entorno a su escala, contribuirán a fijar en el recuerdo y la memoria
una feliz confluencia del tiempo histórico de quien fuera después un gobernante
argentino, con la fe en el crecimiento de una región tan bella de nuestro suelo. Al
proponer esta medida, deseo que se rinda un merecido homenaje a un hombre
que, más allá del juicio que se pueda tener de su actuación, producto de la filiación
ideológica o partidaria de cada uno, ha manifestado una permanente e incansable
preocupación por los problemas del país. Desde muy joven descolló en la
universidad como brillante alumno y como dirigente estudiantil. Luego,
rápidamente su nombre quedaría grabado a lo largo y a lo ancho de toda la
República por sus notables calidades de defensor de los derechos humanos, de
orador, de legislador, de polemista, de hombre público y de valiente abogado. Los
distintos pasos dados por Frondizi marcaron durante décadas los acontecimientos
nacionales. Tanto a través de la creación intelectual como del análisis político, su
pensamiento ha pesado de manera significativa en nuestra clase dirigente y en
general en el conjunto de la sociedad. Rendir homenaje al doctor Frondizi significa
reivindicar a quien durante cuatro difíciles años supo conducir el país
reinsertándolo en el concierto de naciones y provocando el respeto de los
principales hombres de Estado de aquella época. De este modo se pretende
contribuir a resaltar la trayectoria de los hombres públicos y así revertir una natural
tendencia existente entre los argentinos a olvidar las figuras de los protagonistas
de nuestra tan agitada vida institucional. No vaya a ocurrir con esta vivienda
aquello acontecido con la casa de ese otro gran presidente de la Nación, el doctor
Marcelo Torcuato de Alvear, cuya residencia construida en Mar del Plata, con el
nombre "Villa Regina" en honor de su esposa doña Regina Pacini, fue derribada y
reemplazada por una torre, sin una placa que la recuerde, allí donde hubiera
debido permanecer en pie como merecido lugar histórico.
Deseamos compartir la última parte
del discurso que pronunciamos en el año 2001 en Ostende y al que hicimos
referencia precedentemente. "Esta cabaña es un testimonio de su calidad
humana. También aquí fue anticipatorio. Es el primer presidente de los argentinos
que instaló en esta parte de la costa, un remanso de naturaleza y una invitación a
la meditación. Construida con sus propias manos y las de sus familiares,
transcurrió en este sitio momentos deliciosos de una vida tan elegida. Mirándola
de frente al Atlántico, parece que su inspiración reflejara en Frondizi la sencilla
pero energizante idea de Rimbaud: "la eternidad es el sol unido al mar".
Esta construcción no puede
desaparecer. Debe ser preservada y custodiada, pues se trata de un sitio histórico
y, a esta altura del devenir, el respeto, la memoria y la admiración por don Arturo
Frondizi ya es un patrimonio común de todos los argentinos. Que no nos vengan
con chicanas burocráticas ni pretextos formales: al acto de reconocimiento del
Municipio y de la Provincia debe seguir la declaración nacional. Nada de excusas
para ello. La Cabaña de Frondizi es un símbolo. Los pueblos que no respetan los
símbolos de su historia terminan por no respetarse a sí mismos y por no ser
respetados por los demás.
Por su amor a la patria, el estadista
que aquí descansó y reflexionó (como lo acreditan los libros que traía) es él una
expresión cabal de la argentinidad. No está físicamente entre nosotros, pero sigue
entre nosotros, indicándonos rumbos. Puede afirmarse de él, lo que Stefan Zweig
dijo en "Triunfo y Tragedia de Erasmo de Rótterdam": "el alumbraba el camino,
otros sabían marchar por él, mientras él mismo permanecía en la sombra, como
siempre ocurre con la fuente de luz". ....." Dejemos atrás las divisiones partidarias,
que tanta inestabilidad y decepción causaron en el siglo precedente. Sólo sirvieron
para abrir la puerta de los demonios, que a continuación nos devoraron. Y
recordemos, como reparación, las sabias palabras del pensador constructivo, que
"los hombres más grandes de una época son los que se anticipan a la
siguiente".
Firmante | Distrito | Bloque |
---|---|---|
VANOSSI, JORGE REINALDO | CIUDAD de BUENOS AIRES | PRO |
Giro a comisiones en Diputados
Comisión |
---|
CULTURA (Primera Competencia) |